Con el fin de promover un mejor futuro urbano, la ONU celebra el 31 de octubre, el Día Mundial de las Ciudades, bajo el lema Mejor ciudad, mejor vida: Actuar local para ser global.
En 2015, según datos de Naciones Unidas el 54% de la población mundial vivía en las ciudades y se prevé que este porcentaje alcance el 60% en 2030. Por ello, la agenda 2030 de Naciones Unidas dedica específicamente el objetivo de desarrollo sostenible 11 a las ciudades, con el fin de hacerlas inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles – identificando la urbanización sostenible como unas de las prioridades claves del desarrollo global.
Vivir en una ciudad, y en un entorno urbano, no debe significar vivir ajeno a la naturaleza. Numerosos estudios demuestran los beneficios que la naturaleza cercana reporta a la salud física y mental. Desde una mejora en el rendimiento académico superior al 5% de los escolares con naturaleza en los patios de sus centros educativos; a la mejora de las tasas de estrés, o la reducción de la mortalidad de las enfermedades respiratorias al mejorar la calidad del aire. Se estima que casi un 20% de la mortalidad en España podría prevenirse si se siguieran las recomendaciones internacionales sobre la actividad física, acceso a espacios verdes y niveles de contaminación del aire, ruido y calor en las ciudades.
Existe una corriente de renaturalización de las ciudades, que trata de recuperar el espacio para la biodiversidad en los entornos urbanos, al tiempo que pone en marcha soluciones basadas en la naturaleza para generar espacios resilientes y capaces de adaptarse a los retos actuales en el contexto de la emergencia climática, con un aumento de la temperatura cercano ya a los tres grados por encima de los niveles preindustriales y una drástica disminución de las precipitaciones.
25.000 árboles más para Santander
En este contexto se ha puesto en marcha recientemente el proyecto Santander Capital Natural (www.santandernatural.es), en el que SEO/BirdLife es uno de sus socios principales. Un proyecto que a lo largo de tres años y medio trabajará para reforzar el papel de la red de zonas verdes urbanas en la conservación de la biodiversidad a escala local, potenciando los servicios ambientales que ayudan a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía de Santander.
Contando para ello con la planificación estratégica, la participación ciudadana y la implicación de la sociedad de Santander. El proyecto, liderado por el ayuntamiento de Santander, cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.
La calidad de vida y la salud de los habitantes de las ciudades se relacionan, de acuerdo con un estudio del Instituto de Salud Global, con la carencia de arbolado e infraestructura verde en las ciudades. Al tiempo que La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que se necesita, al menos, un árbol por cada tres habitantes para respirar un mejor aire en las ciudades; así como un mínimo de entre 10 y 15 metros cuadrados de zona verde por habitante.
A Santander, con 282.000 habitantes, le faltarían 25.000 árboles para alcanzar la ratio de un árbol para cada tres ciudadanos. Por ello, el proyecto va a plantar 25.000 árboles autóctonos. Las plantaciones, para las que se contará con la población local tanto en la fase de plantación, como en la recogida de semillas y en el cuidado y riego d, se realizarán a modo de refuerzo en zonas verdes existentes. Además de otras zonas que se identifiquen gracias a las sugerencias de los propios santanderinos.
Funciones del arbolado urbano
No en vano, el arbolado urbano cumple con una serie de funciones nada despreciables, como la reducción de la temperatura (entre 2 y 8 grados), de limpiar la atmósfera y absorber gases contaminantes, o la regulación del flujo del agua y la prevención del riesgo de inundación. Por otro lado, los árboles proporcionan hábitat, alimento y protección a la biodiversidad urbana, en ellas las aves. Este grupo faunístico es un excelente indicador de la conservación de los ecosistemas y de la buena salud del entorno, y, de hecho, la Unión Europea considera el estado de las poblaciones silvestres de aves como un índice de la calidad de vida en Europa.
Las plantaciones se realizarán en forma de mini-bosques urbanos siguiendo el método Miyawaki, que persigue el objetivo de crear bosques maduros en un corto plazo de tiempo. Se realizarán cuatro tipos de mini-bosques con distintas combinaciones de especies de árboles y arbustos, con el fin de determinar cuáles son las más adecuadas para Santander, en el contexto actual de adaptación al cambio climático.
Además de estas, el proyecto contempla otras muchas acciones, como la renaturalización de centros educativos o la restauración de áreas degradadas, que pretenden que Santander se convierta en una capital natural mucho más verde y habitable para la ciudadanía.
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