Hace unos días concluimos el ciclo #ViajarconPropósito en el que hemos tenido la oportunidad de conocer de la mano de grandes profesionales su visión del viaje de empresa del futuro. También hemos sabido más acerca de las soluciones a corto y medio plazo para hacer que los viajes en avión sean más sostenibles.
Entre estas soluciones a corto y medio plazo destacan la importancia de la renovación de la flota y la utilización de los llamados combustibles sostenibles para la aviación (SAF). Desde Air France-KLM trabajamos activamente en ambas áreas.
En 2025, el 50% de nuestra flota estará compuesta por aviones de última generación: Airbus A220, Airbus A350 y Boeing B787 que reducen entre un 20 y un 25% las emisiones de CO2 y en un tercio la huella sonora.
En lo que al biocombustible se refiere, desde hace muchos años Air France y KLM participan en programas de investigación y desarrollo de estos combustibles alternativos. En 2009 KLM fue la primera compañía en operar un vuelo comercial con biocombustible.
Los combustibles sostenibles para la aviación, que se pueden fabricar a partir de residuos orgánico (aceites usados, productos de desecho, residuos forestales…) pero también a partir de productos sintéticos (hidrógeno verde y CO2), se pueden incorporar al combustible tradicional para aviones sin ninguna modificación del motor. Su uso puede reducir las emisiones de CO2 hasta en un 85% en comparación con el combustible convencional. Sin embargo, su limitada producción hasta el momento hace que su precio sea entre 4 y 8 veces superior al del queroseno convencional.
Fabricantes aeronáuticos, aeropuertos, gobiernos y compañías aéreas trabajamos conjuntamente para promover la producción y el incremento de la utilización de SAF.
Nuestro siguiente desafío es acompañar ahora a los clientes, como parte implicada en el uso del transporte aéreo, para que también participen de manera activa en el desarrollo de esta industria sostenible. En este sentido, Air France y KLM también han sido pioneras con el lanzamiento de su programa corporativo SAF, que propone a las empresas desempeñar un papel activo en el futuro de los viajes sostenibles. El proceso es el siguiente: después de una estimación de las emisiones de CO₂ asociadas a sus viajes, las empresas pueden determinar la contribución anual que deseen dedicar a dicho programa. La aportación íntegra es invertida por nuestro grupo en el abastecimiento y la utilización de combustible sostenible para la aviación.
Hasta la fecha, en España se han incorporado empresas como el proveedor de soluciones para la industria del automóvil Ficosa, el turoperador Icárion, y en el terreno de la carga área Airpharm Logistics S.A.U. y Acciona Forwarding. A nivel mundial, algunos ejemplos de empresas que ya participan en este programa son ABN AMRO, Arcadis, Lavazza, Kuehne&Nagel o Bolloré.
Logrando una participación generalizada en este programa, conseguiremos respaldar la creación de una industria de combustibles sostenibles que garantice un transporte aéreo cada vez más eco-responsable. Esto sin duda implica una visión vanguardista, comprometida y valiente. Pero ¿no decía el poeta Virgilio que la fortuna está al lado del que se atreve?
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Viajar con propósito, promovido por Air France-KLM.