¿Te consideras una persona emprendedora?
Si, realmente me apasiona y me encanta en lo social y en lo medioambiental y, además, hacerlo de forma colectiva, emprender proyectos que se hagan autosuficientes, que se empoderen colectivamente y no dependan de sus cofundadores.
Esto me ha pasado con Teatro del Barrio, SANNAS, Entrepatios, Ecómetro y Distrito Natural, cuatro proyectos de sectores diferentes pero con una base transversal, la construcción de lo común a través de la innovación social y medioambiental. También me he dado cuenta que hay que ponerle cierto freno, es fácil arrancar con mucha ilusión pero luego requieren de mucha energía para que realmente se consoliden y se hagan autónomos,
¿Qué importancia tiene para una persona emprendedora como tú estar vinculado al Foro NESI?
Nesi tiene una función de paraguas y de nexo de unión de un montón de economías, personas e instituciones que tienen mucho en común, transformar la economía, transformar nuestra manera de mirar y hacer este mundo que hemos heredado.
Nesi representa una visión clara, es la economía lo que hay que transformar, la manera de hacer economía, la economía clásica es tremendamente reduccionista y pertenece a ese paradigma científico de la simplicidad, se mueve desde una lógica básica de maximizar el beneficio y esto provoca que aspectos sociales y medioambientales se hayan quedado fuera de la ecuación. Necesitamos reprogramar la economía y es algo que sabíamos desde los años 70 pero el neoliberalismo ha ganado la batalla en este medio siglo para llevarnos a un callejón sin salida, grandes problemas medioambientales y grandes desigualdades sociales.
Nesi habla de reprogramar la economía integrando a todos los actores y es el foro clave en estos tiempos.
¿Nos puedes explicar brevemente cuál ha sido tu evolución hasta la actualidad? ¿Qué te ha traído hasta aquí?
Llevo 20 años desarrollando proyectos de arquitectura ecológica a través de una oficina que se llama sAtt, me ha servido más como un laboratorio de innovación social y ambiental que como una empresa tradicional, he desarrollado mucha vivienda unifamiliar y arquitectura de pequeña escala para grandes clientes concienciados, pero hace tres años replanteamos la empresa, decidimos desarrollar un modelo en vivienda colectiva y en el centro de las ciudades que es donde están los grandes problemas.
La visión compleja, lo abordamos desde lo social, desde lo medioambiental y desde la economía es triple balance. Promovemos proyectos de covivienda y coworking ecológicos, passivhaus, CO2nulo, y construidos en madera preferiblemente. Y hemos llegado hasta aquí porque entendemos que la arquitectura tiene una responsabilidad muy grande en el impacto que genera en el entorno (CO2, residuos, agua, etc..) y también en la soledad de esta sociedad, los edificios pueden y deben ser capaces de generar conexiones entre las personas y toda la cultura colaborativa debe implementarse.
¿Qué tipo de buenas prácticas socialmente responsables o proyectos de impacto tienes en marcha, qué objetivos persiguen?
Actualmente tenemos un proyecto de una oficina coworking que está en desarrollo y 6 promociones arrancando la comercialización, el concepto es covivienda ecológica, unas veces en formato propiedad colectiva (cohousing), en otros casos propiedad externa, un inversor o fondo de inversión para alquiler, (coliving) y en otras un formato de propiedad privada más convencional. El objetivo es desarrollar una forma de vivir más que puramente lo que es la vivienda, un estilo de vida basado en el respeto y en la colaboración.
¿Cómo estás “ecohackeando” o reinventando la economía en tu día a día? ¿y a través de tu trabajo?
En nuestro sector parece más o menos sencillo, son proyectos a largo plazo ya que te compras una casa para el resto de tu vida, y hay que tener en cuenta el coste inicial pero también el mantenimiento del edificio a lo largo de su vida útil.
Es necesario incorporar esa visión largoplacista en el estilo de vida y contabilizar todos los ahorros en todo el proceso. Entendiendo el modelo de vida que implica sería fácil trasladarlo a la economía, pero a la hora de la verdad es un cambio de paradigma total y cuesta introducirlo en la sociedad, aunque estamos en un momento donde el contexto general es muy favorable, los ODS nos llevan a ese camino.
¿Cuál es la situación actual de la emprendeduría social y sus principales barreras y obstáculos en España?
Yo creo que tiene muy poco apoyo por parte de la administración, necesitamos fiscalidad y apoyo directo al desarrollo de iniciativas de emprendimiento social que aporten valor en la sociedad. Hemos cofundado SANNAS una asociación que ahora tiene 130 empresas emprendiendo y trabajando en el sector social y ambiental, nos vamos apoyando y construyendo tejido empresarial en lo que denominamos “cuarto sector” pero no hay apoyo directo de la administración y en este momento es muy necesario.
¿Cuáles son los otros grandes retos y cambios que la economía española necesita?
Desarrollar una industria local que pueda gestionar las necesidades de nuestro país, una parte importante es la energía, y en nuestro sector, la arquitectura y la construcción, podría ser la gestión de los bosques para construir más con un material que es renovable y abundante como la madera, pero también industrias del reciclaje del textil para aislamientos, y generar todas las industrias de economía circular que aprovechen los recursos actuales y locales.
Tenemos una economía muy dependiente del turismo y de la construcción, en estos momentos que el turismo ha caído drásticamente tenemos que activar la construcción desde la perspectiva de la rehabilitación y pasar de rehabilitar 30.000 viviendas a 300.000 y hacerlo de una forma sostenible y con economía circular.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables-NESI sobre Emprendedores Sociales.