A nivel mundial, se estima que una de cada tres mujeres o niñas sufrirá violencia de género a lo largo de su vida. La violencia de género puede socavar la salud, la dignidad, la seguridad y la autonomía de las víctimas
- El 35% de las mujeres en todo el mundo (alrededor de 736 millones) han experimentado violencia física y/o sexual por parte de su pareja o violencia sexual fuera de su pareja.
- A nivel mundial, el 7% de las mujeres han sido agredidas sexualmente por alguien que no es su pareja.
- A nivel mundial, hasta el 38% de los asesinatos de mujeres son cometidos por una pareja íntima.
- 200 millones de mujeres y niñas han sufrido mutilación/ablación genital femenina.
En los matrimonios infantiles, donde las niñas han sido casadas antes de los 15 años, las probabilidades de haber sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja es casi un 50% mayor que en las jóvenes casadas después de los 18.
¿Qué es la violencia contra las mujeres y las niñas?
Atraviesa culturas, niveles económicos y etnias y afecta a comunidades de todo el mundo. Las Naciones Unidas definen la violencia contra las mujeres como “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer”. Adopta muchas formas: maltrato doméstico, trata, agresión sexual, violación o prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la ablación o mutilación genital femenina.
Los efectos de estos actos violentos pueden ser devastadores, y las mujeres y niñas que sobreviven a ellos a menudo tienen que vivir con traumas físicos y mentales y, en algunos casos, con discapacidades físicas o daños permanentes en su salud sexual y reproductiva.
Aunque la violencia contra las mujeres y las niñas es frecuente en todo el mundo, se hace más intensa en situaciones de emergencia o conflicto. A medida que la estabilidad, la protección de la mujer y la familia son sustituidas por el caos, el estrés y los desplazamientos, las mujeres y niñas vulnerables se convierten en objetivo.
En un estudio realizado por World Vision, se observó un aumento del 40% en las llamadas al teléfono de ayuda en Bangladesh tras los confinamientos por la pandemia de COVID-19. Del mismo modo, la escalada del conflicto en la región etíope de Tigray se saldó con 108 denuncias de violencia sexual contra mujeres y niñas en tan solo dos meses. En Afganistán, Irak, Siria y Yemen, los casos de matrimonio infantil y esclavitud sexual han aumentado, según los informes, a medida que las familias se desesperan por cubrir sus necesidades básicas.
¿Cómo ayuda World Vision a poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas?
Acción comunitaria: La prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas debe comenzar mucho antes de que se produzca una emergencia, reforzando los sistemas de protección de la infancia, promoviendo los derechos de las mujeres y las niñas e incorporando a los hombres y los niños como aliados y defensores. Se educa a niños, niñas y adultos sobre la seguridad infantil a través de parlamentos infantiles, clubes de niñas y comités de protección de la infancia.
Educación: La educación es un derecho de todos los niños y, en el caso de las niñas, cambia sus vidas. Al ofrecer educación, se dota a las niñas de las herramientas que necesitan para triunfar en la vida y romper el ciclo de la pobreza. Esto puede significar que no necesiten depender de un marido a una edad temprana, que sean capaces de mantenerse por sí mismas y puede ayudar a alejarlas de situaciones potencialmente perjudiciales.
Apoyo a las supervivientes: Por desgracia, el problema no va a desaparecer pronto y, aunque la acción preventiva puede ayudar a proteger a mujeres y niñas en el futuro, es necesario ofrecer apoyo a las afectadas.
“Nos referimos a las mujeres y niñas que han sufrido violencia como supervivientes y no como víctimas. Sin embargo, el paso de “víctima” a “superviviente” requiere paciencia y apoyo, asistencia psicológica y médica y la promesa de esperanza en el futuro. Gracias a quienes nos apoyan, World Vision puede ofrecer eso y trabajar junto a comunidades enteras para garantizar que la próxima generación crezca más segura”, concluye Eloisa Molina, directora de comunicación de World Vision.
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