El calentamiento de los océanos, los episodios cada vez más frecuentes de temperaturas extremas o la alarmante sequía son solo una muestra más de la emergencia climática en la que vivimos. La actividad humana ocasiona un impacto sobre el entorno en el que vivimos y daña la salud de los ecosistemas. Ese perjuicio que se inflige a la naturaleza se traduce también en un daño a nuestra propia salud, dada la relación directa que hay entre ambas.
Para asegurar un futuro próspero es necesario tomar conciencia de nuestra responsabilidad, tanto individual como colectiva, sobre la conservación de la salud. Porque cualquier cambio en nuestras decisiones contribuye a reducir el impacto de nuestra actividad diaria sobre el planeta. Por ello, es necesario poner especial foco en la combinación de algunas de las consecuencias ligadas a nuestra actividad, como son la contaminación, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, pues todas ellas están relacionadas.
Cabe recordar que el 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático, que se generan en España proceden del transporte, según apunta el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Las empresas tenemos la obligación de actuar para minimizar nuestra huella ecológica. En el caso de la contaminación del aire, parece claro que el fomento de la movilidad sostenible entre nuestros empleados puede ser una estrategia clave.
Así lo hemos asumido en Sanitas, y por eso hemos puesto en marcha un programa denominado “The Blue Way” para minimizar el impacto que genera el transporte diario de nuestros 11.250 empleados. Se implantó en 2021 y combina el teletrabajo, para reducir los trayectos semanales, con la habilitación de un plan de movilidad sostenible que incluye un servicio corporativo de autobuses con siete rutas hasta las oficinas centrales de Sanitas en Madrid, donde trabajan 1000 personas, y un alquiler gratuito de bicicletas eléctricas en cuatro centros de trabajo de Madrid.
Además, el plan de movilidad sostenible de Sanitas ha incorporado el servicio de motosharing de manera subvencionada en Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia para que los empleados pueden usar motos eléctricas y abastecidas con energía 100% renovable. Estas medidas ayudaron a evitar la emisión de 87 toneladas de CO2 el año pasado. El plan también incluye la oferta de puntos de carga para trabajadores y clientes en la sede central, y varios de los hospitales propios de Sanitas, además de ir sustituyendo la flota propia que realiza visitas domiciliarias en Madrid con coches eléctricos.
Estas son algunas de las acciones llevadas a cabo en el último año. Todas forman parte de un camino que emprendimos en 2009, cuando intensificamos nuestro compromiso con la reducción de emisiones de CO2. Y aunque a estas alturas las hemos reducido ya un 72%, aún queda mucho camino por delante, pues nuestro compromiso es convertirnos en una de las primeras compañías de salud que será Net Zero en 2040. Porque cuidando la salud del planeta podremos cumplir mejor nuestra misión de cuidar la salud de las personas.
Hacer frente a la contaminación nos ayudará a lograrlo. Porque esta amenaza planetaria daña la calidad del aire que respiramos y ocasiona enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Sus efectos sobre la salud trascienden las fronteras locales y exigen una respuesta global en la que todos tenemos nuestra responsabilidad para garantizar la salud y el futuro de las próximas generaciones.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Movilidad con Impacto – Cabify