No siempre lo urgente nos deja ver lo importante, pero ahora ambas metas se mezclan y retroalimentan: es urgente acometer lo importante. Sería reiterativo repetir el discurso de la crisis que ha provocado la pandemia de Covid y sus consecuencias transversales, porque ya lo conocemos y lo tenemos asumido. Tan asumido como que los procesos de zoonosis que están en el origen de muchas pandemias son producto de la degradación ambiental y el daño que le hacemos a la naturaleza. Tan asumido como que en los meses de confinamiento el planeta “respiró”.
Estamos viviendo un periodo excepcional, una suerte de tsunami que nos ha sumido en un shock colectivo que nos ha puesto la casa del revés. Pero, después de esta catástrofe tenemos dos opciones: olvidarnos y seguir tal y como estábamos, o aprovechar para renovarnos; repetir los errores de siempre o actuar de una manera diferente; regresar a la “vieja normalidad” o inventar una nueva; pensar como siempre o provocar el nacimiento de un nuevo paradigma.
Por eso, aprovechando la celebración de un día tan especial como el de hoy en el que ponemos el medioambiente en el centro, tenemos la gran oportunidad -y responsabilidad- de renovar por completo nuestro contrato con la naturaleza. Ha llegado el momento de pensar no solo en términos de la recuperación económica y social, sino también en una recuperación centrada en lo ambiental, manteniendo una visión “verde” para hacer posible la transformación del actual modelo, asentado en el ‘usar y tirar’, hacia uno basado en la economía circular, donde todo se reaprovecha.
No podemos negar que se están dando pasos en esta materia: las empresas cada vez apuestan por productos más sostenibles, con el empleo de menos materia prima y una reducción de la huella de carbono de sus envases; las administraciones han comenzado a desarrollar sendas legislaciones en materia de economía circular a fin de conseguir hacer de sus municipios y ciudades unos entornos más sostenibles; y los ciudadanos, una vez más, haciendo uso de todas las herramientas que tienen a su disposición para contribuir a esa sociedad circular.
Tanto es así que, el pasado año, a pesar de la situación de excepcionalidad vivida, la ciudadanía española usó el contenedor amarillo un 8,5% más para que los envases consumidos durante la pandemia, mientras luchaban desde sus casas contra la Covid, pudieran ser reciclados, reduciendo así el uso de nuevas materias primas gracias a la circularidad de esos envases (es decir, convirtiéndose en nuevos productos), así como evitando emitir a la atmósfera ingentes cantidades de CO2. Si, además, hacemos un análisis de este comportamiento ambiental durante los últimos años vemos que, lejos de ser algo aislado, podemos considerar que el compromiso con el reciclaje es un hábito asentado: el uso del contenedor amarillo ha crecido un 41% en el último lustro.
A pesar de todo, y aunque cada vez son más los que se suman a la senda del reciclaje y del consumo responsable, tenemos que seguir avanzando para hacer frente a los numerosos retos ambientales que tenemos ante nosotros. Y debemos hacerlo no solo porque la Unión Europea así nos lo haya marcado, sino porque esa recuperación que queremos, y que nuestro entorno se merece, pasa porque la sociedad asuma como propios los dictados de la economía circular. Solo una sociedad plenamente consciente de la consecuencia de sus actos sobre el entorno – sobreexplotación de los recursos, abandono de basuraleza, pérdida de la biodiversidad, generación excesiva de residuos, etc.-, podrá minimizar el impacto de los mismos y hacer posible la supervivencia de nuestro planeta tal y como lo conocemos.
No tenemos alternativas entre las que elegir. Porque, si algo ha quedado claro tras estos 15 meses de tsunami, es que, del pasado, solamente podemos quedarnos con el aprendizaje de nuestros errores para no repetirlos, recordar qué es lo realmente importante y darle el valor que se merece. En definitiva: mirar hacia atrás solo para seguir hacia adelante. Continuemos, pues, construyendo el futuro que queremos.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente, promovido por Ayuda en Acción dentro de su proyecto #1Planet4All, financiado por la Unión Europea.