La Fundació Factor Humà ha celebrado su Encuentro Anual entre Máximos Representantes organizativos y Dirección del Área de Personas, que ha tenido lugar en la Antigua Fábrica Damm. Este año, el encuentro ha tenido como hilo conductor la irrupción de la inteligencia artificial generativa y cómo dicho cambio puede tener impacto en cada vez más vertientes del ámbito laboral.
Ricardo Lechuga, Director de Personas de Damm, ha sido el encargado de dar la bienvenida al espacio y ha iniciado el debate alrededor de la irrupción de la IA haciendo hincapié en que “debemos ver este cambio en el mercado laboral como una oportunidad de crecimiento, puesto que puede implicar que volvamos a poner el foco, todavía más, en las cualidades humanas”.
La IA es información y conocimiento
El economista y periodista Víctor Costa ha sido el encargado de conducir el acto, y ha subrayado el hecho de que “la inteligencia artificial es información y conocimiento, pero la creatividad, la interpretación y el pensamiento crítico son el factor humano que depende de las personas”.
Costa ha moderado la mesa redonda “¿IA como aliada o como enemiga para las direcciones de las organizaciones?”, una conversación entre dos expertos con trayectorias diferentes pero que tienen como nexo común los entornos y la cultura digitales: Genís Roca, experto en transformación empresarial, desarrollo de negocio y cultura digital; y Karina Gibert, directora del centro de investigación Intelligent Data Science & Artificial Intelligence (IDEAI-UPC).
En su intervención inicial, Roca ha apuntado que “vivimos en un mundo en el que el modelo industrial ya ha dejado de servir para todo y, sin embargo, el modelo digital todavía no está lo suficientemente desarrollado como para sustituirlo del todo”. En este marco, las persones representantes de las organizaciones y la Dirección de Personas tienen la difícil tarea de decidir qué toman y qué no de cada uno de estos dos modelos.
Por su parte, Gibert ha puesto el foco en el papel tan relevante que juegan las personas en el momento de cambio actual, puesto que la inteligencia artificial “es una herramienta con una potencia extraordinaria para desvelar la complejidad del mundo a través de los datos y así extraer valor añadido, pero no es perfecta y en función de cómo nos posicionemos con respecto a ella caminaremos hacia un tipo de sociedad u otra”.
Una normativa todavía por desarrollar
A pesar de que la inteligencia artificial no es nueva, nació en 1956, es mucho más reciente la tarea de los gobiernos a la hora de desarrollar cartas éticas y normativas sobre su uso. España tiene un papel importante en este marco, puesto que el piloto para aterrizar el proyecto de ley europea de IA ha recaído en nuestro país. Preguntada sobre la próxima normativa, Gibert visualiza un futuro donde “esta regulación tendrá un papel sustancialmente sancionador, y será necesario desarrollar mucho más todas las cuestiones deontológicas referentes a la responsabilidad del usuario, de quien diseña y distribuye la IA, etc.”
En el momento actual donde la normativa sigue un ritmo mucho más lento que los avances tecnológicos, según Roca “toca estar convencidos de que el cambio es para bien, pero los próximos años también tocará estar vigilantes, legislar, reclamar y molestar cuando las cosas no se hagan bien”. En este sentido, Gibert ha añadido que “la IA bien auditada, implementada e instalada solo conlleva beneficios, pero si esta tecnología se entrena de cualquier manera y se hacen pocas pruebas con ella, también puede conducir al error”.
Un aspecto que deberán tener en cuenta las futuras normativas es el hecho de que “la IA es un asistente que aporta inputs que las personas pueden tener en cuenta en una toma de decisión, pero la IA no puede ser la responsable”, según explica Gibert. Y para apoyar el proceso de decisión correctamente, la inteligencia artificial debe recibir entrenamiento, que quiere decir darle “los datos que representen adecuadamente el universo sobre el cual ha de actuar esta IA”, ha precisado. La catedrática ha puesto como símil la estadística: si los datos no están bien, la estadística también es falible.
Además de alimentarla con los datos adecuados, el otro reto actual es cómo la información extraída de la IA se inserta bien en el proceso de toma de decisiones. Esto ha hecho que los últimos años haya surgido un área de investigación llamada Explainable AI, “que trata de dar una capa argumental que complemente las predicciones y las dote de una justificación para sustentar la toma de decisiones”, ha explicado Gibert.
Apoyando a las empresas que fomentan entornos saludables
Los expertos de la mesa redonda han cerrado el debate haciendo dos propuestas prácticas para que las empresas puedan introducir de forma segura la inteligencia artificial. Roca ha planteado que las organizaciones constituyan “un comité ético de datos para revisar los usos que hacen de ellos y analizar si cruzan los límites”. Esta medida es una buena praxis “antes de que las leyes nos obliguen, y puede tener un beneficio reputacional”, ha añadido. Por su parte, Gibert ha aconsejado que las organizaciones catalanas que se planteen integrar herramientas de IA, primero las pueden pasar por filtros como el del Observatorio de Ética en Inteligencia Artificial de la Universitat de Girona, que dispone de un sello ético. Esta herramienta “da garantías de que la tecnología que una empresa quiera incorporar no flaquea desde el punto de vista ético, y también forzará que el mercado se mueva en dicha dirección”, ha puntualizado la experta en estadística computacional e IA.
Este acto también ha servido para dar voz a los Premios Impacta y Mercè Sala 2023. David Prats, presidente ejecutivo de Borges International Group, merecedor del Premio Mercè Sala 2023, ha explicado que “Borges es una empresa familiar fundada hace más de 125 años que se dedica, en gran medida, a hacer equilibrios entre aspectos que pueden parecer contradictorios para muchos, como tener una estructura accionarial sólida sin perder el ADN familiar, entre innovar incorporando tecnologías como la IA y no perder de vista que la base del negocio son las materias primas, entre avanzar en la Responsabilidad Social y hacer rentable el negocio o entre ser internacionales pero apostar por el km 0”.
Por su parte, Xavier Rovira, socio director de NTT DATA Spain en Cataluña, ganadora del Premio Impacta 2023 por su proyecto WomenTogether enfocado a la evolución profesional de las mujeres ejecutivas de la compañía, ha explicado que “NTT DATA no era históricamente muy diversa. Éramos una compañía de ingenieros informáticos, hombres, con un estilo de liderazgo bastante directivo y cuando evaluábamos la diversidad pensábamos que no estábamos haciendo las cosas mal porque el propósito organizativo se estructuraba alrededor de la persona. Hasta que nos dimos cuenta de que teníamos sesgos inconscientes y empezamos a trabajarlos con proyectos como el WomenTogether”.