Los mexicanos nos caracterizamos por tener un empuje solidario que nos ayuda a levantarnos como sociedad ante cualquier tragedia. Desde el terremoto de 1985 hasta emergencias como las inundaciones de Tabasco y Chiapas en 2007, que movilizaron a medio país, demostramos que la unión hace la fuerza y que alinear los corazones por una misma causa siempre traerá buenos resultados para quienes más requieren de nuestro apoyo en momentos críticos.
Si bien los mexicanos nos unimos en momentos difíciles y esta unión es reconocida, incluso a nivel mundial, debemos lograr que este apoyo y solidaridad sea algo permanente en nuestra vida. Es decir, que estemos dispuestos a ayudar en todo momento y no solo en un periodo de dificultad, es imperativo involucrar a la sociedad para ir más allá y hacer de este espíritu solidario una constante.
Salvar la vida de alguien que padece Leucemia, Linfoma, Inmunodeficiencias primarias o alguna de las más de 70 enfermedades de la sangre atendibles con un trasplante de células madre, no es una tarea sencilla. Menos cuando las estadísticas nos indican que un porcentaje menor al 10% de los pacientes que necesitan un trasplante lo consiguen.
A lo anterior se suma la amplia diversidad genética que existe en nuestro país y que provoca que hacer match; es decir, encontrar donadores compatibles para los pacientes, se convierta en una labor más compleja.
Hoy hemos entendido que formar lazos no sólo entre donadores y pacientes, sino también con el público en general y entre instituciones de la sociedad civil y autoridades, es primordial. Hemos entendido que para reducir la brecha y alcanzar la meta de 1 millón de personas mexicanas registradas como posibles donadores se necesita toda la ayuda posible.
Esta colaboración solidaria nos ha permitido promover la donación de médula ósea, sensibilizar a la sociedad en general sobre la importancia de su participación activa para salvar vidas; y, por otro lado, avanzar en la democratización a la atención médica antes, durante y después de un trasplante.
Bajo esta premisa, es importante recalcar que los lazos que nos unen y nos hacen más fuertes son aquellos que se gestan desde el bien común. Cuando dos o más personas caminan juntas por un interés en particular se crea una conexión irrompible, algo más fuerte y que va más allá, una unión que salva vidas.
En Be The Match, desde hace más de 30 años, tenemos un claro objetivo: salvar la vida de toda persona que necesite de un trasplante de médula ósea para tener una segunda oportunidad de vida. Misión que hemos logrado en gran medida gracias a los lazos colaborativos que hemos fomentado en México y en el mundo.
Formamos parte e impulsamos las alianzas “Conecta2 Por La Vida”, para aumentar la esperanza de vida de niños, niñas y adolescentes mexicanos que requieren un trasplante de médula ósea; y “Nadie Es Menos”, enfocada en la prevención, detección oportuna y tratamiento integral, interdisciplinario y especializado para aquellos con alguna enfermedad de baja prevalencia.
Sin estos esfuerzos en conjunto, donde médicos, pacientes, familias y sociedad civil sumamos nuestra energía por un mismo fin, el panorama para quienes necesitan un trasplante de células madre así como darle visibilidad a sus padecimientos para garantizar su acceso a la salud sería más complicado. Día a día ayudamos a salvar más vidas, pero la lista de pacientes en espera es enorme; por lo cual incentivar más lazos es hoy un compromiso que tenemos con todas y todos los pacientes.
Los #LazosDeSangre más valiosos son los de una persona que conscientemente decidió dar vida en vida y un paciente, pero estos se construyen y hacen más fuertes gracias a la colaboración solidaria de todos. Cada uno de nosotros puede sumarse a la causa con la que haga match y ser parte de la solución.
Solidaridad mexicana, base para lograr lazos de sangre que salvan vidas
Columna por Sergio Medrano, Gerente general de Be The Match México
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