Como alguien que ha trabajado incansablemente en el sector, he sido testigo del paso de numerosas conferencias por Ginebra, pero pocas tan impactantes para el sector humanitario como el Foro Mundial sobre Refugiados (FMR) que se celebra este mes. Este evento no es sólo una reunión; es un momento poderoso en el que el mundo se une para asumir la responsabilidad colectiva de nuestra misión compartida.
Comenzada ya la cita que tiene lugar del 13 al 15 de diciembre, la pregunta crítica se cierne: ¿qué ocurrirá el lunes siguiente y después? ¿Será el FMR 2023 un momento decisivo de compromiso, que impulse acciones sostenidas en favor de las personas refugiadas y las comunidades de acogida, o será una actuación fugaz?
El Foro, que se reúne cada cuatro años, es el mayor encuentro mundial sobre personas refugiadas, gobiernos y organismos que trabajan con y para ellos. Su propósito es facilitar activamente la consecución de los objetivos esbozados en el Pacto Mundial sobre los Refugiados: aliviar las presiones sobre los países de acogida, potenciar la autosuficiencia de las personas refugiadas, aumentar el acceso a soluciones en terceros países y mejorar las condiciones en los países de origen.
El FMR ofrece un espacio para realizar nuevas promesas y compromisos, pero también para aprovechar los progresos realizados por los Estados y todas las demás partes interesadas en la aplicación de los objetivos del Pacto Mundial. Teniendo en cuenta que las niñas y los niños constituyen el 42% de las personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo, y que casi 400.000 niños y niñas nacen como refugiados cada año, World Vision, junto con otras agencias de infancia, incluida la Alianza para la Protección de la Infancia en la Acción Humanitaria (codirigida por UNICEF y World Vision), aprovechará la ocasión de este Foro para defender la centralidad de la infancia y su bienestar.
Estamos esperanzados ya que este año en el FMR, por primera vez:
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Habrá promesas sobre la protección de la infancia incluyendo áreas como el acceso a servicios críticos, el empoderamiento y la participación significativa de los niños y niñas refugiados, y la educación.
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Los niños y niñas refugiados estarán cara a cara con los responsables de la toma de decisiones y los aliados para el cumplimiento de sus derechos.
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Se hablará de la protección de las niñas y los niños en contextos de refugiados, basándose también en sus llamamientos.
Sin embargo, a pesar de estos avances, persiste el escepticismo. Mientras miles de delegados acuden a Ginebra para cumplir sus promesas en nombre de sus gobiernos y organizaciones, vemos cómo se reducen los programas para las personas refugiadas, se recortan las raciones y se reducen drásticamente los programas de educación y protección centrados en la infancia.
Los gobiernos y todas las demás partes interesadas deben cumplir sus promesas. El FMR debe informar a la sociedad civil sobre las estrategias políticas y de defensa de los derechos, ya que colaboran, pero también responsabilizar a los titulares de las obligaciones. Y lo que es más importante, los niños y niñas refugiados y sus familias deben poder contribuir a la formulación y realización de las promesas, así como hacer frente a cualquier incumplimiento.
Si esto no ocurre, los compromisos del FMR se desvanecerán después del fin de semana.