Y no me refiero a su desaparición, ni a una potencial privatización…, sino a que no existiese como un ente predefinido y caracterizado por sus limitaciones y éxitos del pasado, sino cocreado diariamente, en cada inicio de turno, en cada nueva interacción con pacientes y ciudadanos por parte de los profesionales y líderes sanitarios…
Sí, líderes, no médicos/as, o enfermeros/as, auxiliares de enfermería, celadores/as, personas de administración y gestión…, sino líderes… es decir, personas comprometidas que, trabajando en equipos multidisciplinares mejorasen diariamente, en cada instante, todos los procesos asistenciales en los que intervienen… y mejorarlos quiere decir tener al paciente (y a los profesionales sanitarios) en el centro de la reflexión y de la toma de decisiones; quiere decir generar valor en cada interacción utilizando las tecnologías disponibles para favorecer el acceso y la personalización de la medicina; quiere decir colaborar entre áreas y servicios para generar el mayor impacto posible con la mejor utilización de los recursos existentes; quiere decir hacer lo que genere valor y dejar de hacer lo que destruya valor…
Lo que postulamos es que, centrándonos en lo que tenemos como país (que es, aun a pesar de sus limitaciones, excelente, tanto en la calidad humana como técnica de nuestros Sistemas de Salud) existe la posibilidad cierta, la oportunidad, de generar líderes de equipos y organizaciones que transformen lo existente para crear un futuro (un nuevo presente) mejor y diferente a partir de su propio desarrollo en competencias y habilidades de liderazgo.
Proponemos tomar conciencia de lo que el cambio individual, la creación de equipos multidisciplinares, la definición de propósitos comunes y alineados con los pacientes y sus acompañantes, la gestión ágil de procesos y proyectos asistenciales puede aportar a una atención excelente y a la sostenibilidad del Sistema Público de Salud.
Proponemos, simplemente, crear una nueva generación de líderes (entre los 20 y los 100 años) que comprenda (e implemente) que el liderazgo se ejerce aquí y ahora, que el liderazgo distribuido entre profesionales ilusionados, motivados y comprometidos permitirá impulsar la siguiente evolución (revolución) de nuestro excelente sistema público de salud.
Para cambiar el mundo nunca ha hecho falta más que un pequeño grupo de personas comprometidas. Y de esas, tenemos muchas y muy capaces en nuestra salud pública…
Personas que con su compromiso y liderazgo diario hacen suyo el Objetivo nº3 de los ODS “Garantizar una vida sana y promover el bienestar en todas las edades”. No podemos más que sentirnos orgullosos y agradecidos de nuestro Sistema Público de Salud y pretender aportar nuestro granito de arena para que su excelencia y sostenibilidad perduren.
Muchas gracias a todos/as vosotros/as.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables con Unoentrecienmil sobre el Día Mundial de la Salud