La COP26 ha sido la primera Cumbre sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas después del informe tan alarmante emitido el 9 de agosto de 2021 acerca de la catástrofe climática actual, donde se mostraba al ser humano como principal responsable del calentamiento global de nuestro planeta. Ello ha hecho que haya sido una cumbre con gran difusión en los medios y seguida al detalle.
La cumbre arrancó el domingo 31 de octubre, con el objetivo central del Acuerdo de París, mantener el aumento medio de la temperatura global a 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales, y redoblar esfuerzos para no superar la cota de 1,5 grados al final de este siglo. Ese mismo día el Papa en su ángelus dominical pidió rezar por el éxito de la COP26: “Recemos para que los gritos de la Tierra sean escuchados”.
Tras catorce días de conversaciones y unas pocas noches en el Scottish Event Campus (SEC) de Glasgow, se ha llegado a determinados compromisos y acuerdos, aunque muchos de ellos sin carácter vinculante, habrá que ver en adelante como se concretan y materializan.
Algunos de los acuerdos y compromisos más importantes:
Deforestación
La deforestación uno de los problemas más urgentes del cambio climático, supuso el primer acuerdo de la cumbre. Más de 100 países, entre ellos Brasil, dieron su respaldo a un acuerdo mundial para poner fin a la deforestación en el 2030. La importancia de Brasil en el cambio climático es vital. En su territorio se encuentra la mayoría de la superficie de la selva amazónica, con gran capacidad de absorción de carbono de la atmósfera.
Metano
Ciento cinco países suscribieron el compromiso para reducir un 30% para 2030 las emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero que tiene grandes focos de emisión en instalaciones de hidrocarburos, determinados cultivos agrícolas y explotaciones ganaderas. Sin embargo, China, Rusia e India, que se resistieron a firmarlo, suponen el 35% de emisiones de metano.
Objetivo de carbón
Se diluyó en el último minuto a un compromiso de “reducir gradualmente” en lugar de “eliminar gradualmente” la energía del carbón, por petición de India y China. Sigue siendo significativa que por primera vez se haga mención a los combustibles fósiles en un texto de la COP.
China-EE. UU. Trato
La mayor sorpresa en Glasgow fue el acuerdo de los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo para trabajar juntos. Estados Unidos tuvo que dejar de lado otros problemas actuales con China, incluidos los problemas humanitarios. Más específicamente, el tratamiento actual de los uigures étnicos de China.
Reglas para el mercado mundial de carbono
Los mercados de carbono suponen una herramienta por la cual los países y empresas que han excedido sus derechos de emisión (es decir, han emitido más de lo que debían) pueden comprar a terceros países derechos sobrantes o realizar proyectos para la reducción de emisiones. En la cumbre se han establecido reglas sobre el comercio internacional de carbono, que aportan claridad a las empresas, en un mercado que estaba creciendo de manera descontrolada.
Revisión anual de los planes de reducción las emisiones de gases de efecto invernadero de cada país (NDC). Los países deberán revisar sus planes con carácter anual, de cara a la COP27 de 2022 en Egipto. En un inicio, tras el Acuerdo de París, la revisión se hacía cada cinco años (aunque la pandemia obligó a retrasarlo todo un año).
Compensación por daños
Por primera vez, se reconoce que los países afectados por eventos climáticos catastróficos recibirán ayudas. El mecanismo de estas ayudas está por definirse, es algo para la COP27, en Egipto el próximo año.
Por otro lado, los países ricos se comprometieron a sacar adelante la promesa incumplida de 2009 de destinar 100.000 millones de dólares al año a partir 2020 y hasta 2025 para que los países con menos recursos hagan frente al cambio climático.
La COP26 ha dejado un sinfín de acuerdos, compromisos, pactos y alianzas, en su mayoría no vinculantes, por lo que nadie asegura que se vayan a cumplir.
Próxima parada, la COP27 de Egipto. Tenemos un año por delante para que promesas y pactos se materialicen, y que el cambio climático siga ocupando un lugar prioritario en las políticas de gobiernos y empresas.