Entrevista con Carolina Valencia, cofundadora y Directora Comercial de Cement Design, empresa de fabricación de revestimientos decorativos ecológicos, para hablar sobre su política de responsabilidad social y sostenibilidad, así como de las acciones tomadas para paliar los efectos de la crisis provocada por el COVID-19
¿Qué es Cement Design?
Cement Design es una empresa que se dedica a la fabricación de revestimientos decorativos ecológicos. Nuestra fábrica tiene la sede central en Madrid. Empezamos hace unos 12 años, en plena crisis de la construcción, y esto nos llevó a reinventar lo que hacíamos y a buscar nuevos mercados más internacionales porque en España estaba todo muy paralizado.
Empezamos con los cementos decorativos. Luego, a medida que alcanzamos la internacionalización, vimos la necesidad en mercados más internacionales donde buscaban productos más amigables con el medio ambiente. Así que decidimos invertir en I+D+i y hacer que todos nuestros productos fueran lo más ecológico posible. Después seguimos desarrollando nuevos productos, revestimientos decorativos, siempre en base cemento, pero creando formulaciones especiales con cristal reciclado, con maderas recicladas, con micro terrazos, con tejidos… Así que tenemos una colección muy amplia, también con muchos colores, pero siempre basada en los revestimientos decorativos.
Cement Design ha puesto en marcha una iniciativa junto con la Fundación Juan XXIII Roncalli para ayudar a las personas con discapacidad intelectual durante la crisis provocada por el COVID-19. ¿En qué consiste?
Antes de empezar la crisis del COVID me reuní con ellos porque quería empezar iniciativas. Nuestra empresa tiene una gran implicación a la hora de ayudar. Nos gusta intentar hacer las cosas lo mejor posible. Invertimos mucho en que nuestros productos sean ecológicos y en otras áreas de la responsabilidad social.
La crisis provocada por el COVID-19 comenzó justo cuando íbamos a iniciar la colaboración con la Fundación Juan XXIII Roncalli. Cuando les llamé, una semana después de decretarse el estado de alarma, los niños estaban ya en sus casas. Las familias que tenemos hijos sabemos que es difícil tener un niño sin poder salir, un niño que está bien de salud. Pero cuando tienes hijos con problemas, es muy complicado. Hay niños que se pueden incluso autolesionar si no salen. Llamé a la fundación y les dije que deberíamos intentar hacer algo con los niños y aportarles un poco de actividad durante el confinamiento. Nosotros tenemos un material ecológico que se llama Porocret, así que les mandé todas las especificaciones y, una vez pudimos regresar a la fábrica empezamos a hacer envíos de los productos a los niños y comenzamos a guiarles para crear productos decorativos con nuestro material. Su uso es fácil y no hay que estar con ellos porque es un material ecológico, así que no hay riesgo de que puedan metérselo en la boca. La parte difícil es no poder estar con ellos en vivo y en directo. Pero bueno, nos inventamos todos los métodos posibles y mediante videoconferencias, y grabándoles vídeos que ellos pudieran repetir y verlos, logramos aportar un poquito de entretenimiento para ellos y que usen un poco la creatividad. Además incluso han ido reciclando productos en su casa, así que ha ido todo muy bien y ha sido muy divertido.
¿Cuántos beneficiarios tiene esta iniciativa?
Inicialmente son 90. Vamos por grupos, poco a poco, porque existe la dificultad de que son niños a los que hay que explicar todo muy bien. Yo tengo mi equipo, mi departamento de marketing, que está apoyándome, pero los primeros talleres los dirigí yo misma porque para mí es una responsabilidad muy grande. Quería ver cómo era la reacción de los niños, qué grado de discapacidad tenían. Encargar esto a mi equipo que está teletrabajando me parecía una gran responsabilidad así que lo empecé yo y aquí estamos. Vamos ya con un grupo bastante organizado y seguimos en el taller. En la fundación están felices y los niños, encantados. Tanto, que me han llamado los profesores de la fundación para meter a sus hijos, que no tienen ninguna discapacidad, en estos talleres. Así que lo ampliaremos también para más niños.
¿Qué otras acciones habéis llevado a cabo para ayudar a paliar los efectos del coronavirus?
Cuando empezó la crisis, todavía teníamos la fábrica funcionando. Ya estaban a punto de cerrar todo, y nuestros empleados estaban teletrabajando cuando empezó la parte más grave de la crisis. La falta de material sanitario era uno de los problemas más graves por lo que comenzamos a ver cómo podíamos ayudar.
Nuestros materiales son flexibles, no se fisuran, lo garantizamos siempre. Al ser cementos y revestimientos, es uno de los mayores temores. Tenemos un material que es cemento en rollo, se llama Cement Roll, y es un cemento que se aplica sobre un tejido de unas prestaciones altísimas y de una calidad tremenda. Así que envié todas las fichas técnicas de todos los rollos que teníamos en fábrica de este textil a ver si podíamos aportar algo para poder fabricar mascarillas o batas, o lo que fuera. Y eso hicimos. Donamos todo el material textil que teníamos para la fabricación de 32.000 mascarillas.
Tuvimos que buscar también quién nos ayudara con la fabricación porque no era fácil. Todo el mundo estaba desbordado y nadie sabía cómo resolver esto. Finalmente encontramos un taller que las hizo y luego las 32.000 mascarillas fueron entregadas en el Hospital Gómez Ulla.
¿Cómo se enmarcan todas estas iniciativas de las que me hablas dentro de la política de responsabilidad social de Cement Design?
Lo llevamos en la sangre. Es decir, no creamos una reunión ni una estrategia especial para esto. Dentro de nuestro plan de marketing siempre está. Tenemos una estrategia comercial, una forma de comunicar, pero tenemos una parte, que es como el 10% de nuestro trabajo, que tiene que estar dedicado a hacer alguna colaboración con alguna entidad, con alguna fundación. Hemos hecho también colaboraciones con la Fundación AMÁS; hace años con la Fundación Casa dels Xuklis, en Barcelona, y seguimos intentando ayudar todo lo que podemos. Siempre intentamos estar activos y colaborar ya que lo podemos hacer creo que hay que hacerlo. Todas las empresas deberían hacerlo.
¿Cuáles son vuestros planes de futuro en materia de sostenibilidad y de responsabilidad social corporativa?
Nosotros siempre seguimos adelante con la investigación y el desarrollo de productos amigables con el medio ambiente. Creo que esa es la prioridad y es el futuro. Ha quedado claro en esta crisis lo que ha pasado con las ciudades cuando hemos parado la producción, cuando ha habido menos contaminación. Cuando hemos estado en casa, hemos consumido menos y la naturaleza ha venido a las ciudades; los animales vuelven porque ha habido un aporte importantísimo al medioambiente. No había polución, no había contaminación. Nosotros vamos a seguir en ese camino.
Nuestros productos son más ecológicos porque trabajamos con un laboratorio alemán y todos los productos que desarrollamos los enviamos, ellos los estudian y nos dan el certificado donde nosotros buscamos bajar la composición química sin perder prestaciones. Es decir, el material tiene que seguir siendo bueno, tiene que seguir siendo resistente. Es más, tiene que ser mejor cada día y encima tiene que contaminar menos y hacer menos daño al medio ambiente. Yo creo que ese es el objetivo de todos y lo podemos lograr.
Hay mucho por reciclar. Es más, en el taller de la Fundación Juan Roncalli los niños tenían que reciclar. No hemos comprado moldes. Me pedían moldes y mi respuesta era siempre la misma: “No, los vas a hacer en tu casa, lo vas a reciclar. Vas a buscar qué puedes reciclar. Hay tetra briks y un montón de cosas que tenemos en casa, generamos basura todos los días. Cógelo, recíclalo y ya verás qué piezas tan espectaculares vamos a hacer”. Y así lo hicimos. Es decir, esto lo llevamos en la sangre, en el ADN de Cement Design. Hay que ser más ecológicos y amigables con el medio ambiente.
Escucha aquí la entrevista completa con la protagonista: