Entrevista con Agustín Gregori, consejero delegado de Grefusa, para charlar sobre las iniciativas que su empresa ha puesto en marcha, junto a Cruz Roja, con el fin de paliar los efectos generados por el COVID-19, así como sobre su política de responsabilidad social corporativa.
El responsable de la famosa empresa familiar, española, especialista en la elaboración de frutos secos y snacks de cereales, nos habla sobre las buenas prácticas que están llevando a cabo en este momento en materia de RSC y sobre sus planes futuro en este campo.
Grefusa ha puesto en marcha una serie de iniciativas junto a Cruz Roja para paliar los efectos generados por el COVID-19, ¿en qué consisten?
Grefusa es una empresa familiar, de tercera generación, en la que siempre hemos tratado de hacer las cosas bien. Dada la situación generada por el COVID-19 hemos decidido sumarnos a la iniciativa puesta en marcha por Cruz Roja, con su Plan Cruz Roja Responde, para donar productos a familias que están en riesgo de exclusión social.
Hemos donado más de 150.000 unidades de nuestros productos, que se han repartido tanto a través de los voluntarios de Cruz Roja como de los vendedores de Grefusa, que están en estos momentos al pie del cañón.
¿A cuántas personas tenéis previsto atender con este plan? ¿Y cuáles son los resultados que habéis obtenido hasta el momento?
La donación ya se ha hecho efectiva. Hemos hecho llegar los productos a más de 3.800 familias valencianas y, la verdad, es que ha sido increíble. Los propios voluntarios de Cruz Roja nos transmitían que cuando entregaban nuestros productos a la gente,les decían: “por fin, algo de alegría para el cuerpo”.
En Grefusa tenemos la suerte de tener unos productos que, tienen un valor emocional enorme. Más aún en estos momentos y, sobre todo, para los niños. Nosotros decimos que no solo alimentamos el cuerpo, sino que alimentamos también el alma y la alegría de la gente.
Hemos alcanzado a 3.800 familias y nos estamos planteando un plan más ambicioso a nivel nacional con Cruz Roja con 200.000 unidades adicionales de producto con las que doblaremos el número de familias a las que hemos conseguido llegar.
¿Qué otras iniciativas tenéis en marcha?
Grefusa colabora con Cruz Roja desde hace más de cinco años. También hace ya más de seis años que colaboramos con el Banco de Alimentos. De hecho, con el Banco de Alimentos hacemos donaciones regulares todos los meses y, en estos momentos, las hemos duplicado.
Realizamos también donaciones extraordinarias, sobre todo, en momentos difíciles, como puede ser en Navidad, por ejemplo, e intentamos involucrar también a todos nuestros trabajadores. También hacemos estas donaciones en verano, este es el periodo más olvidado pero lo cierto es que sigue habiendo muchas familias necesitadas también.
En cuanto a acciones más inmediatas, por ejemplo, hemos donado productos a hospitales de nuestro entorno para agradecer su trabajo a todo el personal sanitario. Por ejemplo, en el Hospital Público Universitario De La Ribera, en el Hospital Doctor Peset y en el Hospital Pare Jofré. Lo hemos hecho como agradecimiento a la gran labor que los sanitarios están realizando.
¿Qué medidas habéis implementado para la protección de vuestros trabajadores?
Tenemos una gran responsabilidad sobre los trabajadores, a los que yo llamo grefuhéroes, porque en estos momentos están haciendo una labor social muy importante, la gran misión de alimentar a la población.
Desde el principio nos hemos planteado dos objetivos: el primero es garantizar la seguridad de los empleados y el segundo es garantizar el suministro de alimentación. Para ello, desde el principio hemos seguido todos los protocolos y directrices que se han recomendado desde el Ministerio de Sanidad. Implementamos de forma inmediata todas las medidas para evitar el contagio y se ha hecho muy bien.
Iniciamos rápidamente el teletrabajo en todos los puestos en los que había posibilidad de hacerlo y pusimos en marcha las medidas de seguridad, sobre todo, en las fábricas que son sitios donde más riesgo ha habido desde un principio.
Nosotros no tuvimos problemas en el suministro de equipos de protección individual, gracias a que reaccionamos muy rápido. Como sí había falta de mascarillas del más alto grado de homologación, lo que hicimos al principio fue que aquellos trabajadores que podían desarrollar su labor a una distancia de seguridad de más de dos metros no llevaran mascarillas. De esta forma pudimos garantizar que los que tenían que trabajar con más proximidad entre ellos sí tuvieran acceso a esas mascarillas.
Otra cosa que hicimos desde el primer momento, y creo que fue una buena decisión, fue evitar los turnos y que se mezclara el personal, sobre todo en esos puestos donde había una proximidad en el trabajo. En nuestro caso, la zona donde la gente está más próxima es la zona de envasado. Nos las ingeniamos para construir paneles de metacrilato en nuestros talleres de mantenimiento para lograr separar a los trabajadores, que en este caso sí dispusieron de mascarillas homologadas desde el principio. También tratamos que fueran equipos estables de no más de tres personas para que, en caso de contagio, se pudieran aislar sin llegar a contagiar al resto de equipo.
Por suerte, , a estas alturas no tenemos ningún contagio en ninguna de nuestras plantas. En parte por las medidas, en parte por suerte y porque la gente en su entorno familiar ha guardado las medidas preventivas.
Otra de las medidas que se puso en marcha desde el primer momento fue enviar a casa a todos aquellos empleados con mayor sensibilidad o enfermedades crónicas, porque tenían un riesgo más alto.
¿Cómo se enmarcan todas estas acciones dentro de la política de responsabilidad social corporativa de la compañía?
Yo creo que una empresa es una máquina de solidaridad. Si una empresa lo hace bien, da empleo, paga impuestos y contribuye a construir la sociedad. Cuando cumples esto, puedes, voluntariamente, hacer otras cosas.
En Grefusa concentramos las acciones en áreas de actuación donde podemos vincularnos a largo plazo, vincular a los empleados, a los clientes o a los proveedores. Nos estamos centrando mucho en todo lo que tiene que ver con alimentación pues es a lo que nos dedicamos. Y somos especialmente sensibles con la población infantil.
Aunque tenemos otros proyectos más pequeños en otros ámbitos, los más importantes son los que te he comentado: la colaboración con Cruz Roja desde hace cinco años y la colaboración con el Banco de Alimentos desde hace más de seis.
¿Qué otras acciones o buenas prácticas tenéis en marcha este momento?
Llevamos a cabo muchas acciones sociales a nivel local. Por ejemplo, hemos colaborado plantando árboles cuando se han producido incendios en zonas próximas, tratando de aunar esfuerzos con el gobierno local. En definitiva, donde no llegan los ayuntamientos, ahí también estamos las empresas para poder aportar nuestro granito de arena.
Y, desde luego, donde estamos haciendo grandes esfuerzos desde hace mucho tiempo y también es parte de nuestra responsabilidad social, es en tratar de hacer siempre mejores nuestros productos, mejorar la parte nutricional.
Hace ya casi 20 años que en Grefusa quitamos el aceite de palma de nuestros productos, por ejemplo. En cuanto tuvimos constancia de que no era bueno lo eliminamos. Lo mismo hicimos con los conservantes y los colorantes artificiales. Seguimos tratando de mejorar continuamente las cualidades nutricionales de nuestros productos.
Por otro lado, desde hace un tiempo estamos dedicando mucho esfuerzo a reducir los recursos que consumimos y a reducir los plásticos que utilizamos porque hay una conciencia social cada vez más importante. Es importante para la sociedad, especialmente para la gente joven, es importante para nuestros clientes y queremos que se nos valore también por ello. Creemos que es una responsabilidad de la empresa dejar a nuestros hijos un mundo mejor del que recibimos.
¿Cuáles son los planes de futuro Grefusa en esta materia de responsabilidad social?
En 2018 alcanzamos una alianza con Intersnack, que es el líder europeo en snacks y frutos secos, esto ha hecho que nos estemos planteando retos que para nosotros de forma individual eran más difíciles de alcanzar.
Por ejemplo, a pesar de que ya teníamos proyectos de I+D para aumentar el nivel de reciclabilidad de los envases o para conseguir envases que cumplieran su misión de protección de los alimentos y, además, fueran biodegradables, ahora tenemos un montón de proyectos en los que estamos trabajando con Interesnack y juntos estamos haciéndolo con mucha más fuerza. Creo, además, que tiene mucho sentido que las empresas se unan, más allá de que seamos competidores o no, para tratar de mejorar este mundo.
A nivel de impacto de huella de carbono, Intersnack está también mucho más desarrollado que nosotros. Nos sirven como guía, como procedimientos, utilizando todas las buenas prácticas que han hecho en otros países. Sobre todo, en países como los nórdicos donde van bastante por delante que nosotros en temas medioambientales.
Otro ejemplo es de los frutos secos que provienen de países pobres. Para Intersnack garantizar que se hace de una manera honesta, responsable y justa es una de sus prioridades. Si bien nosotros no utilizamos frutos secos de esos países porque los que utilizamos tratamos que sean lo más cercanos posible. Todos estos parámetros te dan una visión de que la responsabilidad social corporativa está mucho más allá de lo que tú haces y que hay que tratar de implicarse en toda la cadena de suministro desde el principio hasta el final. Desde la materia prima hasta tus proveedores, que también deben involucrarse.
Creo que este es nuestro gran reto de futuro. Tratamos de aportar nuestro granito de arena, pero si logramos involucrar a nuestros proveedores, clientes, trabajadores y a quienes, de forma voluntaria, se quieran sumar a esto, pues quizás podamos aportar muchos más granitos de arena.
Escucha aquí la entrevista completa con el protagonista: