El vehículo no es rápido ni lujoso, y tampoco pesado. Con su vehículo prototipo Oli, demuestran Citroën y BASF que es posible ahorrar peso y recursos mediante la reducción y la eliminación de lo prescindible.
“Este vehículo conceptual muestra lo que es posible conseguir cuando los socios confían plenamente el uno en el otro y emprenden nuevos caminos con resolución”, explica Uta Holzenkamp, presidenta de la división Coatings, en nombre de la unidad de negocio de automoción de BASF. “Se genera un microcosmos de ideas y soluciones que van más allá del propio prototipo”.
Dado que la velocidad máxima está limitada a 110 km/h y la aceleración semeja a la de un Citroën 2 CV, la autonomía y la vida útil de la batería se prolongan considerablemente. La renuncia a determinados elementos puede dar como resultado una estética atractiva. Esto lo demuestran diversos componentes que han sido radicalmente reinterpretados y reconstruidos, utilizando los materiales en un contexto distinto. Por ejemplo, el respaldo de los asientos traseros se ha fabricado por impresión 3D con un material flexible (Ultrasint® TPU88A). La estructura de malla abierta asume funciones de ventilación natural y reemplaza el uso de ventiladores en el asiento. Para la fabricación de las aproximadamente veinte piezas de este prototipo se apostó por la habilidad técnica de Sculpteo, una compañía francesa de fabricación 3D perteneciente al Grupo BASF. El usuario buscará en vano un sistema de sonido o de navegación, ya que el vehículo no está equipado con ninguno de esos elementos. Como los clientes disponen normalmente de un smartphone y de altavoces móviles, estos pueden conectarse al tablero de instrumentos y vincularse automáticamente con el vehículo.
Menor complejidad unida a un diseño atractivo y sostenible
Llama la atención asimismo que muchos de los componentes de nueva creación están fabricados de materiales homogéneos, lo cual quiere decir que proceden de una sola familia de productos químicos. Los componentes adheridos y soldados que están formados por distintos tipos de material dificultan el proceso de reciclaje mecánico. Por eso, desde el boceto inicial los diseñadores del Oli procuraron diseñar el mayor número posible de componentes a partir de un único material.
El principio de simplificación también se ha implementado de manera coherente en el área de la fabricación. Una muestra de ello es que la puerta del conductor y del acompañante son iguales, lo que ahorra el uso de herramientas de prensado y reduce la complejidad. El mismo principio se ha aplicado a todos los pasos de ruedas y parachoques. Oli demuestra de manera convincente que la sostenibilidad puede ofrecer un aspecto muy atractivo.
El color de la carrocería comunica a la perfección la idea básica del prototipo: a primera vista parece tratarse de un blanco puro, pero se le han añadido partículas de mica con el fin de acentuar la forma del vehículo. En contraste con el exterior, los materiales del habitáculo –como los asientos y el revestimiento del suelo– están pintados de un color naranja intenso.
Creación conjunta: la clave de nuevas soluciones
El fabricante Citroën colaboró estrechamente con BASF en las fases de desarrollo y diseño. Las soluciones innovadoras de la empresa química desempeñaron un papel fundamental en el proceso de creación conjunta. Proyectos tales como el desarrollo de este prototipo junto con Citroën son “verdaderos impulsores” en el camino hacia un futuro sostenible, señala Uta Holzenkamp en nombre de BASF Automotive. “Necesitamos innovaciones, necesitamos mentes creativas que conecten las ideas de empresas distintas”, apunta Holzenkamp. BASF pone en práctica desde hace años una ambiciosa estrategia de sostenibilidad. Entre sus pilares fundamentales cabe destacar el proyecto ChemCyclingTM para el reciclaje químico de plásticos y el enfoque de equilibrio de biomasa, con el que las materias primas se sustituyen por materiales renovables en la fabricación.
Además de aportar conocimientos especializados en las áreas de productos e ingeniería, BASF proporcionó habilidades técnicas en materia de diseño con su Creation Center. “Aquí es donde comenzó el proyecto”, afirma Alex Horisberger, director de Diseño Industrial de BASF. “Durante una visita al estudio creativo de Citroën, tuvimos la oportunidad de convencer a los diseñadores de las ventajas de nuestros materiales y de nuestros análisis de tendencias. Para mí, el hecho de trabajar de igual a igual con los diseñadores de equipamiento interior y exterior de Citroën fue una experiencia personal muy satisfactoria”.
Laurence Hansen, director del departamento de Producto y Estrategia de Citroen, tiene una opinión muy similar. “La colaboración con BASF fue la clave de la concepción del Oli y del desarrollo de un vehículo eléctrico eficiente y lo más divertido posible para el futuro próximo. Nuestro novedoso coche eléctrico contrapone ligereza y sencillez a la tendencia actual de fabricación de vehículos cada vez más pesados y complejos”. El prototipo muestra “cómo contaminar lo menos posible el medio ambiente, devolviendo a la vez toda la diversión original a un vehículo funcional y eléctrico”, señala Hansen.
Más información sobre el prototipo Oli aquí.