¿De qué forma está vuestra organización apostando por las buenas prácticas sostenibles?
En Strive, nuestra misión es empoderar y apoyar a las empresas para tomar acción por el clima. Está acción debe estar basada en la medición de la huella de CO2, su reducción, compensación y comunicación.
Por ello, damos a las empresas las herramientas necesarias para llegar a la neutralidad en carbono. Es esencial que todos los niveles de la empresa vean la importancia de medir y entender su impacto, dado que ese es el primer paso para integrar la acción climática. De hecho, ya estamos viendo que el 50% de las grandes empresas y el 25% de sus proveedores ya han visto ahorros por poner en marcha una mejor gestión de su huella de carbono.
La mayor evolución actualmente en materia de sostenibilidad es el número de empresas comprometidas. Según Science Based Targets, la institución de referencia del sector, ya hay más de 3.000 empresas e instituciones financieras con objetivos de reducción cuantificables, para alcanzar el objetivo global que el acuerdo de París estableció de 1,5ºC para 2030.
En nuestros 20 años y 2.500 clientes, vemos que el sector privado se está movilizando. Entienden que deben estar alienados con lo que sus stakeholders demandan y con la realidad del cambio climático. De hecho, el 46% de los consumidores ya compran productos más sostenibles. Por ello, nuestra labor es precisamente ayudarles a entender su impacto y establecer objetivos cuantificables a largo plazo.
¿Puedes especificarnos algunas buenas prácticas y/o iniciativas concretas que estáis llevando a cabo en esta materia y qué objetivos persiguen?
Vemos 3 iniciativas o tendencias en nuestros clientes. La primera es, establecer los objetivos. Sin duda, la primera buena práctica. Las empresas están estableciendo objetivos y actuando para asegurar su existencia a largo plazo y para ajustarse a las regulaciones (ya existentes y futuras).
Cómo alcanzar esos objetivos es otro punto. Vemos a muchísimas empresas buscando oportunidades de reducción de emisiones. Una vez miden su impacto, saben cuánto deben reducir y gestionan las emisiones relacionadas directamente con su actividad (Alcance 1) y su consumo (Alcance 2). A corto plazo, tienen como objetivo optimizar sus Alcances: mejoran procesos y cadenas de suministro, cambian a fuentes renovables, cambian sus flotas de vehículos, etc… El Alcance 3 (proveedores y empleados, principalmente) todavía se les escapa por su magnitud. Nosotros les guiamos para desvelar las oportunidades de reducción y compensación para cada Alcance, principalmente a través de compensación de huella (offsetting, en inglés), y así evitar grandes costes y riesgos a largo plazo.
Esto me lleva a la tercera buena práctica, la compensación de la huella. A medida que las empresas planifican para llegar al cero neto, deben también planificar lo que van a hacer con sus emisiones residuales. Nosotros les ayudamos en esa gestión, materializando sus propias inversiones hacia proyectos que reducen o eliminar emisiones CO2. Por un lado, trabajan internamente por reducir su huella y optimizar sus procesos todo lo que pueden. Por otro, dado que no pueden reducir la huella al completo, pueden invertir en desarrollar proyectos con nosotros. Esos proyectos pueden ser de reforestación, energías renovables u otras tecnologías de reducción de emisiones. El objetivo es obtener las reducciones que verdaderamente necesitaran a largo plazo, para llegar a su objetivo.
¿Cuáles son los otros grandes retos y desafíos de tu organización /empresa en materia de gestión socialmente responsable?
Vemos tres grandes retos y desafíos desde nuestra experiencia: el desconocimiento empresarial, la concienciación del individuo y el cambio climático.
Queremos que las empresas puedan transformarse de manera suave hacia un modelo de negocio sostenible. Sin embargo, a veces desconocen los riesgos o no tienen la capacidad interna para gestionarlo. En Strive, podemos ayudar a identificar las oportunidades que tiene cada negocio, medir y mapear sus riesgos, para que alcancen los objetivos que se han puesto.
Cambiar el legado es labor de todos, no solo las empresas. Una vez la empresa entiende su impacto, debe extender ese conocimiento a todos los empleados. El problema es que a nivel particular aún hay mucha falta de concienciación. Los individuos desconocen cuánto emiten y qué deben hacer. Por ello, en Strive hemos creado la herramienta Klimatribe, que ayuda a integrar la acción climática en todos los niveles de la empresa. Klimatribe involucra a los todos empleados, les ayuda a descubrir su huella de carbono y reducirla a través de sencillos retos. Además, los particulares también pueden conseguir una huella neutra de CO2 compensando sus emisiones residuales.
Por último, el cambio climático es un riesgo evidente para todos. En la última COP se dijo que tenemos 10 años para invertir en reducir emisiones. Después, deberemos invertir en adaptación, o lo que es lo mismo, en supervivencia. Si tu negocio necesita agua para producir, hoy puedes invertir en reducir emisiones y mejorar operaciones; pero en 10 años, tendrás que pagar por buscar agua desesperadamente para que tu negocio sobreviva.
¿Qué importancia tiene para vuestra empresa colaborar con la Fundación Empresa y Clima y qué beneficios creéis que os aporta en vuestra transición climática?
Muchas empresas no tienen los recursos internos ni conocimiento, y, por lo tanto, no son capaces de ver las oportunidades y riesgos. Sin embargo, Fundación Empresa y Clima es un lugar donde las empresas pueden comenzar su camino y aprender de las mejores prácticas del mercado. Por ello, estar aquí es un paso natural para Strive.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: La transición hacia una economía verde, promovido por la Fundación Empresa & Clima.