Javier Corrales, jefe de operaciones del Grupo KIATT, nos habla sobre el programa Joven Talento, las líneas estratégicas de la política de responsabilidad social corporativa de la venture builder originaria de Oxford y los planes de futuro de su organización en este área.
¿Cuál es la misión del Grupo KIATT?
El grupo KIATT entra dentro de lo que es el término anglosajón venture builder que es una constructora de empresas. La finalidad de todo nuestro modelo de negocio es abordar los grandes retos del futuro a través de las soluciones que nos aportan la ciencia y la tecnología. Es decir, transformamos la ciencia y la tecnología en soluciones globales a lo que detectamos que son los grandes retos de futuro.
Grupo KIATT ha firmado un convenio con la Universidad Carlos III, ¿en qué consiste este acuerdo?
Nosotros lo que queremos es incorporar a jóvenes talentos que no tiene experiencia laboral al mundo de la empresa y, en nuestro caso, de la innovación. Queremos crear una especie de ecosistema de innovación en donde pongamos a los jóvenes con talento que consideramos que entrarían dentro de esta motivación por este modelo de negocio. Queremos darles la oportunidad de formarse en una empresa como la nuestra que se dedica a la transferencia tecnológica, a la construcción de empresas.
En ese acuerdo firmamos un convenio donde planteamos que no solamente vengan a hacer un trabajo de administrativo o a acompañar para quitarnos carga trabajo, sino que sea algo mucho más global. Es decir, les damos una formación y firmamos un convenio de colaboración con un tutor. Tienen un tutor por parte de la universidad y un tutor por parte de la empresa que se comprometen a que esa persona esté todo el rato mentorizada y a que tenga una formación de calidad.
El objetivo último es crear ese ecosistema de innovación español con jóvenes que se van incorporando poco a poco a este mundo. Ese es nuestro objetivo con este proyecto de colaboración. Y, más allá de eso, en el contexto tan complicado que tenemos ahora por delante, apostar, con ese granito de arena que queremos aportar, por la generación de empleo y crecimiento económico. Esos son los grandes objetivos que tenemos con este programa.
¿Cómo seleccionáis a los candidatos y que duración tienen estas prácticas formativas remuneradas?
Nosotros lo que hicimos en primer lugar fue buscar un perfil idóneo para este puesto dentro de los distintos departamentos que tenemos en la empresa. De hecho, al principio contactamos con varias universidades y este acuerdo lo firmamos con la Universidad Carlos III porque el joven talento que seleccionamos era de esta institución, pero no nos cerramos en banda a ninguna otra. Estuvimos hablando con el ICADE, con la Universidad Miguel Hernández de Alicante y con otras más. Tuvimos varias entrevistas hasta que dimos con un candidato que creíamos que era el adecuado.
Este es el primer programa que ponemos en marcha, pero queremos que sea algo regular, que continúe año tras año. En este caso, el programa con la Universidad Carlos III tiene una duración de 900 horas. A jornada completa el cálculo sería de unos seis meses y en el caso concreto que nos acompaña lo hemos podido prolongar porque digamos que se han unido en dos bloques. Se estimó en una primera fase unas 200 horas y ahora le han vuelto a dar otras 900 con lo cual van a ampliarse las plazas hasta finales de febrero. Empezó en julio y serían unos ocho o nueve meses lo que estaría con nosotros.
Además, este marco de colaboración hemos querido que esté también guiado por la orientación del diario oficial de la Unión Europea, del marco de calidad para los periodos de prácticas, que incorporan una serie de requisitos que son orientativos. Que el becario tenga, por ejemplo, descanso (ha tenido vacaciones pagadas como el resto de la plantilla) y que tenga una remuneración. Nosotros remuneramos al trabajador con dinero de la empresa para que esa persona no esté solamente haciendo un trabajo, sino que también se le recompense.
Finalizada esa formación, ¿existe la posibilidad de que se incorpore este joven a esa empresa de forma definitiva?
Sí. En base a las necesidades y posibilidades que tenemos en la empresa valoramos que esa persona se incorpore. Y, además, seguiríamos con el programa Joven Talento. Es decir, esto no es una cosa de que se sustituya una por la otra, queremos que este programa sea regular independientemente de eso.
¿Cómo se engloba a esta iniciativa dentro de la política de responsabilidad social del Grupo KIATT? ¿Cuáles son las líneas estratégicas?
La verdad es que la política de responsabilidad social corporativa del Grupo KIATT está en el ADN y los objetivos de la empresa. Nuestro objetivo es abordar los grandes retos globales y sociales. Utilizamos las métricas del European Union Index y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas que parametrizamos en todos y cada uno de los proyectos que llevamos a cabo. Cuando creamos una empresa medimos previamente el impacto social que vamos a generar. Además de los que he mencionado también tenemos muy en cuenta, aunque estos son medidores más económicos, los de la Universidad de Oxford, porque el nacimiento del Grupo KIATT tuvo lugar en Oxford. Es un grupo británico con sede en España. Además, uno de los socios es Manuel Fuertes, el CEO, que es español. También las métricas y medidores vienen del gobierno de Singapur, donde tenemos muchas empresas de las que comentaba que hemos creado, tenemos mucha experiencia allí. En todas ellas medimos antes y después, es decir, antes de crear la empresa ese impacto social y después de todo ello. Digamos que de alguna manera todo lo que hacemos tiene ese impacto social y, como explicaba previamente, el programa Joven Talento se incorpora dentro de esa lógica de creación de un sistema de innovación con un impacto social importante. Ese sería el valor añadido principal que aportamos con este modelo.
¿Cuáles son los planes de futuro de tu organización en esta materia?
La COVID-19 lo ha cambiado todo. Hasta ahora teníamos dos grandes líneas temáticas, hacemos anualmente unos análisis de macrotendencias y estamos trabajando en dos líneas: una es el envejecimiento de la población, a través de nuestra división Future Living, con la cual queremos mejorar la calidad de vida de una sociedad cada vez más mayor a través de los avances de la ciencia y la tecnología. De este ecosistema nacen los Laboratorios Necenti, una empresa que se dedica, a través de bioalgoritmos epigenéticos, a detectar hasta 10 años antes de que aparezcan los síntomas las posibilidades de que cada persona desarrolle una determinada enfermedad. Por ejemplo, Laboratorios Necenti empezó detectando la celiaquía. Es decir, con una muestra de sangre antes de que aparezcan los síntomas, que tardan unos 10 o 15 años en mostrarse, pueden predecir si una persona va a tener celiaquía y, por lo tanto, adelantarse y prevenir. Hemos visto que esos indicadores y marcadores epigenéticos tienen también una aplicación para la COVID-19, permitiendo conocer el riesgo de contagio de cada persona, y la gravedad que la enfermedad tendrá en su organismo, antes de producirse el contagio. La segunda de las macrotendencias que hemos detectado está relacionada con el mundo de la agroalimentación. Es decir, en el futuro vamos a necesitar producir muchos más alimentos porque la demanda mundial va creciendo con muchos menos recursos naturales, por lo que cada vez necesitamos consumir menos recursos, contaminar menos y, además, hay menos tierras fértiles disponibles. Por lo tanto, este es otro de los grandes retos a futuro que queremos abordar aplicando todos estos descubrimientos científicos y tecnológicos a ese sector.
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