Grandvalira aspira a ser un referente internacional del turismo nacional sostenible y convertirse en una de las mejores pistas de esquí de Europa, manteniendo el liderazgo de calidad, servicio e innovación. Su visión se basa en los criterios de conservación del medio ambiente e invertir en innovación, con un modelo de negocio rentable, sostenible y autofinanciable.
Para ello, hablamos con David Ledesma, director de Marketing de Grandvalira que asegura que la organización se compromete los 365 días del año a garantizar la sostenibilidad de su dominio. Con el fin de preservar su bien mas preciado que es el entorno natural se rigen por unas pautas estratégicas muy marcadas y afianzadas que se resumen en una serie de líneas como acciones de gestión de residuos que se tratan y gestionan en la estación de acuerdo con el Plan Nacional de Residuos del Departamento de Medio Ambiente del Govern d’Andorra, a través de un seguimiento del tratamiento de estos residuos cuando se retiran de la estación y se apuesta por materiales biodegradables. Otra línea es hacer un consumo responsable de agua y de energía eléctrica. Los nuevos edificios regeneran hasta un 36% del agua y se han instalado aseos secos ecológicos que reciclan hasta un 80% del consumo de agua; y la renovación de su flota de ratracs con modelos eléctricos para ahorrar energía.
También se ha instalado un sistema de telegestión de las redes del agua para salvaguardar los recursos de la estación que se gestionan bajo el paraguas de la ISO 14001. Otras acciones solidarias son la organización de batidas de recogida de residuos con los niños de los clubes de invierno para concienciarles sobre el medio ambiente, y con el personal fijo de la estación.
Además, se llevan a cabo acciones de concienciación social dirigidas a los clientes a través de mensajes de comunicación continua sobre el temas como el no tirar colillas, reciclandolas para fabricar férulas de inmovilización, y la conservación de la fauna de la zona.
El director de Marketing de Grandvalira tiene muy presente que la perservación del entorno a día de hoy les da de comer, además de dejar un ambiente mejor a las generaciones venideras.
Proteger la fauna autóctona
Como estación, Grandvalira dedica una atención especial a la protección de la fauna como es el caso de las aves autóctonas trencalós y gallo de bosque, que tienen habilitadas zonas exclusivas para protegerlos de los esquiadores y así no alterar su zona de descanso. Para proteger la fauna del entorno, se señalizan los obstáculos y se delimitan las zonas de protección, con acceso prohibido para los esquiadores.
Para Grandvalira, comprometerse a conservar este entorno natural privilegiado significa también minimizar el impacto paisajístico de sus instalaciones y actuar siempre con el máximo respeto hacia la montaña. Un claro ejemplo es la construcción de la plataforma esquiable del sector Soldeu de Grandvalira, un proyecto de una enorme complejidad técnica que ha contado con el aval y la supervisión del Departamento de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Govern d’Andorra.
Ahorrar energía
El consumo de energía eléctrica es otro recurso que pretende controlarse y reducirse al máximo. Entre diversas acciones que se llevan a cabo, Grandvalira está cambiando poco a poco el parque de ratracs, sustituyendo las convencionales a motor por las eléctricas de última generación, que suponen un enorme ahorro energético. Fiel a su compromiso con la sostenibilidad, el Dominio de la Nieve andorrano utiliza las máquinas pisanieves eléctricas más sostenibles del mercado.
Cuidar el medio ambiente, su valor más preciado, es la máxima prioridad para Grandvalira, la única estación de los Pirineos que dispone de todas sus actividades certificadas con las ISO de calidad, de gestión medioambiental, de seguridad y salud en el trabajo y de gestión alimentaria. Esto permite garantizar un conjunto de políticas, procedimientos y herramientas para poder ofrecer la calidad que merecen los clientes.
Escucha aquí la entrevista completa a David Ledesma, director de Marketing de Grandvalira