En Sanitas tenemos un fuerte compromiso con el cuidado de la salud de las personas y del planeta. Gracias a él nos fijamos un objetivo que, si bien es ambicioso, nos hace superarnos cada día. Se trata del fomento de una vida activa y hábitos saludables y, el deporte es el principal medio para lograrlo. Sin embargo, pese a los avances sociales, médicos y tecnológicos de los que disfrutamos hoy en día, aun hay un colectivo que encuentra grandes dificultades para lograr una práctica deportiva plena, las personas con discapacidad.
Nuestro compromiso es tal que, hace ya más de diez años, nos propusimos que esto dejase de ser así, puesto que el deporte, el ocio y la calidad de vida, son derechos de los que cualquier persona debería disfrutar. Así fue como nos lanzamos a la aventura de construir la Alianza por el Deporte inclusivo, porque si de algo estamos seguros es que el deporte será inclusivo o no será.
A lo largo de este tiempo muchos son los organismos, empresas e instituciones que se han unido a la iniciativa. En concreto, 6.160 personas que ya han disfrutado de competiciones inclusivas a través de nuestra Semana del Deporte Inclusivo, que ponen de manifiesto que nuestro sueño está más cerca que nunca.
Este desarrollo lo hemos logrado de la mano de la Universidad Politécnica de Madrid que, a través de la Cátedra Fundación Sanitas de Estudios sobre Deporte Inclusivo, investiga, estudia y difunde una amplia variedad de información con la que desarrollar esta disciplina.
A la vez que logramos este posicionamiento y, que más de 450 profesionales han sido formados, tenemos gran parte del camino ganado para lograr el siguiente paso: la celebración de los primeros Juegos Inclusivos. Se trata de la primera competición inclusiva a nivel nacional e internacional que contará con deportistas de élite y en la que tendrán la oportunidad de competir con reglamentos inclusivos. Será, por tanto, un hito histórico en el olimpismo y paralimpismo.
Pero el deporte inclusivo nos demuestra lo que podemos alcanzar si, entre todos, fomentamos la igualdad a todos los niveles.
Y qué mejor manera de comenzar que por el propio lenguaje. La forma en la que nos comunicamos, en la que hablamos o compartimos conocimiento es un indicativo de la forma de ser de una persona. Y, por extensión, de una sociedad. Esta situación se magnifica en el entorno digitalizado en el que nos encontramos, en el que vivimos rodeados de información. En Fundación Sanitas nos resulta fundamental promover un sistema comunicativo inclusivo, en el que todos tengamos cabida, sea cual sea nuestra situación.
Lograr la inclusión es, por tanto, una tarea que solo puede lograrse a través de pequeños pasos que, por supuesto, incluyen la expresión. El lenguaje inclusivo no es más que el empleo de conceptos alejados de la discriminación y la descalificación. Y un tipo de lenguaje que no solo ha de ser de aplicación en materia deportiva, sino en cualquier campo de acción.
Una vez usemos las palabras adecuadas lograremos, de verdad, una sociedad en la que el concepto “inclusión” no sea necesario. Una sociedad en la que todos seamos realmente iguales.