Todas las personas que habitamos este planeta deberíamos estar comprometidas con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). De esta forma, los conseguiríamos seguro. Algunos de esos objetivos pueden parecernos demasiado elevados como para que podamos influir sobre ellos desde nuestra humilde posición de meras personas, los asociamos a una responsabilidad de gobiernos o de países. Pero si nos paramos a pensar en detalle, nuestras decisiones pueden poner su granito de arena en cualquiera de ellos. Cada pequeña acción cuenta, y debemos decidir si es para construir. Entre el nivel individual y el nivel de país, hay muchos otros niveles desde los que también se puede ayudar. Uno de ellos lo ocupan las empresas.
En un día como hoy, el Día Mundial de la Salud, me gustaría resaltar el ODS 3 sobre Salud y Bienestar: garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades. Y como médico responsable de cuidar de la salud de las personas trabajadoras me gustaría destacar la importancia que pueden tener las empresas.
La empresa debe ser un espacio ideal para promover el bienestar de las personas que la forman. Y no es sólo una cuestión de Responsabilidad Social Corporativa, va más allá, debería ser una prioridad estratégica para garantizar el éxito. Son muchos ya los estudios que ponen cifras a la obviedad de que, a la larga, la empresa que mejor cuida a sus personas es la que más triunfa.
Pero cuidado, porque es importante el cómo. En Henkel, donde este año celebramos el 145 aniversario a nivel mundial y el 60 aniversario en España, apostamos por el modelo de Entorno Laboral Saludable de la Organización Mundial de la Salud. Nos gusta especialmente porque es un modelo integral. Se preocupa por el ambiente físico del trabajo, pero también por el entorno psicosocial, tanto o más importante que el anterior. Además, pone a disposición de las personas trabajadoras recursos personales de salud. Y, por último, considera también un factor clave la involucración de la empresa en la comunidad. Solo de esa forma se tienen en cuenta todos los aspectos relevantes de la salud y el bienestar.
Para que ese modelo funcione, es necesario el compromiso de los líderes y la participación de las personas trabajadoras. Y en el núcleo del modelo, en la raíz, está la ética y los valores de la compañía.
Desde aquí animo a todas las empresas a que se esfuercen por ser empresas saludables y contribuyan con su granito de arena a la consecución del ODS 3. Yo lo veo como un doble objetivo. Aparte de contribuir al ODS 3, estarán apostando por ser una buena empresa. Porque para mí, una empresa solo puede ser buena si es una empresa saludable.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables con Unoentrecienmil sobre el Día Mundial de la Salud