He tenido la inmensa fortuna de poder hacer diferentes cosas que han enriquecido mi vida, pero hay dos que especialmente me han completado en todos los aspectos, dar y recibir información, conocimientos, aprender de muchos y poder aportar mi propia experiencia: Ser alumno y profesor.
Nada más gratificante que tener la sensación de que alguien escucha con interés lo que compartes, o aplicar a tu experiencia lo que otra persona transmite con la generosidad de enseñar.
Entre mis experiencias como alumno cuento varios másters y también con la fortuna de haber sido parte del claustro en otros, todos con su titulo y reconocimiento oficial, lo cual me genera la duda de si al que ahora asisto como alumno, que carecerá de ese reconocimiento, lo debo llamar también “máster”.
Un máster es aplicar de manera práctica una serie de conocimientos específicos a una determinada área sobre la que ya tienes experiencia, y todo, si es bueno el máster, desde la “teoría del caso práctico”. Creo que puede valer esta definición.
Pues, queridos amigos, no sé ustedes, pero yo estoy haciendo el mayor máster de mi vida.
Jamás he aprendido tanto sobre la vida en todas sus facetas como en este último curso de “Máster COVID”.
Por supuesto no podemos estar agradecidos de que se haya producido esta hecatombe mundial, pero si es verdad que de las amargas experiencias surgen grandes aprendizajes, y sobre esto último creo no hay dudas.
No me da este articulo para resumir lo que yo personalmente he aprendido, perdón, estoy aprendiendo, pero si nos ceñimos a lo que aquí nos ocupa que es la RSC de nuestras compañías, coincidirán conmigo en que jamás habremos experimentado tantas cosas sobre las que siempre hemos teorizado y ahora tenemos la oportunidad de ver, tocar y aplicar, es decir “la teoría del caso práctico”.
Empezando por la importancia y la preocupación sincera sobre la salud de los demás, tomando medidas para proteger a toda nuestro personal, sin hacer diferencias entre directivos, plantilla, externos, clientes, proveedores… todos nos hemos preocupado de todos, priorizando la salud, y preguntando continuamente por ella; me hace gracia, si me lo permiten, que nuestra pregunta de whatsapp antes era “¿Dónde estás?” Y ahora es “¿Cómo estáis?”. (Ojalá esto se quede).
Seguimos con la visión real, tantas veces increíble, de cómo se recupera nuestra querida Tierra reduciendo nuestro impacto, un poco, sólo un poco, ¡es fantástico, ha roto todas nuestras expectativas en muchos casos!
Que mayor justificación para nuestras propuestas de sostenibilidad, que haber sido testigos de cómo funcionan en la práctica real.Ni mucho menos lo hemos solucionado, pero se ha abierto un camino.
Continuamos con ese despertar humano de aflorar emociones y sentirnos agradecidos por seguir vivos, valorando la vida, la familia, ampliando este concepto, aunque la rutina diaria hoy sea más triste y aburrida que nunca. Simplemente estar vivos y poder cuidar de los demás, sin distinguir sexos, razas o religiones, cultura o nivel social.
En fin, tantas cosas, piensen en las suyas por favor, el máster COVID tiene además esta ventaja añadida: cada uno lo aplica a sus propias experiencias.
No me digan que no estamos en pleno máster, y que no estamos aprendiendo, lástima que no haya Titulo ni reconocimiento oficial.