Las empresas son un lugar de encuentro para las distintas generaciones. Baby boomers, Generación X, Millennials y la Generación Z se dan cita hoy en día en el entorno laboral. Las compañías en la actualidad constituyen, por tanto, un punto de conexión entre colaboradores de diferentes edades y también un lugar para la diversidad generacional. Esta diversidad basada en la edad contribuye a equipos más ricos en competencias y habilidades. El reto es ahora impulsar el diálogo y la transferencia de valor entre generaciones. La pregunta es, ¿cómo podemos hacerlo?
En Lilly la diversidad y la inclusión se basan en reconocer y valorar las diferencias entre las distintas características de las personas. El talento senior, al igual que el talento joven, es fundamental, pues es una base sólida para construir un mejor equipo. Está claro que todos podemos y tenemos que aprender de todos.
En Lilly hemos desarrollado el programa Reverse Mentoring: mentorización en la que un empleado junior, normalmente de la generación millenial, se convierte en mentor y un empleado sénior se convierte en mentee o mentoreado. En este tipo de ejercicio, el joven tiene una excelente oportunidad para conocer la cultura de la empresa, aprender de personas que tienen una larga trayectoria en la compañía, hacerse más visible y romper barreras. El senior, por su parte, tiene la oportunidad de acercarse a la realidad de otras generaciones y contrastar un punto de vista a veces sesgado.
En definitiva, el reverse mentoring supone una oportunidad de aprendizaje bidireccional y continuo desarrollo para todas las generaciones. Ayuda al talento senior a conocer las motivaciones de generaciones más jóvenes y es una práctica beneficiosa para juniors y seniors porque fomenta la conexión entre dos generaciones, eliminando sesgos y ayudando a trabajar mejor en equipo y a un liderazgo más inclusivo.