La transición energética es uno de los objetivos clave para el futuro de la humanidad y, para lograrlo, debemos contar con el talento de todos. En este contexto nos encontramos precisamente ante otra de las metas clave para construir la sociedad a la que queremos llegar, una igualdad de género completa y real en el ámbito laboral. Ambos elementos se complementan, por tanto, a la perfección a la hora de identificar los pasos que debemos dar de ahora en adelante tanto en el sector energético como fuera de él.
Debemos pararnos a reflexionar, por tanto, en la fuga de talento que conlleva la desigualdad que existe actualmente. En este momento, la presencia de las mujeres en el sector energético sigue siendo minoritaria y, de hecho, solo tres de cada diez trabajadores de esta industria somos mujeres, un porcentaje que se reduce todavía más en los puestos directivos. Siendo conscientes de esta situación, tenemos que ser ambiciosos y potenciar el cambio, no ser conformistas en el curso establecido y acelerar la evolución, apostando por el talento diverso en todas sus facetas, lo que supone, además, una clara ventaja competitiva.
Nos encontramos ante una oportunidad única, pues la transición energética conlleva la creación de una industria nueva, con ingenierías y carreras técnicas innovadoras que pueden atraer mucho talento femenino, evitando los sesgos inconscientes que ligan este tipo de formación a los hombres. Sin embargo, para lograrlo debemos aportar un enfoque integral, asegurando la igualdad de oportunidades en la empresa, en todas las áreas, ubicaciones y generaciones, pero especialmente desde edades tempranas, apoyando a las niñas que quieran estudiar una carrera científica o técnica, en este sentido los role models han demostrado ser de suma importancia para despertar vocaciones en las carreras tecnológicas o científicas.
La diversidad es valor. Eso es una verdad indiscutible. Cuantas más mentes diferentes piensen sobre un mismo tema más se enriquecen los resultados. De hecho, precisamente hoy en día, cuando estamos viviendo la mayor revolución energética y ecológica de la historia, las grandes posiciones internacionales medioambientales están ocupadas por mujeres, como la Dirección Ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que ejerce la danesa Inger Andersen, o la Secretaría Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que dirige la mexicana Patricia Espinosa.
No podemos olvidar, también las numerosas ministras europeas dentro de este ámbito, como la propia Teresa Ribera en España.
Ante este escenario, las compañías son conscientes de las oportunidades que pueden perderse en caso de no apostar un modelo totalmente igualitario y, para lograrlo, es necesario establecer objetivos y retos concretos y ambiciosos. En Cepsa, en 2019, nos fijamos el objetivo de que en 2025, al menos, el 30% de las posiciones de liderazgo de la compañía estuvieran ocupadas por mujeres, en el último año hemos logrado incrementarlo en un 2,7%, alcanzado el 25,4%, lo que indica que vamos por el buen camino pero también que debemos seguir trabajando para alcanzar meta.
Nuestro compromiso es total con este proceso, impulsando la contribución de las mujeres dentro de nuestra compañía, promoviendo la presencia femenina en las posiciones directivas, impulsando iniciativas que contribuyan al desarrollo y la promoción de nuestras profesionales y fomentando la formación de las niñas en carreras de STEM necesarias para la transición energética. Todo ello, además, no solo a través de la implementación de medidas integradoras, sino también formativas, que contribuyan a la eliminación de los sesgos inconscientes o involuntarios que puedan boicotear o ralentizar el proceso.
La igualdad implica justicia social, pero la integración y la diversidad también aportan talento y mayor competitividad. Impulsar el rol de la mujer en el ámbito laboral es un objetivo por sí mismo, pero además ello también contribuye al proceso de transformación energética en el que estamos inmersos. Es por tanto el momento de apostar por ello, para que dentro de unos años miremos atrás y podamos decir, con orgullo, que hemos contribuido a lograr una sociedad igualitaria en un planeta más verde.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de la Mujer 2022.