Ante el estallido de la pandemia cientos de empresas dimos respuesta, en la medida de nuestras posibilidades, a lo que nos demandaba la sociedad. Desde la donación de mascarillas, materiales sanitarios o el apoyo a nuestros colectivos y comunidades más cercanas.
En Alares, entre otras muchas iniciativas, hicimos la compra y se la llevamos a casa a miles de personas que no podían salir a la calle. También pusimos a disposición de los ciudadanos el teléfono gratuito “Ilumina una vida” (900 877 037) para acompañar y escuchar activamente a las personas en situación de soledad no deseada. Lo mismo hicimos con “Filomena”, el volcán de La Palma, etc.
Tras estos años que nos han tocado vivir, el agotamiento emocional está haciendo mella en la población y se ve reflejado en un notable incremento de llamadas que recibimos en nuestros teléfonos de consultas psicológicas y del programa Ilumina una vida.
Hoy volvemos a encontrarnos en una situación extraordinaria y otra vez sin precedentes. La Guerra en Ucrania, que nos muestra un escenario aún más cruel, hace que las empresas no podamos permanecer equidistantes. También hace aflorar la necesidad de ayudar y colaborar en todo lo que esté a nuestro alcance.
Por ello desde Alares, hemos puesto en marcha el programa de inclusión sociolaboral “Inclusión Ucrania”. El plan consta de varias acciones. Estas son la impartición de cursos de español y la creación de un itinerario de inserción laboral e intermediación con empresas y organizaciones que trabajan de forma directa con el colectivo de personas refugiadas, para formarlas y ayudarlas a encontrar un empleo digno a través de la agencia de colocación sin ánimo de lucro de Fundación Alares*.
En Alares uno de los compromisos que adquirimos con la Agenda 2030 fue no dejar a nadie atrás y garantizar los derechos humanos para todos y todas. Por ello continuaremos cuidando de las personas: las que tienen miedo, las que necesitan ser escuchadas, las que se encuentran en riesgo de exclusión, las que lo han perdido todo…, seguiremos a su lado en los diferentes momentos de sus vidas, sean cuales sean sus circunstancias.
Definitivamente, las empresas no podemos estar de espaldas a la sociedad. Nuestros empleados y nuestros clientes nos piden cada vez más compromiso y nos exigen ser empresas socialmente responsables.