Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es la segunda causa de muerte en los países desarrollados y se estima que la dieta es la causante, al menos, de un 30% de los casos. Son muchos los factores que tienen un papel activo en esta enfermedad, como el tabaco, el alcohol, la exposición a contaminantes, entre otros, pero también existen otros factores que juegan un papel clave en la prevención como es el hecho de seguir una alimentación saludable, rica en hortalizas y tubérculos, legumbres, cereales integrales, frutos secos y fruta.
En esta línea, desde Ametller Origen tenemos un propósito firme: promover un estilo de vida saludable y sostenible a través de una alimentación nutritiva, placentera y limpia. Es por esto, y con el objetivo de ayudar en la prevención de enfermedades crónicas y determinados tipos de cáncer, que llevamos a cabo diferentes acciones. Uno de nuestros logros más significativos de este último año ha sido el de revisar los productos de marca propia incluidos en el Plan Naos del Ministerio de Sanidad, consiguiendo que el 100% cumplan con los criterios establecidos respecto al contenido de sal, azúcar y grasas. Asimismo, realizamos talleres y charlas de acuerdo con las directrices establecidas por la OMS y, este año, coincidiendo con el día mundial del cáncer, nos hemos sumado a la iniciativa de la Asociación Española contra el Cáncer ‘La compra de tu vida’ con la que no solo queremos recaudar dinero para la investigación de esta enfermedad, si no que queremos concienciar a toda nuestra comunidad sobre la importancia de seguir una alimentación saludable como arma de prevención.
El papel de las frutas y las verduras en la prevención del cáncer: algunos datos
Las frutas, hortalizas y verduras se caracterizan por ser ricas en fibra, pobre en grasas saturadas y tienen como valor añadido que son ricas en fitoquímicos, unos compuestos químicos que se encuentran de forma natural en las plantas y que, en algunos de ellos, se les atribuye un actividad antioxidante y un cierto papel protector en determinados cánceres.
Si entramos más en detalle, algunos estudios han observado la asociación entre el consumo de determinados vegetales, como las coles o el brócoli, y la reducción de tener un cáncer gastrointestinal. Otros estudios han observado un papel protector del consumo de frutas y verduras, especialmente de hoja verde, asociado a un menor riesgo de cáncer de pulmón. Si bien es cierto que estos estudios y otros no son concluyente, en todas existe una relación inversa entre el consumo de frutas y hortalizas, así como otros alimentos de origen vegetal, y una menor incidencia de cáncer, y esto se debe a los antioxidantes que actúan eliminado sustancias que puede dañar nuestras células.
Muchas veces hemos escuchado que el licopeno del tomate está relacionado con la protección contra el cáncer de próstata o que las coles tienen un componente que puede tener cierta actividad antitumoral. Pero es importante recordar que todos estos datos son ciertos en el marco de una alimentación saludable y que esta vaya acompañada de actividad física.
Algunas de las recomendaciones que se hacen sobre la frecuencia de consumo de frutas y verduras están basadas con la evidencia científica que se dispone hasta día de hoy y por eso se aconseja el consumo de mínimo de tres frutas al día e incluir mínimo una ración de vegetales, en la comida y cena y escoger los cereales en su forma integrales. Es también muy importante introducir la proteína vegetal entre 3 y 4 veces a la semana, lo que significa sustituir una comida de pescado, carne o huevos por una comida a base de legumbres.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial contra el Cáncer, promovido pro CRIS contra el cáncer.