La pandemia provocada por la Covid-19 ha supuesto una revolución para las empresas en muchos sentidos. Entre ellos destacaría la evolución que se ha producido en el ámbito de los valores y la cultura corporativa, así como en la percepción de las capacidades personales y profesionales consideradas críticas en el seno de las organizaciones.
En esta línea, en Capital Energy hemos visto, por un lado, cómo se reforzaba el alineamiento de los empleados con el propósito y los valores corporativos de nuestra compañía y, por otro, cómo nosotros mismos poníamos el foco en competencias que anteriormente no considerábamos tan prioritarias y que en este contexto han ido ganando cada vez más peso, llevándonos hacia un modelo mucho más humanista, que sitúa a las personas en el centro.
El compromiso es, sin ninguna duda, uno de los valores corporativos por excelencia de Capital Energy, una parte fundamental de nuestra identidad. No en vano somos una empresa firmemente comprometida con la transición energética ecológica, a través de un proyecto pionero de energías 100% renovables verticalmente integrado, y justa, con un fuerte compromiso social que se plasma en el fomento del desarrollo socioeconómico, sobre todo en el ámbito local. Y para las nuevas generaciones, y la nuestra es una empresa con una plantilla muy joven, es diferencial identificarse con el propósito de la compañía para comprometerse con ella.
En este sentido, Capital Energy, como han hecho muchas otras organizaciones, ha impulsado distintas acciones solidarias durante la pandemia en las que se han involucrado de forma activa los empleados. El orgullo de pertenencia a una compañía comprometida con la sociedad y que les permite contribuir a crear un mundo mejor ha reforzado su vínculo con nuestra empresa, sintiéndose identificados con los valores y el propósito de la misma, lo que está redundando directamente en su mayor grado de implicación.
Por otro lado, la empatía se ha convertido en una capacidad importantísima en todos los niveles organizativos de nuestra compañía. No se trata solo de saber transmitir información sino de ser capaz de escuchar a los demás de forma activa y de ponerse en su lugar, contribuyendo así a mantener la motivación de los equipos y de cada uno de sus integrantes.
El dominio de la gestión del cambio y de la incertidumbre, junto con la resiliencia, se han convertido también en competencias fundamentales en Capital Energy. Así, los líderes han asumido su papel de guía y apoyo a sus equipos en esta compleja etapa, que además ha traído asociada la necesidad de altas dosis de creatividad, flexibilidad y de capacidad para manejar situaciones novedosas y ambiguas.
En general, hay una mayor preocupación por el bienestar de los empleados en todas sus dimensiones, tomando importancia conceptos nuevos como el de la desconexión digital, derivado de los nuevos sistemas de trabajo.
En definitiva, hemos evolucionado hacia un liderazgo más humano, con la ética y la responsabilidad como pilares fundamentales, que es coherente, además, con la cultura y los valores corporativos, que cada vez están más presentes.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Empresas con valores en la gestión de sus RRHH, promovido por Top Employers.