Y si la lucha vence a la muerte…, sí, ¡y quizás para mí la auténtica verdad!, pues cuántas veces he escuchado hablar de regalos, de segundas oportunidades, rebosar las bocas diciendo que la vida nos da…, otra vida, más tiempo, otra oportunidad…
Entre vivir o morir
hay una fina y delgada línea que a veces rozamos…
Ese día no llegó a amanecer,
no hubo un rayo de sol ni rocío en las hojas
ni el canto de un pájaro
ni fin en las sombras.
La noche oscura se prolongó…,
aguardaba una emboscada,
sangre, dolor,
hasta estrangular la garganta.
Pero los guerreros de sus historias bélicas
cobraron vida en su alma,
lleno de ira, furioso,
recibió la traición para matarla.
La tierra fue su campo de batalla,
su fuerza, coraje y valentía,
sus únicas armas.
Un desafío heroico,
con un corazón que no se para,
robar unos minutos al tiempo
y dar una tregua a la batalla.
Sin rendición ni desfallecimiento,
sin dejarse vencer un segundo…,
reveló a la muerte que esta vez,
no iba a ser ella quien ganara.
Este poema forma parte del Dosier Corresponsables para el Día Mundial del Cáncer.