Entrevista con Pep García, CEO y Fundador de Maxchief Europe. Patrón y vicepresidente de la Fundación para la Creativación, para hablar sobre las acciones llevadas a cabo durante la crisis del COVID-19, así como sobre la política de responsabilidad social corporativa y sostenibilidad de su empresa.
¿Qué es la Fundación Creativación?
La Fundación Creativación es una fundación cuyo objetivo es fomentar la creatividad orientada a la innovación. Comenzamos hace unos siete años y empezamos a trabajar desde las escuelas con niñas y niños a partir de ocho años, o sea en primaria, creciendo con ellos después en la ESO. Ahora también estamos trabajando con alumnos de ciclos formativos, bachillerato y del mundo universitario. Nuestro propósito, basado en un proyecto pedagógico pionero en el ámbito educativo, es promover la creatividad de los jóvenes para convertirla sistemáticamente en innovación. Ahora nuestro propósito se ha manifestado de vital importancia para nuestra sociedad, por el impacto que tendrá en las nuevas generaciones y, porque en la era post-Covid19, se requerirá de mucho talento, creatividad e innovación disruptiva para solucionar los inmensos retos que se nos plantean.
Habéis lanzado la campaña Covid-19 Creativation Challenge ¿en qué consiste?
Nuestra metodología se basa en los retos. Pensamos que una forma óptima de aprendizaje es plantear retos que los estudiantes tienen que resolver utilizando una metodología. Normalmente en nuestros programas planteábamos retos reales de una empresa o de otras fundaciones a las que intentábamos ayudar con nuestra metodología. Para poder escalar y hacer que más alumnas y alumnos participaran, acabamos desarrollando una plataforma digital que facilita la participación y la implicación.
En la situación actual, decidimos que la forma de aportar valor como Fundación en este entorno generado por el COVID-19 era buscar la forma de involucrar a los jóvenes. Consideramos que era muy importante que no vieran lo que sucedía como algo externo que les estaba pasando, sino como algo en lo que ellos podían incidir y aportar sus ideas, su inmensa creatividad, para generar soluciones a los problemas que van surgiendo fruto del coronavirus.
Creamos cuatro tipos de retos basados en cuatro temáticas distintas: cómo reducir el riesgo de contagio, cómo dar soporte a los colectivos más expuestos a esta pandemia, cómo hacer compatible el confinamiento con la actividad laboral y cómo impulsar o cómo repensar el día después. Y todo esto se ha hecho a través de la mencionada plataforma donde los jóvenes se pueden inscribir individual o colectivamente a un concurso de ideas. Nuestro objetivo es recoger, precisamente, ideas que puedan ser aplicables y útiles.
¿Qué resultados habéis conseguido hasta el momento?
De momento tenemos muy buenos resultados, hay más de 300 inscripciones de equipos con más de 1.200 participantes de 35 Escuelas y Universidades. Como curiosidad remarcar que tenemos dos clubes deportivos que también se han comprometido con el reto. Cabe destacar la colaboración que nos está prestando una institución formada por jóvenes universitarios e impulsada por el Club Marketing Barcelona, llamada Barcelona Marketing Hub, que ha recogido también esta idea, la ha rediseñado, la ha retitulado como “Idea el Cambio” y de alguna forma la han hecho suya para ayudarnos a difundirla. Los jóvenes tienen sus medios, sus códigos y hay que llegar a ellos con su propio lenguaje. Estamos sorprendidos y muy contentos por el impacto que está teniendo la iniciativa y la calidad de las ideas que se están generando. La primera fase del reto no está acabada por lo que todavía no podemos hacer públicas las ideas concretas, pero puedo citar algunos conceptos
innovadores a título de ejemplo, como crear monedas virtuales municipales a cambio de servicios sociales para adquirir productos de comercio local, agencias de viajes virtuales, bolsas de trabajo para personas inmunes y clases de disciplinas artísticas en horario lectivo impartidas por artistas locales, entre otros. El ganador se llevará un premio en metálico de 1.500€ y la posibilidad de llevar a cabo su idea con la colaboración de mentores facilitados por la Fundación.
¿Cómo se enmarca esta acción dentro de vuestra política de responsabilidad social en Maxchief Europe?
En Maxchief Europe, estamos totalmente alineados con la nueva visión de un capitalismo más inclusivo y consciente, un capitalismo en el que las empresas tenemos que comprometernos mucho más con las personas y con nuestro entorno. No tenemos sentido sino impactamos positivamente, no basta con hacer un producto o un servicio y obtener un beneficio por ello. Como empresa, estamos muy comprometidos con los temas relacionados con la educación porque creemos que nos jugamos una parte muy importante de nuestro futuro como colectivo, como sociedad, en el hecho de disponer de un sistema educativo de alta calidad.
Por otra parte, pensamos que el mundo va muy rápido y el ámbito educativo no está adaptándose a la velocidad que nosotros consideramos que sería óptima. Por eso, estamos muy implicados en iniciativas que tienen que ver con el cambio educativo. Hace tiempo que soy mentor de emprendedores y he acabado invirtiendo en startups que tienen que ver con la introducción de la tecnología en la educación. Por ejemplo, en una startup hemos diseñado una impresora 3D apropiada a las necesidades del sector educativo. Nos gusta participar en iniciativas que tengan un impacto transformador en el ámbito educativo y en la sociedad.
¿Qué importancia tiene para Maxchief Europe la comunicación de la responsabilidad social?
Para nuestra empresa, y siendo muy sincero, es uno de los temas en donde tenemos que mejorar. Estamos comprometidos con las iniciativas de impacto social que he comentado antes y en otras distintas, pero hemos empezado por la comunicación interna. Hemos comunicado todo lo que hacemos a nuestras personas porque creemos que es una de las formas importantes de conseguir implicación. Creo que las empresas necesitamos, cada vez más, compartir un propósito con nuestros equipos, y la responsabilidad social es una de las formas en que las personas se comprometan con el proyecto. Pero en cuanto a comunicación externa, es claramente una de las cosas en la que tenemos que avanzar. La responsabilidad social tiene que introducirse en el ADN de las compañías y tenemos que ser capaces de comunicarla en dos sentidos: para explicar lo que hacemos al exterior y para invitar a otras organizaciones a que también se comprometan con estos objetivos.
¿Cuáles son vuestros retos de futuro en este campo de la responsabilidad social y la sostenibilidad?
En Maxchief Europe hicimos un estudio sobre la alineación de los valores de nuestras personas con los valores de la organización. En primer lugar, queríamos saber qué valores tenían nuestras personas y, en segundo lugar, qué valores creían que tenía nuestra empresa para, posteriormente, identificar qué valores les gustaría que tuviera la compañía. Curiosamente, los valores más solicitados son los que tienen que ver con la responsabilidad social, con el impacto medioambiental y con el entorno. Así que decidimos incluir todos estos aspectos en nuestra estrategia corporativa y de negocio. Por lo tanto, los próximos pasos que daremos irán en la línea de conseguir que todos estos valores y activos formen parte esencial de nuestra estrategia empresarial, además de encarar el reto inminente de cómo adaptarnos a la era post COVID-19.
Escucha aquí la entrevista completa con el protagonista: