Entrevista con el Dr. Alvaro Fernández-Vega González, oftlamólogo de la quinta generación del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega para hablar sobre la misión de la Fundación Fernández-Vega, así como de las más de 100 cirugía solidarias realizadas en su último viaje a Honduras.
¿Cuál es la misión de la Fundación Fernández-Vega?
La Fundación Fernández-Vega (FFV) se fundó en 2009 para desarrollar la tradicional labor social y de mecenazgo que la familia ha llevado a cabo, con el objetivo de facilitar el acceso a servicios y prestaciones oftalmológicas a personas y colectivos desfavorecidos, como personas con discapacidad, personas mayores, niños y adultos sin recursos, actuando a través de ONG´S, asociaciones u organismos institucionales, por ejemplo Aldeas Infantiles o Cáritas entre otros, mediante los cuales gestionamos todo el servicio médico que ofrecemos.
También realizamos campañas de concienciación e información de prevención de enfermedades y patologías oculares, como en el Día Mundial de Glaucoma o en el Día Mundial de la Visión, en los que montamos una carpa en diferentes ciudades asturianas para revisar la visión a los ciudadanos.
La Fundación Fernández- Vega hizo a principios de año un viaje solidario a Honduras para realizar cirugías a pacientes sin recursos ¿qué tipo de operaciones se han llevado a cabo y a cuántas personas se ha logrado ayudar?
Durante la expedición a Honduras de este año, La Fundación Fernández-Vega, en colaboración con otras organizaciones como son CAMO, El Club de Leones o AECOS, consiguieron realizar más de 100 cirugías oculares. Más del 80% de estás cirugías fueron operaciones de cataratas, aunque también se realizaron cirugías de glaucoma, cirugías plásticas oculares y algún trasplante corneal.
Algunos de los pacientes llegaron casi con ceguera total como consecuencia de las cataratas, una enfermedad que en países desarrollados no supone un problema grave ¿cómo cambia su expedición solidaria la vida de estas personas?
Las cataratas siguen siendo la primera causa de ceguera reversible en el mundo. Esta patología es curable mediante una cirugía que, en manos de un experto, es relativamente sencilla, pero que requiere material y tecnología puntera, que a menudo escasea en países en vías de desarrollo. En nuestro medio, por lo general, los pacientes son operados de cataratas en fases tempranas, mientras que, en países en vías de desarrollo, al no disponer de los recursos necesarios y no poder operarse, los pacientes presentan cataratas muy avanzadas. Esto unido a que es una “enfermedad” bilateral (afecta a los dos ojos), es lo que provoca una ceguera casi total en algunos pacientes, por lo que en muchos casos llegan a operarse presentando un alto nivel de dependencia. Cuando estos pacientes son operados, incluso de un solo ojo, muchos recuperan la totalidad de la visión que tenían antes de tener cataratas, pudiendo volver a realizar su vida normal, lo que supone una gran mejora en su calidad de vida. Teniendo en cuenta que algunos de estos pacientes llevan años siendo “ciegos”, para algunos es como volver a nacer.
¿Cómo consiguen los recursos materiales y tecnológicos para realizar estas intervenciones?
La FFV recibe donaciones del propio Instituto Oftalmológico Fernández-Vega así como de personas anónimas que quieren contribuir a esta causa, y de otras organizaciones y entidades que, siguiendo su estrategia de responsabilidad social corporativa, ven en las actividades que realiza la Fundación, una manera de apoyar a la sociedad, en este caso a la salud ocular de las personas que más lo necesitan.
¿En qué otros países han llevado a cabo estas expediciones solidarias y con qué resultados?
La Fundación incide en la vertiente más humana de la atención médica, extendiendo su trabajo, además, más allá de las fronteras de nuestro país. Ejemplo de este compromiso, libremente adquirido, ha sido la misión en Honduras, pero también en Perú, Camboya, Angola, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial y Liberia.
Cada año se realizan varias expediciones internacionales, de la mano de organismos oficiales como Aldeas Infantiles, con la que colaboramos en sus “aldeas” de Guinea Ecuatorial, La Embajada de española en Guinea Bisau, la ONG SAUCE en Camboya, La Madre Covandonga en su proyecto de Perú, entre otros países.
¿Cuáles son los planes de futuro de la fundación?
En el futuro queremos seguir colaborando con este tipo de instituciones nacionales o internacionales, para seguir dando luz a aquellos que más lo necesitan tanto dentro como fuera de las fronteras de nuestro país.