ISO 26000:
 Participación Activa y Desarrollo de la Comunidad
Grupos de interés:
 Mundo Académico

Música y educación, un vehículo hacia la integración

Elisa Ortiz, profesora de violonchelo de DaLaNota, programa músico social

21-06-2019

Entre todas las manifestaciones artísticas que existen, la música guarda un papel muy especial para el ser humano. Nacemos con el equipaje necesario para poder realizar música: podemos crear ritmos percutidos con el cuerpo y melodías infinitas gracias a nuestra voz. Además, sabemos que la música activa mecanismos que están directamente relacionados con la supervivencia de la especie, lo que ya nos da una pista de que no es algo baladí. En todas las culturas del mundo, la música tiene funciones comunes: sirve para fortalecer relaciones interpersonales y grupales, para establecer nuevos vínculos y para crear códigos comunes con los que comunicarnos. La música genera un sentimiento de pertenencia a un grupo, sociedad y cultura que permite unirnos, descubrir y construir colectivamente.

DaLaNota utiliza la música como herramienta inclusiva, integradora y transformadora de la sociedad a través de la educación orquestal, coral y el repertorio multicultural sinfónico.

Pertenecer a una orquesta o a un grupo coral genera unidad, ofrece igualdad de oportunidades, amplia las perspectivas familiares, expande la cultura y eleva la autoestima.

Por otro lado, desarrolla el trabajo en equipo donde todos los integrantes se apoyan mutuamente para lograr resultados comunes a través de la paciencia, la perseverancia, solidaridad, empatía y compromiso.

¿Cómo influye la música y el impacto que la práctica grupal tiene en niños y en jóvenes? El impacto es incalculable: uso positivo del tiempo libre, desarrollo del trabajo colectivo, compromiso, motivación y perseverancia. Las niñas y niños se convierten en agentes activos para su comunidad; observando su entorno con pensamiento crítico y utilizando el arte para manifestar pensamientos, sentimientos y nuevas ideas. Reconocer los símbolos de una partitura (compás, ritmo, pulso, armonía, melodía, matices, cambios de tempo…) e interpretarlos con el instrumento a la vez que se observan los movimientos de la directora de orquesta, se mantiene un pulso constante, se escuchan las voces de otros instrumentos, me coordino con mis compañeros y me expreso a través de los sonidos, lo que exige el desarrollo de capacidades cognitivas que se ven enriquecidas por la práctica musical. Memoria, atención y concentración son mayores en niños y niñas que tocan un instrumento o cantan, además, comprenden mejor las tareas de cálculo, son más rápidos aprendiendo nuevos idiomas y se orientan mejor espacialmente.

Desde 2015, DaLaNota se esfuerza por medir este impacto y poder comunicar de manera objetiva cómo un programa que ofrece la educación musical sinfónica con un enfoque colectivo, acompañado de un trabajo psicosocial en un espacio de cuidados donde el reto se convierte en rutina, puede llegar a influir en la atención y en la creatividad de sus participantes: de tal manera que hemos comprobado que con solo tres meses de participación en DaLaNota, el 45% de los niños y niñas consiguen aumentar su nivel de atención y creatividad y a los 9 meses, el 71% consigue mejorar aún más. Es decir, niñas y niños más despiertos y con más capacidad para proponer soluciones a problemas y conflictos de diferente índole.

El concepto de sí mismos que en este contexto desarrollan los participantes, clave para su satisfacción con la vida en el presente y en el futuro y base de la autoestima personal también mejora gracias a esta fórmula: después de 2 años de participación, el 81% de los niños y niñas se perciben más positivamente a sí mismos y valoran más positivamente su vida. Por todo ello, la música es un elemento indispensable en la educación durante la infancia y la adolescencia. A nivel individual, aporta beneficios cognitivos y de autoestima que hacen que el músico tenga una mayor adaptabilidad al medio y a su entorno. A nivel grupal, se aprenden valores que revierten directamente en la sociedad a la que pertenecemos. La práctica musical grupal (orquesta y coro) se convierte en una escuela de la vida donde se adquieren valores como la empatía, el esfuerzo, la colaboración, comprensión, escucha, respeto, paciencia y construcción colectiva de belleza. En la orquesta se comprende que cada persona e individuo es importante e indispensable para crear un grupo fuerte con capacidad de imaginar, crear y construir un entorno mejor, más inclusivo, empático y colaborativo que fomente un estado de bienestar y convivencia donde todas las personas se sientan integradas.

DaLaNota no sería posible si el apoyo que hemos tenido durante estos años del Ayuntamiento de Madrid, de la Fundación Daniel y Nina Carasso y su apuesta por el Arte Ciudadano, de la Obra Social la Caixa, de la Fundación Tú Creas, de Artistas Intérpretes o Ejecutantes de la Música, de Ibercaja y de Lush. Por eso, en el Día de la Música desde DaLaNota lo queremos celebrar con más música para todos. ¡Música, maestro!