Catalina Alemany, directora de RSC y Formación de Grupo RIU, habla con Corresponsables sobre la adaptación de los programas de responsabilidad social corporativa y sostenibilidad de la compañía hotelera durante los meses de pandemia y sobre el turismo responsable.
Durante esta pandemia RIU no ha detenido sus inversiones ni el trabajo social y ha adaptado sus programas de RSC ¿En qué programas habéis puesto el foco?
Lo que hemos hecho es confiar en nuestros aliados. Ellos nos hacían llegar una serie de análisis, de información, de cuál había sido el impacto COVID en los destinos que RIU trabajaba. Y nos dimos cuenta de que teníamos que cambiar el foco de determinados proyectos que ya llevábamos con nuestros aliados. Básicamente, ha sido un reenfoque hacia temas de educación y de alimentación.
La pandemia ha afectado a las familias en temas económicos y veíamos que nuestros proyectos, que eran mucho más de desarrollo, tenían que pasar a un ámbito más asistencial. Y es lo que hemos hecho con nuestros principales aliados en esos destinos. Ese ha sido el gran reenfoque de este año.
A pesar de estar viviendo una de las peores crisis del sector, no habéis querido dejar atrás a vuestros aliados, manteniendo activos aquellos proyectos que no podían pararse en Cancún, Caribe Mexicano y Mallorca ¿Puedes hablarnos de ellos?
Algo de lo que nos sentimos muy orgullosos es justo lo que acabas de decir, de no haber perdido aliados en un año muy difícil. Es verdad que no hemos sido capaces de sumar nuevas alianzas, y eso nos pesa porque estaba dentro de nuestros planes. Pero, al menos, hemos contribuido a no perder alianzas, a no perder proyectos ,a pesar de ese reenfoque que hemos tenido que hacer en muchos de ellos.
Al principio, estábamos con en estado de shock y lo paralizamos todo, pero a medida que empezamos a hablar con las entidades con la que colaboramos, vimos que había que continuar. Lo que no se puso nunca en duda fue la inversión social en los proyectos de salud, estos se han mantenido, no solo en España y México sino también en el resto de los destinos que teníamos programas de salud. En el resto, nos empezamos a dar cuenta de que paralizar la inversión ponía en riesgo la inversión que se había hecho en los años anteriores. Si no hacíamos nada ese proyecto perdía en resultados, se iban deteriorando, por lo que tuvimos que tomar la decisión de que, aunque nos iba a suponer un esfuerzo extra, íbamos a mantener los proyectos, y así lo hicimos. Creo que visto el resultado fue una muy buena decisión.
Dentro del pilar de salud y bienestar RIU tiene también en marcha importantes proyectos de ayuda en Costa Rica y Cabo Verde ¿Cuáles son estos proyectos y cómo los habéis adaptado durante estos meses?
En Costa Rica pusimos en marcha un proyecto de asistencia pediátrica en Artola, que es la población más cercana a nuestros hoteles allí, y ya decidimos que la clínica iba a seguir en marcha, y más cuando el planeta tiene un problema importante de salud. Lo que hemos hecho ha sido ir recopilando información de cómo se ha recomendado el servicio, de la opinión de los usuarios, y estamos muy contento con los resultados.
En Cabo Verde lo que hicimos fue cambiar completamente el objeto de la colaboración con África Avanza, una entidad que tenemos allí a nivel local, es una entidad española pero que tiene su propia entidad en Cabo verde. Con ellos lo que hicimos fue ver cuál era la problemática, sobre todo de las dos islas más turísticas y por lo tanto, más azotadas por la pandemia. Con ellos teníamos un proyecto de salud que no se podía llevar a cabo, porque era un proyecto de cooperación en el que tienen que viajar médicos cooperantes y eso se tuvo que paralizar. Lo que hicimos fue poner en marcha aun proyecto que se llama Menús Solidarios que trata de dar alimento al que no tiene y, además, está muy bien organizado, porque se contó con la colaboración de la administración pública, incluso para seleccionar a los beneficiarios.
Y estos son dos ejemplos de que se puede trabajar con la comunidad local, a pesar de la pandemia, y que además se puede trabajar muy activamente. Es muy importante tener buenos compañeros de viaje.
¿Qué iniciativas habéis llevado a cabo en España?
En España estamos especialmente satisfechos con una alianza que estrenamos en 2019 con tres entidades muy profesionales que son: Ayuda en Acción, Save the Children y Cruz Roja. Con ellos emprendimos tres proyectos diferentes, en tres áreas diferentes, y cada uno iba con nuestra línea prioritaria de infancia y alguna con comunidad local (algunos en Madrid, otros en Mallorca…). Y esas tres entidades fueron las que nos ayudaron a entender cómo estaban cambiando las prioridades de las familias en nuestro país, cómo temas que no eran prioritarios hasta ese momento empezaban a serlo.
Hemos trabajado con ellos en temas de educación, seguimos trabajando este 2021 estos mismos proyectos y, además, enfocados en aquello en lo que precisan los recursos, pero básicamente son educación y alimentación. Son proyectos que no estaba previsto en poner en marcha en España, son más propios de países en vías de desarrollo. Creo que hay que hacer una reflexión profunda de cómo va a dejar a las familias españolas esta pandemia y es responsabilidad de todos arrimar el hombro.
Mañana es el Día Mundial del Turismo Responsable ¿Qué significa para RIU el turismo responsable?
Lo que nos gustaría es que dejara de ser una quimera y empezara a ser un hecho. Yo creo que no podemos concebir el futuro del turismo sin que sea responsable y el sector turístico tiene muchas asignaturas pendientes con la responsabilidad.
De nada sirve que las empresas turísticas impulsemos compromisos en materia de responsabilidad social si luego el resto de agentes no están comprometidos, o no lo hacen de una forma coherente y compartida. Pongo algunos ejemplos, porque yo hablo de que no solo son las empresas, sino que son los trabajadores, los proveedores y, sobre todo, los turistas que tienen una responsabilidad en todo cuanto hacemos. Tenemos una responsabilidad compartida.
Y ahora que estamos hablando de fondos europeos, de la modernización, de la digitalización y de la sostenibilidad, porque hablamos de ello a diario, nos olvidamos de esos impactos sociales no deseados, pero que son muy importantes y que tienen que ver con el turismo responsable.
Creo que mientras exista una parte del turismo que esté dispuesta a visitarnos y a perder el respeto a los destinos y a la comunidad que les acoge, no podremos hablar de turismo responsable. Hay un largo camino que recorrer y el turismo, además, es una actividad extraordinaria en el sentido de que genera bienestar para el que viaja y para el que acoge. Tiene un futuro espectacular siempre y cuando sea responsable.
¿Qué planes tiene RIU en materia de sostenibilidad y responsabilidad una vez haya pasado esta pandemia?
Tenemos muchos planes, tenemos muchos sueños. Lo primero que quiero contar es que la pandemia nos ha servido para hacer cosas que no estaban sobre la mesa. Una de las cosas en las que estábamos trabajando ahora es un plan de diseño del hotel modelo sostenible de futuro en RIU, para reducir considerablemente las emisiones, reducir los impactos en agua, en energía o en la gestión de los residuos. Estamos trabajamos con un equipo interno con mucho talento y con muy buenos resultados, o sea que vamos a tener una línea de innovación por esa vía muy potente.
En materia de responsabilidad social nuestros planes son a medida de que vayamos recuperando, yo no hablo normalidad hablo de la regularidad en nuestro negocio, también iremos incorporando más inversión social. Emprenderemos nuevos proyectos en destinos donde actualmente no los tenemos y ampliaremos los de los destinos donde ya los tenemos. Ese era el plan en 2020 que tuvimos que aplazar y lo que haremos será retomarlo. Una de las cosas importantes de esos planes es que el propio desarrollo del negocio irá de la mano de la RSC, que ahora mismo es inconcebible que no vayan juntos.
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