Desde el año 2014, todos los cinco de noviembre, se celebra el “Día Internacional de las Personas Cuidadoras” para reconocer la importante labor que realizan los cuidadores/as, tanto familiares como profesionales, de personas mayores, enfermas, discapacitadas o dependientes.
Probablemente el envejecimiento de la población y la soledad que sufren muchos mayores sean los factores más importantes que producen una mayor dependencia y, en consecuencia, una mayor relevancia de las personas cuidadoras.
En España hay casi dos millones de personas que trabajan formalmente en el sector sanitario (médicos, enfermeros, fisioterapeutas…) y asistencial (gerocultores, auxiliares de ayuda a domicilio, personal de teleasistencia…), lo que supone alrededor del 10% de las personas empleadas. Adicionalmente, si se tiene en cuenta a los cuidadores familiares y a las personas cuidadoras que trabajan en el mercado informal (sin estar dados de alta en el régimen de la seguridad social) estaríamos hablando de alrededor de otros tres millones de personas que se dedican a la labor de cuidar. Por esta razón, las personas cuidadoras representan más del 10% de la población total española.
Estas cifras indican la importancia que representan actualmente las personas cuidadoras, importancia que será cada vez mayor, ya que es un nicho de empleo que está creciendo entre el 3% y el 10% en los últimos 15 años y con tendencia de que siga creciendo a futuro por la mayor longevidad de nuestra sociedad (cada cuatro años aumenta en un año nuestra esperanza de vida).
Ninguno de nosotros debemos sentirnos insensibles a la labor de cuidar, ya que a todos nos afecta por razones de ley de vida: nacemos siendo cuidados, a lo largo de la vida nos convertimos en cuidadores y probablemente al final de nuestros días, si tenemos la suerte de no haber contraído alguna enfermedad o padecido cualquier tipo de accidente que nos discapacite, muy probablemente necesitemos que nos cuiden, por perder capacidades para realizar las actividades básicas de la vida diaria.
Por esta razón, probablemente todos estemos de acuerdo en que cuando nos haga falta que nos cuiden, nos gustaría recibir unos cuidados absolutamente profesionales, ya que si a la situación desagradable de la Dependencia se suma unos cuidados inadecuados, la calidad de vida de la persona dependiente se puede reducir en exceso.
La formación o cualificación de los trabajadores en cualquier sector es la que suele garantizar la prestación de un servicio de calidad. En los trabajadores sociosanitarios esta premisa es todavía más cierta, ya que se necesita una formación integral, tanto en conocimientos como en habilidades, ya que cuidar a las personas mayores o dependientes requiere tanto de aptitud con “p” como de actitud con “c” y, para conseguir esto, hay que formarse.
A cuidar bien se aprende, máxime cuando cada persona es distinta y, por tanto, requiere unos cuidados también distintos. Hay que personalizar la atención y los cuidados teniendo en cuenta las necesidades de la persona mayor o dependiente, así como el lugar donde se prestan estos servicios. Por esta razón, la formación también tiene que ser especializada y adecuada a los distintos trabajadores que prestan sus servicios en el domicilio de la persona cuidada, en instituciones sociales o a través de la teleasistencia.
El objetivo principal de SUPERCUIDADORES es “profesionalizar y dignificar la figura del cuidador para mejorar la vida de las personas mayores o dependientes”. Por esta razón, hemos creado 400 temáticas formativas para aprender a cuidar a cualquier persona mayor o dependiente, ya sea por razón de edad, enfermedad o tipo de discapacidad o dependencia que tenga.
Nuestros retos en el ámbito de la formación son tres: 1) Ofrecer formación personalizada y especializada a las distintas necesidades de las personas mayores o dependientes, creando itinerarios formativos tanto para cubrir las distintas necesidades de la persona a cuidar como de los distintos trabajadores del sector sociosanitario. 2) Proporcionar formación accesible a cualquier persona con independencia del lugar donde se ubique. En este sentido, la formación online de calidad (con un tutor que acompañe al alumno durante todo el tiempo que dure su formación), accesible desde cualquier dispositivo con conexión a internet solventa dicha situación, además de hacer la formación más económica en comparación con la formación presencial. 3) Ofertar distintos formatos formativos, desde videotutoriales de corta duración hasta másteres especializados, pasando por masterclass, cursos o certificados de profesionalidad en el ámbito sociosanitario como son nuestros Certificados de Profesionalidad en Atención Sociosanitaria a personas dependientes en Instituciones o en Gestión de Llamadas de Teleasistencia.
En el ámbito de la responsabilidad social y la sostenibilidad nuestra misión es ayudar y dar visibilidad a la figura del cuidador, por lo que también desde el año 2014 organizamos los premios SUPERCUIDADORES, que gozan de un alto reconocimiento, y en el que los Reyes de España han sido los presidentes de honor en distintas ocasiones. En este año 2021 hemos lanzado la 1ª App de formacion para cuidadores familiares y profesionales, así como publicado recientemente el libro “SUPERCUIDADORES, SUPERCUIDADORAS”, donde 200 personas que cuidan de otras comparten sus vivencias en relatos inspiradores para la humanidad.
El patrocinio de este Dosier para reconocer el Día Internacional de las Personas Cuidadoras es también una muestra de nuestro compromiso con todos los cuidadores, a los que queremos ayudar con la publicación y descarga gratuita del “Decálogo de SUPERCUIDADORES para cuidar mejor”.
Quizás no podamos curar, pero lo que sí podemos y debemos hacer es cuidar con dignidad y profesionalidad. Nuestros mayores o dependientes nos lo agradecerán.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Internacional de las Personas Cuidadoras