Corresponsables entrevista a Belén Viloria, Directora Ejecutiva de B Lab Spain. Conversamos sobre el movimiento B, una iniciativa global que aborda los desafíos sociales y medioambientales de nuestro tiempo para promover un nuevo tipo de economía.
B Lab Spain ha experimentado un crecimiento significativo, superando las 8,000 empresas a nivel mundial. ¿Cómo describirías el camino que ha llevado a este crecimiento y cuál es tu valoración de este fenómeno?
Este camino hacia más de 8000 empresas B Corp es, sin duda, un movimiento imparable. Su origen se remonta a años atrás en los Estados Unidos, y en España, hemos sido parte de este viaje durante los últimos 8 años, logrando hitos que, en principio, parecían inimaginables. Actualmente, en España contamos con 250 empresas B Corp y otras 100 que están en el camino. A nivel global, estas empresas se extienden por 161 industrias en 92 países.
Este crecimiento no solo se refleja en números, sino también en el tejido de comunidades locales que se han formado en torno a las B Corps, integrando academia, ciudadanía y organizaciones del entorno. Más de 400 multiplicadores B, distribuidos por todo el territorio, han decidido adoptar este compromiso. Un círculo de impacto compuesto por 16 líderes de primer nivel está transformando la realidad. La colaboración con la academia, a través del proyecto Barcelona +B, se ha convertido en una realidad, y se inscribe dentro del modelo de ciudades +B, siendo un pilar fundamental de este movimiento.
En estos 8 años, hemos logrado no solo números impresionantes, sino también un hito clave: la impulsión de la ley que reconoce a las empresas con propósito, las SBIC (sociedades de interés y beneficio común), que ya está en marcha. Ahora, con el nuevo gobierno, estamos trabajando para promover nuevos reglamentos que fortalezcan este reconocimiento y consoliden aún más el compromiso de las empresas con un propósito más allá de lo puramente comercial.
¿Cómo definirías el movimiento B y cuál crees que es su papel central?
Es un compromiso con la responsabilidad social y la sostenibilidad. Ser B no es simplemente una clasificación, es la esencia de hacer las cosas bien. En el núcleo de nuestro movimiento se encuentran las empresas, que no solo buscan beneficios económicos, sino que también buscan crear un impacto significativo en el tejido económico y social.
Cuando hablamos de ser B, nos referimos a la voluntad de utilizar el poder transformador de las empresas para ir más allá de los intereses comerciales y trabajar en pro de una economía más justa, equitativa y regenerativa. Es un compromiso con valores que van más allá de las ganancias, abordando de frente los desafíos sociales y medioambientales de nuestro tiempo.
Cuéntame un poco más sobre el proyecto Barcelona +B y cómo se inserta en el modelo de ciudades +B.
Barcelona +B forma parte de un modelo global de ciudades +B. La clave está en generar colaboraciones entre la administración pública, la sociedad y las instituciones académicas, convirtiéndose en un punto de encuentro donde todos estos elementos convergen para impulsar el bienestar de las personas.
El modelo de ciudades +B no es solo un concepto, es una visión concreta de cómo las ciudades pueden liderar un cambio positivo y sostenible. Barcelona +B no solo destaca como un proyecto impresionante en sí mismo, sino que también sirve de ejemplo para que otras ciudades se unan a esta movida. Es esencial comprender que adoptar los principios B no es solo una opción, sino una necesidad imperativa para construir ciudades más sostenibles y equitativas.
¿Cuál crees que es el futuro de la sostenibilidad en España y cuáles son los principales desafíos que enfrentan las empresas en el marco del movimiento B, los ODS o la Agenda 2030?
El futuro de la sostenibilidad en España está en un punto de inflexión. Aunque hay empresas que están marcando el camino, todavía enfrentamos el desafío del desconocimiento generalizado. La sostenibilidad no es solo un tema de cuidar el medio ambiente; abarca impacto social, gobernanza, y también medio ambiente, todo vinculado a los resultados económicos. Por lo tanto, uno de los mayores desafíos es que a veces las organizaciones dicen ser sostenibles, pero en realidad, no siempre es así. Esto crea aún más confusión, porque no todas las afirmaciones se traducen en acciones concretas.
El futuro de la sostenibilidad en España dependerá de cómo superemos el desafío del desconocimiento y comuniquemos de manera efectiva, generando conciencia y acciones tangibles que impulsen un cambio real hacia un modelo empresarial más sostenible y responsable.
¿Qué papel juega la comunicación en la sostenibilidad empresarial y cómo puede contribuir al cambio?
La comunicación es imprescindible, ya que si eres sostenible y no lo comunicas bien, el mensaje se pierde. Es importante comunicar nuestras acciones sostenibles para generar cambios en el entorno, inspirando y sirviendo como ejemplo a seguir. La sostenibilidad no es algo que puedas comprar o pretender ser, sino que es una cuestión de autenticidad; o eres sostenible, o no lo eres. Es un compromiso real y debe comunicarse como tal. De esta manera, como ya he dicho, se consigue crear un ambiente propicio para que otros se sumen al movimiento.