La reticencia a la contratación de perfiles senior en las organizaciones y empresas es un tema que se ha puesto en cuestión desde hace varios años. Bien es cierto que hoy en día continúan existiendo empresas cuya política decide obviar este tipo de perfiles, pero cada vez más se ha demostrado que la edad no es -ni debería ser- un requisito a la hora de cubrir vacantes.
Los profesionales senior, tengan la edad que tengan, tienen mucho que aportar en el ámbito laboral, independientemente del sector. De hecho, una de sus principales cualidades es su experiencia y bagaje laboral, que no solo contribuye al enriquecimiento de la compañía, sino que también ayuda a acompañar a los jóvenes en su trayectoria profesional.
En La Fageda conocemos de primera mano la riqueza de la diversidad generacional en las organizaciones: en nuestra plantilla tenemos perfiles juniors, seniors e incluso muy seniors. Y es que nuestra política se basa en la contratación de personas que cumplan con las habilidades, las aptitudes y la experiencia que requiere el puesto de trabajo que necesitamos cubrir en aquel momento, sin que la edad sea un requisito primordial. Es decir, buscamos personas que tanto a nivel profesional como a nivel personal puedan cubrir, en un porcentaje elevado, las necesidades específicas del lugar de trabajo sin que la edad sea un factor excluyente durante un proceso de selección.
Aunque la sociedad se haya vuelto más consciente de la necesidad de acabar con la reticencia de contratación de perfiles seniors, todavía queda mucho camino por recorrer. Por ello, es igual de importante que los seniors hagan valer su experiencia y profesionalidad y que los directivos y personas contratantes, entiendan y sean capaces de reconocer el gran valor que estos perfiles pueden aportar a la organización.