¿De qué forma está vuestra organización apostando por las buenas prácticas sostenibles?
En Hera vertebramos nuestra gestión sobre dos palancas fundamentales: en primer lugar, la transformación del residuo en un recurso y, de forma paralela, la promoción de una transición hacia una sociedad neutra en carbono para generar valor a largo plazo.
Para conseguirlo, lo hacemos a través de cinco líneas de negocio: La división de operaciones, que cuenta con instalaciones repartidas por todo el territorio nacional que nos permiten seleccionar, recuperar o valorizar, ya sea material o energéticamente los residuos para convertirlos en recursos. Una división de generación de energía, que dispone de instalaciones de producción de biogás, plantas de transformación en biometano o instalaciones para captar el biogás generado en depósitos controlados. Una división de aguas, donde estamos especializados en el diseño, construcción y explotación de instalaciones de tratamiento y depuración de aguas, sobre todo en el sector industrial y, una de descontaminación de suelos contaminados. También contamos con una división de servicios para dar apoyo a estas cuatro divisiones operativas.
Cinco divisiones para hacer frente a los retos ambientales y sociales que presenta el cambio climático y que requieren respuestas efectivas afrontadas desde múltiples frentes y desde las que trabajamos para incorporar los principios de la economía circular, pilar fundamental de nuestro modelo de negocio, en todos nuestros procesos, productos y servicios.
¿Nos puedes explicar brevemente vuestra evolución en dichas prácticas hasta la actualidad?
En Hera nos sentimos orgullosos de nuestro modelo de negocio basado en la sostenibilidad, en la economía circular y en promover una sociedad neutra en carbono, porqué nos permite incidir de forma activa y directa en la lucha contra el cambio climático y en impactar positivamente sobre el entorno que nos rodea. Y además queremos liderar la transformación de nuestro sector hacia un modelo circular, aportando la inversión y el conocimiento necesarios para afrontar estos retos.
Trabajamos para generar soluciones que avancen hacia una economía neutra en carbono. Algunas de estas ya están maduras, pero trabajamos en otras en fase de desarrollo, como tecnologías de captura, transporte, almacenamiento y usos del CO2 o en nuevas líneas de reciclaje.
Otros claros ejemplos, impulsados desde una apuesta por la tecnología y la innovación son la implantación de procesos de mejora de eficiencia energética, la drástica modificación de métodos de producción o los avances en digitalización.
Pero más allá de estas inversiones, encaminamos nuestras acciones en generar un impacto positivo en la sociedad y en proteger el entorno natural de nuestros proyectos. Por este compromiso, formamos parte de la Red Española del Pacto Mundial de la ONU, una de las iniciativas más relevantes para el gobierno corporativo responsable y sostenible.
¿Puedes especificarnos algunas buenas prácticas y/o iniciativas concretas que estáis llevando a cabo en esta materia y qué objetivos persiguen?
Como comentaba anteriormente, uno de los objetivos de nuestra compañía es alcanzar la neutralidad climática y los gases de origen renovable forman parte de la solución para conseguirla.
Por ejemplo, trabajamos en la valorización del biogás por digestión anaerobia. Un sector estratégico y que tiene un gran potencial para proporcionar beneficios a escala social, económica y ambiental. Operamos tres instalaciones, que se nutren de residuos procedentes de la industria agroalimentaria, de residuos de explotaciones agropecuarias y de otros residuos orgánicos, en las que aparte de obtener biogás, obtenemos fertilizantes de calidad en formato sólido y líquido.
Trabajamos, también, en generar biometano a partir de un proceso de depuración de este biogás o en un proyecto de gestión sostenible de la superficie forestal con el fin de compensar de forma eficiente las emisiones de CO2.
A su vez se ha renovado más del 80% de la flota por vehículos de mayor eficiencia en el consumo de combustible y en la reducción de emisiones y se han incorporado los primeros equipos propulsados por gas.
¿Cuáles son los otros grandes retos y desafíos de tu organización/empresa en materia de gestión socialmente responsable?
Sin duda el gran desafío será seguir avanzando hacia un modelo de negocio cada vez más sostenible, dónde será clave vincularlo irremediablemente con las incertidumbres del cambio climático, el coste de la energía, las ayudas económicas y la legislación.
Para sobrevivir a este nuevo contexto los indicadores meramente financieros son insuficientes, por lo que incorporar criterios ASG en todas las líneas de negocio se ha convertido en una necesidad. En este sentido, el año pasado firmamos el primer préstamo que incorpora criterios vinculados a objetivos de reducción de emisiones de CO2, al incremento de las horas de formación y al ahorro en diferentes vectores.
Materializado, todo ello, a través de iniciativas concretas como la contratación de colectivos vulnerables, el emprendimiento inclusivo, el voluntariado, la igualdad de oportunidades y la promoción de la salud de todas las personas que forman la compañía.
¿Qué importancia tiene para vuestra empresa colaborar con la Fundación Empresa y Clima y qué beneficios creéis que os aporta en vuestra transición climática?
Formar parte del Patronato de una plataforma tan influyente como la FEC, un referente ante las necesidades originadas por el cambio climático, significa disponer de información relevante de los desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad ante los retos de futuro.
Sin duda, sólo podemos valorar positivamente nuestra participación en la Fundación, a la par que esperamos continuar aportando nuestro granito de arena para que siga siendo un foro imprescindible para integrar visiones, generar debate y compartir experiencias, inquietudes y conocimiento con empresas unidas bajo un mismo interés.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: La transición hacia una economía verde, promovido por la Fundación Empresa & Clima