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Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, entrevistamos a Antonio Argandoña Ramiz, Profesor Emérito en IESE Business School, Universidad de Navarra. Antonio es un destacado académico y experto en ética empresarial que ha jugado un papel clave en el desarrollo de la RSE en el ámbito académico y profesional.
Su incursión en la RSE comenzó en la década de 1980, cuando, desde su visión de economista liberal, se preguntó por qué las decisiones económicas no solo eran técnicas, sino también éticas. Este cuestionamiento lo llevó a profundizar en cómo la ética podía transformar la forma en que las empresas impactaban en la sociedad.
Para Argandoña, la Responsabilidad Social no es un tema aislado, sino una extensión natural de la ética empresarial: «La RSE es, ante todo, una responsabilidad ética; los directivos deben internalizar la dimensión ética de sus impactos en la sociedad y en los stakeholders.» Su reflexión va más allá de los beneficios inmediatos de una empresa, pues subraya que la sostenibilidad debe ser parte integral de la estrategia organizacional: «La sostenibilidad, para ser real, tiene que ser integral.» Y, como él mismo destaca, la clave de esta visión es la honestidad, ya que «lo más importante es ser socialmente responsables, no solo parecerlo.»
A lo largo de su carrera, ha sido testigo de la evolución de la RSE y de cómo las empresas han integrado la sostenibilidad en su núcleo. «Lo que en su momento parecía una rareza, hoy es una exigencia fundamental.» La RSE ha dejado de ser una opción para convertirse en un pilar esencial en el ámbito empresarial, y este cambio, según Antonio, ha sido impulsado por la creciente demanda de la sociedad y el liderazgo de iniciativas como las de Corresponsables, que han sido fundamentales en este proceso transformador.
¿Cómo, cuándo y por qué comenzaste a involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social?
Mi incursión en el ámbito de la Responsabilidad Social comenzó desde la Ética, en la década de 1980. Siempre consideré que la responsabilidad de las empresas respecto a sus impactos en la sociedad, tal como la definió la Unión Europea en sus primeros trabajos sobre RSE, es fundamentalmente una responsabilidad ética. Aunque me dedicaba a la ciencia económica, un día me pregunté por qué las decisiones económicas no solo eran cuestiones técnicas, sino también éticas.
«La RSE es, ante todo, una responsabilidad ética»
Fue así como empecé a interesarme por la ética en la economía y en la empresa, lo que naturalmente me llevó a incluir la Responsabilidad Social dentro de mis preocupaciones. Recuerdo que un día me pregunté: Antonio, tú eres un economista liberal y crees en la ética aplicada a la empresa. Milton Friedman, a quien yo tenía un gran aprecio por sus teorías no cree en la ética. ¿Qué le responderías si ahora entrase en tu despacho y te preguntase: Antonio, ¿por qué crees tú que la ética tiene un papel en la economía? A partir de ahí empecé a desarrollar mi interés por la ética.
¿Por qué era un aspecto más de la ética empresarial que estudiabas?
La Responsabilidad Social es precisamente un paso en ese considerar que la empresa está prestando un servicio, y que esto es lo que la justifica. Un servicio a la sociedad, a los clientes, a los proveedores, a los distribuidores, al regulador, al gobierno, a los ciudadanos… Cuando las teorías vigentes, centradas en la maximización del beneficio como criterio básico de gobierno de la empresa, se abrieron a esas responsabilidades, empezaron a florecer teorías sobre cuáles eran esas responsabilidades.
Pero el origen es ético. Lo que pasaba era que muchos no sabían que la ética era necesaria ni cómo introducirla, y les venía bien que alguien les orientase sobre esto. Y aparece primero la Responsabilidad Social de la Empresa, pero necesitan más precisión, y vienen las dimensiones medioambientales, sociales y de gobierno, la ESG, y luego que la empresa ha de ser sostenible…
«Lo más importante es ser socialmente responsables, no solo parecerlo»
Con todo mi aprecio por las distintas teorías, sigo pensando que todas ellas son aplicaciones de la ética, aunque a veces se presenten como formas de ganar más dinero.
Muy interesante Antonio… En aquella época ya estabas en contacto con empresarios, directivos muy poco convencidos de estos temas…
En el IESE, donde yo enseñaba, pensábamos que la ética es necesaria en la toma de decisiones, que tienen que ser, por supuesto, técnicamente correctas, pero también humanamente correctas, y eso lo da la ética, no la economía.
«La sostenibilidad, para ser real, tiene que ser integral»
Si el cliente me pregunta si este paraguas puede durar mucho tiempo y yo pienso que no, que se deteriorará pronto, pero quiero vender y le digo que sí, que tiene paraguas para años, estoy basando mi venta, mis beneficios y mi bonus en una mentira. Le hago daño a él, pero también me hago daño a mí mismo, porque me estoy convirtiendo en mentiroso, estoy “aprendiendo” a mentir y, probablemente, estoy enseñando a mentir a los que trabajan conmigo. Puede que mis beneficios aumenten, pero estoy siendo un mal vendedor o un mal directivo. Esto lo dice la ética, no la economía.
Por eso la ética es necesaria, porque antes que directivos somos personas, y la empresa no es solo un capital que busca rendimientos, sino, sobre todo, una comunidad de personas que buscan prestar un servicio a los clientes, a los empleados y proveedores, a la sociedad… y para prestar ese servicio necesitan ganar dinero, pero no de cualquier manera.
¿Cuál fue el primer proyecto o iniciativa de RSE en el que trabajaste? ¿Cómo lo recuerdas?
Cuando comenzó a hablarse de la RSE, para mí era simplemente un aspecto más de la ética empresarial que ya estudiaba. En 1982, participé en un congreso en el que presenté una comunicación sobre el balance social de la empresa, el documento con el que en España comenzamos a recoger las iniciativas de Responsabilidad Social en las empresas. Esa fue, si no me equivoco, mi primera incursión escrita en el mundo de la RSE.
«La empresa es, sobre todo, una comunidad de personas que presta un servicio»
¿Qué cambios significativos has observado en la RSE en España desde que comenzaste?
La Responsabilidad Social entró con cierto ritmo porque las circunstancias medioambientales, sociales y éticas lo exigían. Desde el principio, hubo una cierta confusión entre RSE, sostenibilidad, ONGs, gestión de stakeholders, etc., y más tarde, la introducción del concepto ESG (aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza). En un principio, al menos en España, la RSE se enfocó en identificar, regular y desarrollar el papel de la empresa ante los retos que se presentaban.
«La ética entra en las decisiones estratégicas porque afecta a todos los implicados»
Luego, se comenzó a discutir sobre las responsabilidades de los directivos y cómo la estructura empresarial condicionaba su RSE. Además, académicos e investigadores comenzaron a estudiar la diferencia entre la responsabilidad social y las meras acciones filantrópicas.
La opinión pública comenzó a ver la RSE como un paso adelante en la presencia de las empresas en una sociedad más justa, próspera y sostenible. En torno a mediados del 2000, este enfoque comenzó a tomar forma en los medios de comunicación y se vio como un cambio de era.
En 2005 nació Corresponsables…
Conocí a Marcos González cuando estaba comenzando a trabajar en la fundación de Corresponsables, y tengo el orgullo de haber colaborado con él desde el principio.
Corresponsables ha sido y sigue siendo un punto de referencia para las empresas interesadas en la sostenibilidad y la responsabilidad social. Ha proporcionado orientación, apoyo y un espacio para que las empresas cambien impresiones, resuelvan problemas, conozcan las prácticas de otras organizaciones y escuchen tanto a la sociedad como a los expertos.
«Corresponsables ha sido y sigue siendo un punto de referencia en RSE y sostenibilidad»
¿Qué más ayudó a impulsar la RSE?
Las nuevas regulaciones, obligaciones de transparencia sobre RSE y rankings comenzaron a impulsarlo. Posteriormente, se desarrolló el estudio de las inversiones socialmente responsables. A lo largo de los años, hemos visto el desarrollo de la RSE en temas como diálogo entre partes implicadas, relación trabajo-familia, derechos humanos en el trabajo, economía circular, residuos y corrupción, entre otros. Aunque ha sido un desarrollo importante, no siempre ha sido ordenado ni exento de críticas.
«La opinión pública vio en la RSE un paso hacia una sociedad más justa y sostenible»
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
Subrayaría el papel de las iniciativas internacionales, especialmente las europeas, y el apoyo de los gobiernos. Además, el papel clave de los expertos y cómo han calado los aspectos sociales, medioambientales y económicos en las empresas y sus directivos.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
Sigo considerando que la RSE es, ante todo, una responsabilidad ética; los directivos deben internalizar la dimensión ética de sus impactos en la sociedad y en los stakeholders. Las empresas deben tomarse en serio la dimensión sostenible y responsable de su estructura, su estrategia, su propósito, sus políticas y su día a día.
«La empresa no es solo capital: es servicio a la sociedad»
Después de tanto tiempo trabajando en esta materia… ¿Cómo crees que la ética empresarial puede influir en las decisiones estratégicas a largo plazo de una empresa?
Pensemos en una decisión concreta a largo plazo: quiero comprar el pequeño negocio de un competidor porque me interesa su gama de productos y su tecnología. Si sale bien, voy a ganar mucho dinero, pero ¿es correcta mi decisión? ¿Beneficia a mis accionistas y a mis clientes, y a mis empleados? Empiezan a aparecer aspectos positivos y negativos. ¿Y a los propietarios, clientes y empleados de la empresa que voy a comprar? ¿Puedo mitigar los daños? ¿Estoy dispuesto a hacerlo? Asegurar un precio de compra justo, un tratamiento adecuado al personal de la empresa comprada, quizás una compensación a los que tenga que despedir, o un plan de formación que les permita encontrar otro empleo…
«Las empresas deben tomarse en serio la dimensión ética y sostenible de su estructura y estrategia»
Recuerdo un caso clásico en los libros de ética de la empresa: el cierre de una planta de Danone en Navarra, que se llevó a cabo teniendo en cuenta todos estos aspectos en las muchas decisiones que hubo que tomar. Así entra la ética en la gestión de empresas a largo plazo…
¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?
Que den a la información y a la transparencia sobre los temas de RSE la importancia que realmente tienen. No son lo más relevante, sino una herramienta para orientar la gestión interna de las empresas; en segundo lugar, para sus relaciones con los stakeholders (empleados, clientes, proveedores, comunidades, etc.), y en tercer lugar, para su imagen pública. Lo más importante es ser socialmente responsables, no solo parecerlo.
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