La escuela está viviendo una auténtica revolución verde: la transformación y renaturalización de los patios.
La mayor parte de los centros educativos cuentan con patios donde predomina el hormigón y las canchas deportivas frente a los espacios verdes. Estas estructuras rígidas no favorecen la biodiversidad, no responde a las necesidades de juego libre, relación y aprendizaje de los niños y niñas, y dificultan la diversidad y la inclusión.
Es fundamental potenciar que la vida entre en los patios escolares, generar espacios biodiversos donde predomine el arbolado y las zonas verdes, pero también las especies silvestres, los insectos, las aves, etc.
La biodiversidad de los patios favorece experiencias educativas y relacionales ricas y variadas en el tiempo de recreo, pero también son lugares en los que podemos impartir contenidos curriculares. La escuela debe abrirse a la vida, al mundo, y esta apertura debe empezar en el patio.
A lo largo de la historia muchas escuelas en el mundo han trabajado en los espacios exteriores, como es el caso de la institución libre de enseñanza. Pero el modelo más extendido de escuela en la actualidad son lugares carentes de vida, donde predomina el hormigón y en los que el aprendizaje se reduce a las cuatro paredes del aula.
En los últimos años se está produciendo un cambio motivado por el actual escenario de cambio climático, que requiere actuaciones urgentes como la reducción de nuestra huella de carbono, el aumento de la superficie forestal y la creación de parques y corredores verdes en las ciudades.
El aumento de la temperatura tiene graves efectos sobre nuestra salud, especialmente en la infancia, por lo que es fundamental generar espacios más resilientes al cambio climático mediante la introducción de sombras, vegetación y huertos en los patios educativos. Los huertos educativos son recursos que nos permiten trabajar contenidos curriculares relacionados con la biodiversidad, los ciclos naturales, la alimentación ecológica y saludable, la soberanía alimentaria, etc.
La Estrategia Europea de Biodiversidad y la agenda 2030 establecen el marco en el que se fundamentan algunos proyectos transformadores como “Patios por el Clima” que se ha implantado en Andalucía, Aragón, Baleares, Cataluña, Galicia, Madrid, Valencia y País Vasco o el “Programa de renaturalización y adaptación al cambio climático de patios escolares” de Castilla y León. Estos proyectos fomentan la sensibilización sobre las consecuencias del cambio climático y la participación de la comunidad educativa en proyectos concretos que contribuyan a su mitigación.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día del Medio Ambiente