Hace unos 3 años que compartí con otras 24 mujeres maravillosas un curso para mujeres emprendedoras en Barcelona Activa, la agencia de promoción económica del Ayuntamiento de Barcelona. Nos expusieron un caso de éxito que me impactó. En concreto, me asombró ver la tenacidad de esas mujeres, su orgullo al explicar cómo les iban las cosas, y su agotamiento en algunos puntos. Y le dije a la profesora de Finanzas: “en 3 años, yo quiero estar ahí, explicando mi proyecto”.
Pasaron 2 años y medio y me invitaron a participar como caso de éxito. Hoy repito experiencia, feliz y orgullosa de poder explicarle a otras mujeres con inquietudes, dudas y sobradas de energía, que es posible ser mujer emprendedora y, además, madre de dos hijas pequeñas.
Resulta que, sin saberlo, ya era intraemprendedora por venir desde Argentina con 24 años, cambiar de país dos veces, montar una agencia en Lisboa y también por proyectos dentro de las multinacionales donde he trabajado. Resulta que, sin saberlo, lo que más quería era enseñar a mis hijas que el trabajo puede ser divertido, que aprender es enriquecedor a cualquier edad y que puedes hacer “algo más” por el planeta y por las personas.
Tan mal no me fueron las cosas. He conseguido mucho gracias al esfuerzo, trabajo y tenacidad, además de pizcas de suerte buscadas.
Debo confesar que a veces siento cierto agotamiento cuando me hacen mansplaining. Siento también bastante agotamiento cuando todavía toca explicar la diferencia entre machismo y feminismo.
Y, a la vez, siento más fuerza que nunca para seguir adelante y elogiar los pasos, por pocos que sean, que pueden cambiar la vida de muchas mujeres y colectivos desfavorecidos. Me enorgullece que haya tantos referentes femeninos en muchos ámbitos tradicionalmente masculinos para que mis hijas se sientan identificadas.
En los inicios de Circoolar, un pilar fundamental fue el empoderamiento femenino. Y me alegra saber que he impactado positivamente en la vida de algunas mujeres. En concreto, las mujeres que forman parte de los talleres de confección como la Fundación Roure que, gracias a una capacitación tienen una profesión digna y avanzan hacia un futuro más próspero día a día. Manos especiales que confeccionan las prendas de ropa laboral para Circoolar. Prendas confeccionadas de y a partir de segundas oportunidades.
Y aunque queda camino por recorrer celebro este día, lo disfruto, lo pienso y lo siento. Porque ser mujer es poderoso.
Por todo ello, el Día de la Mujer es un día de celebración de la diversidad y de reivindicación por la equidad.
Yo, el 8 de marzo, hago huelga. Porque hay muchas mujeres no muy lejos de donde estoy, no tienen ni la voz ni el poder de expresarse como lo tengo yo. Esta es mi forma de celebrarlo: hago huelga por mis hijas y por las mujeres poderosas que ya no están.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de la Mujer 2022.