Adif, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, tiene como objetivo potenciar el transporte ferroviario español mediante el desarrollo y la gestión de un sistema de infraestructuras seguro, eficiente, sostenible desde el punto de vista medioambiental, y con altos estándares de calidad. Todo ello desde el compromiso de responsabilidad social con los ciudadanos. Una Responsabilidad Social que se fundamenta en principios éticos relacionados con la gestión y con el papel de la empresa en la sociedad. La transparencia y el diálogo con los grupos de interés es el eje vertebrador; y su finalidad última es contribuir a la sostenibilidad desde una perspectiva integral.
Para ello, hablamos con Juan Pedro Galiano, Subdirector de Responsabilidad Corporativa, Sostenibilidad y Marca de Adif que asegura que “un enfoque y un modelo empresarial basado en la responsabilidad corporativa y la sostenibilidad, lo que permite es que la empresa mejore los resultados y sea más útil a la sociedad”. Para Juan Pedro es el momento de colocar la responsabilidad corporativa en los lugares donde se toman las estrategias y operativas de la empresa.
¿Cómo llegaste al mundo de la responsabilidad social y la sostenibilidad? ¿Qué recuerdas de sus inicios? ¿Cómo estaba la situación de la responsabilidad social y la sostenibilidad en el país y en Adif?
Cuando empecé en el mundo de la responsabilidad social no existía Adif como tal. Yo estaba en Renfe, y fue en el año 2001 cuando la Comisión Europea publicó el libro verde sobre la responsabilidad social de las empresas. Tuve conocimiento de ese documento, y en ese momento yo trabaja en temas relacionados con la reputación empresarial. Como casi todos los modelos de gestión de la reputación incluían como dimensión la responsabilidad social de la empresa, empecé a conocer esta forma de aproximarse y entender la gestión, y realmente fue lo que más me interesó y me sigue interesando de la gestión empresarial, fundamentalmente por su capacidad de transformación para mejorar las cosas, que para mí es más importante que su efecto en la reputación.
En esos años empiezan también iniciativas parlamentarias y comienza a crearse y crecer el movimiento asociativo y toda una corriente, también académica, relacionada con RSC. En ese momento ya se defendía la necesidad de un nuevo modelo de empresa, más responsable respecto a sus impactos, más conectada con los grupos de interés, más dialogante, con un enfoque social, económico y medioambiental; en definitiva, de responsabilidad integral, aunque muchos desconocían lo que era o se confundía permanentemente, mucho más que ahora, con la acción social o temas filantrópicos. Así es como llegué a la responsabilidad social empresarial desde el ámbito de la comunicación y de la reputación.
En el año 2005, Renfe se separa en dos empresas independientes, Adif y Renfe Operadora, y yo me quedo en Adif para diseñar y poner en marcha el primer plan de responsabilidad social corporativa. Empezamos a trabajar en concepto y a incorporarlo en esa nueva empresa, aunque continuaba con la cultura y la identidad ferroviaria de lo que hasta ese momento había sido Renfe. Se crea un pequeño departamento de responsabilidad social, y me ponen al frente como responsable.
¿Cómo ha evolucionado la estrategia de la responsabilidad social y la sostenibilidad de Adif en estos últimos años hasta la actualidad? ¿Y cuáles son actualmente las principales líneas de actuación?
Ha habido una evolución importante porque tras este primer plan de responsabilidad social, luego hubo otros que iban mejorando la capacidad de cambiar las cosas dentro y profundizar en el modelo. Se hacían cada cuatro años, y se actualizaba la información, incorporando proyectos nuevos e involucrando poco a poco a todos los departamentos. Se creó un modelo de gestión donde participaban todas las áreas, y se fueron dando pasos en ese modelo y en esa estrategia de responsabilidad social. Nace el primer código ético, y se ponen en marcha proyectos medioambientales y de acción social, con un cuadro de mando para tener indicadores, etcétera.
En definitiva, se diseña un modelo que se revisa y se actualiza para fortalecerlo y mejorarlo. La situación en la que estamos ahora es que hace tres años, aproximadamente, se produce un cambio de orientación y de concepción que yo creo que es muy positivo, porque damos el salto para conectar mucho más claramente la responsabilidad social corporativa con la estrategia empresarial. Hasta ese momento se tenía un plan estratégico de empresa y un plan de responsabilidad social. En 2017, nos planteamos que había que llevar a cabo una evolución de ese modelo y pasamos a integrar totalmente la responsabilidad social empresarial, que pasamos a denominarla responsabilidad corporativa, en el plan estratégico de empresa. Por lo tanto, ya no tenemos un plan de responsabilidad social separado de la estrategia, hemos evolucionado a un plan estratégico de empresa que tiene incorporado, en su base y en su despliegue, la responsabilidad social de la empresa en todas sus dimensiones y con toda su potencia. Ahora no hay unos indicadores específicos que se reportan como indicadores de RSC, sino que son los propios indicadores de la estrategia de empresa los que están dando cuenta de nuestra responsabilidad empresarial.
La responsabilidad para nosotros tiene diferentes dimensiones: operativa, económica, social, ambiental y de gobierno; y esas cinco categorías de responsabilidad social están presentes en todo el plan estratégico. Tenemos una matriz que refleja cómo la empresa a través de su estrategia despliega y desarrolla su responsabilidad ante la sociedad en todos los ámbitos. Todo esto luego se traduce en que muchos KPIs, los indicadores de gestión, de resultados y de impacto son también indicadores de responsabilidad. Es un modelo, desde mi punto de vista, más maduro e integrado, pero tenemos que trabajar para seguir fortaleciendo la integración de la responsabilidad social en toda la estrategia, y su despliegue en toda la organización.
¿Podría citar algunas buenas prácticas de Adif en estos temas?
Se pueden llamar buenas prácticas o se pueden llamar líneas de trabajo que van en la buena dirección. Pero a partir de este enfoque sí que hemos desarrollado proyectos nuevos que no existían, y se han replanteado otros que ya existían para alinearlos más con esta nueva orientación. Como ejemplo puedo citar el plan de lucha contra el cambio climático y todas las decenas de actividades y proyectos que incluye ese plan. Adif tiene un papel muy importante dentro del sector transporte, pero en un sentido más amplio incluso. El reto es contribuir a la lucha contra el cambio climático ya que estamos realmente en una situación de emergencia climática. Este plan nacido de ese nuevo enfoque es uno de los planes más importantes que hemos creado, y una línea fundamental de trabajo para nosotros.
También Adif ha profundizado en el modelo de financiación sostenible a través de la emisión de bonos verdes. Hay otros ejemplos, muy importantes desde el punto de vista de la gestión, como es la compra de energía. Ésta se realiza desde hace dos años incluyendo en el objeto de contratación que sea energía GDO, es decir, con garantía de origen renovable. Ha sido una novedad y una apuesta importante, por volumen económico y por las implicaciones para el sector. Más ejemplos: tenemos en marcha el diseño de un plan de accesibilidad integral que persigue dar un impulso significativo a la mejora de la accesibilidad del servicio ferroviario, facilitando la vida a las personas con movilidad reducida o con discapacidad. En este Plan estamos trabajando conjuntamente con Renfe, ya se trata de evitar las barreras, físicas y de comunicación, en todo el proceso del viaje, entendiendo el sistema ferroviario en su conjunto.
Otra buena práctica desde el punto de vista de la responsabilidad social y la sostenibilidad es el modelo de estaciones del futuro (y del presente) en el que estamos trabajando. Las estaciones son uno de los activos principales de Adif y el principal punto de contacto con millones de ciudadanos cada día. Las estaciones también están orientadas en estos momentos a facilitar un modelo de movilidad sostenible, descarbonizado, respetuoso con las personas, inteligente. Nuestro papel en este modelo es muy importante como actores del sector transporte, y debemos actuar pensando tanto en la movilidad entre ciudades como en la movilidad que se produce dentro de la ciudad. Nuestras estaciones tienen que ser, y en eso estamos trabajando, estaciones sostenibles. En todas sus dimensiones, no solamente en la dimensión ambiental.
Estos son solo algunos ejemplos de líneas de trabajo y proyectos que creo pueden ser consideradas “buenas prácticas”, ya que contribuyen a crear impactos más positivos y a mejorar como empresa, aunque hay muchas más iniciativas que podrían destacarse en el ámbito de la igualdad de género, la contribución al desarrollo local de zonas rurales, la economía circular, la reducción de arrollamientos, etc.
¿Qué papel tiene en Adif la comunicación de la responsabilidad social y la sostenibilidad? ¿Qué destacaría de ella?
La comunicación la podemos entender en un sentido amplio, por un lado, como escucha. Escuchar a los grupos de interés es fundamental, y nosotros tratamos de tener en cuenta las necesidades y expectativas de la gente, analizamos diferentes fuentes para identificar qué es lo relevante de nuestra actividad para nuestros grupos de interés. Tenemos que dar respuesta ,dentro de nuestras posibilidades y a veces buscando equilibrios difíciles, a esas expectativas y demandas. Eso forma parte de ser responsables y sostenibles, pero también hay que contarles lo que hacemos, reportar e informar con transparencia.
Si hablamos de comunicación de la responsabilidad social hay una herramienta fundamental que es el informe de sostenibilidad. En breve, este informe lo integraremos como parte de la información no financiera en el informe de gestión, que integra todos los indicadores financieros y no financieros, y dejaremos de editar como tal el informe de sostenibilidad, del que fuimos pioneros en nuestro sector. Esta herramienta es muy importante para dar cuenta con una visión global y muy completa de lo que hace Adif y, sobre todo, de los impactos que la compañía genera en la sociedad a todos los niveles: social, medioambiental, de gobierno y también operacional. A nivel operacional, nuestra actividad tiene un impacto directo muy importante en la vida de las personas, su vida cotidiana, ya que en la disponibilidad, calidad y fiabilidad del servicio ferroviario Adif tiene una responsabilidad muy importante. Nuestro servicio, la gestión, extensión y evolución de la red ferroviaria es fundamental para facilitar la vida a las personas en términos de movilidad, y también en un sentido más amplio.
¿Cuáles son las principales ventajas y beneficios de apostar por la responsabilidad social y la sostenibilidad?
Yo siempre digo que el beneficio es tanto interno como externo, y es tanto personal como colectivo. La Responsabilidad Social te ayuda a mejorar como empresa, a hacer mejor las cosas y conseguir mejores resultados, a todos los niveles. Por ejemplo, tener un plan contra el cambio climático también incluye ser más eficientes en la gestión de la energía, y esto te lleva a ahorrar dinero, además de contribuir a luchar contra un problema global que afecta a la salud de las personas, a la biodiversidad, a la economía, etc.
Históricamente, en muchas ocasiones, se ha situado a la responsabilidad social como si estuviese en un extremo de la balanza contrario al de los resultados económicos de la empresa, como si fuesen conceptos incompatibles, y esto no es así, no debe ser así y si lo es que no se está entendiendo qué es realmente la RSC. Hacer bien las cosas y actuar con responsabilidad te reporta, también, un retorno económicos, directo o indirecto, y más posibilidades de perdurar en el tiempo.
También existen otros beneficios desde el punto de vista externo, es decir, pensando en el papel que desempeña la empresa en la sociedad, en su conexión con la misma y su legitimidad social. Y más aún en una compañía como nosotros que somos una empresa pública. Es sencillo, un enfoque y un modelo empresarial basado en la responsabilidad social lo que permite es servir mejor a la sociedad; tanto a nivel local como a nivel global. Ahora se habla mucho de los ODS, y que se incorporen con fuerza en la agenda política y empresarial nos han ayudado mucho a los profesionales que llevamos años trabajando en los temas de responsabilidad social. Los ODS son retos globales, pero que también afectan a nivel local, regional y nacional. Orientar tu actividad profesional a la consecución de los ODS que hay a nivel global y local, te va hacer ser más útil a la sociedad y te va a ayudar a mejorar la forma de hacer las cosas. Una empresa pública tiene una especial responsabilidad en este sentido.
La responsabilidad social o corporativa también permite gestionar mejor tus riesgos empresariales y aprovechar mejor las oportunidades que se presentan y que surgen de los cambios y los desafíos sociales. Uno de los problemas que hemos tenido tradicionalmente, y que no ha desaparecido del todo, es que cuando se hablaba de responsabilidad social empresarial, parecía que se hacía referencia a colectivos vulnerables, ONGs, filantropía, … Los profesionales de RSC hemos batallado mucho para evitar esta confusión. Pues bien, a superar esta visión limitada y sesgada de la RSC han ayudado mucho los ODS. Hay muchos aspectos que tienen que estar incluidos en la agenda de la responsabilidad corporativa y de la contribución de las empresas a dar respuesta a los desafíos sociales, ambientales y económicos que tenemos encima de la mesa.
Por último, desde el punto de vista de las personas que trabajan en una organización, la apuesta por una empresa responsable y sostenible sin duda genera más compromiso y orgullo en los empleados, con todos los efectos positivos que tanto a nivel individual como de la propia empresa tienen esas emociones.
En tu opinión, ¿cuáles son los principales errores que se siguen cometiendo en materia de responsabilidad social y sostenibilidad? ¿Cómo subsanarlos?
Aunque acabo de decir que el tema de la confusión entre la acción social y la responsabilidad corporativa está bastante superado, en mi opinión aún no lo suficiente. Se sigue confundiendo y vinculando la RSC , aunque menos que antes, a temas exclusivamente de acción social. Por lo tanto hay que seguir insistiendo, aunque a veces sea agotador, en que la RSC afecta a todo lo que se hace en la empresa, a lo que hacemos, a como lo hacemos y a para qué lo hacemos. Aún queda mucho camino por recorrer para la integración real del enfoque de responsabilidad y sostenibilidad en las empresas, llegando con más relevancia y con todo su sentido y capacidad de cambio a la agenda de los comités de dirección y los consejos de administración.
Yo utilizo a veces una metáfora para explicar lo que es la RSC. Creo que es útil pensar en la responsabilidad corporativa como unas gafas que te ayudan a ver de lejos, aunque también a ver de otro modo las cosas que están cerca, dando un enfoque a la realidad que no sea solo de corto plazo. Yo creo que esta forma de entender la RSC, aunque ha habido avances, sigue siendo un reto y una asignatura pendiente. Es necesario madurar más la conexión de la responsabilidad corporativa con la estrategia y el día a día de todas las áreas de la organización, y que la RSC no sea algo que aporta simplemente un valor adicional o sea un plan complementario al plan corporativo, si no que sea realmente el plan de empresa y sea la forma en la que se aporta valor. Es necesario que la organización sea la que ya tenga incorporada esa visión de responsabilidad ante la sociedad.
En esta línea, hay personas en determinados foros que piensan que las empresas hacen responsabilidad social por cosmética, por greenwashing. ¿Qué opina sobre esto y cómo revertirlo?
Pues opino que en ocasiones es cierto, que ha habido y puede haber casos aunque cada vez se da menos, y es bueno que cuando así sea se diga y se presione para evitarlo, porque ese uso perverso de la RSC, que no es RSC real, perjudica a la sociedad, a la propia empresa y la RSC misma. Es verdad que hay empresas que utilizan la RSC para mostrar una cara amable, o supuestamente de compromiso social, cuando puede ser simplemente una cortina de humo para ocultar malas prácticas o una forma de lavar su imagen, ya que su negocio no está planteado ni gestionado desde la responsabilidad. En estos casos creo que la primera reflexión es que las compañías que usan la RSC de esa manera, o no han entendido lo que realmente es la RSC, o actúan de mala fe, pero en cualquier caso están exponiendo a la empresa a un riesgo muy alto que puede acabar en pérdidas millonarias o incluso en la desaparición de la empresa. A veces la RSC se sigue entendiendo de una manera superficial o equivocada y, por tanto, se aplica mal. Creo que tratar de manipular a los ciudadanos con lavados de imagen tiene un recorrido corto, o en cualquier caso no es lo más inteligente que se puede hacer para gestionar una empresa, a mi modo de ver. En cambio cuando la RSC se aplica al negocio con honestidad, convicción y rigor, aunque haya siempre cosas que mejorar y se comentan errores, la compañía avanzará por el camino correcto, correcto en un sentido ético y en cuanto a la creación de valor. Un uso perverso de la RSC puede aflorar en cualquier momento, y desvelarse que la apuesta de la empresa por la RSC era ficticia y un fraudulenta. El tiempo, casi siempre, pone cada cosa en su sitio, y a cada uno en su sitio. Puede que este enfoque de greenwashing funcione durante más tiempo en algunas empresas, y en otras menos, pero cuando deje de funcionar la caída puede ser fatal, y la empresa que lo aplique está perdiendo la oportunidad de apostar con todo su potencial por la responsabilidad social para conseguir mejores resultados.
¿Cuáles son los retos y desafíos de la responsabilidad social y sostenibilidad en Adif en un futuro próximo? ¿Cómo lo llevaréis a cabo?
Adif está en un momento clave en cuanto a retos y desafíos, tanto desde el punto de vista interno, como sectorial o global. La liberalización del transporte de viajeros por ferrocarril ya está aquí, y en un año aproximadamente se espera que haya diferente empresas operando en la red gestionada por Adif. A esto se suma el momento de cambio social, tanto en España como en Europa y a nivel global. Cada vez más apremiante la transición a un modelo energético distinto, a una economía basada en parámetros y en formas de funcionar distintas. En este contexto, la movilidad tiene que cambiar también. Adif a futuro, desde mi punto de vista y desde la óptica de su responsabilidad, puede y debe jugar un papel clave para fortalecer al ferrocarril como medio de transporte. Esto es, per se, una forma de contribución a un modelo de desarrollo distinto, más sostenible, porque el ferrocarril es uno los medios de transporte más eficiente, menos contaminante, con menores costes externos respecto a otros modos de transporte. El transporte entre ciudades y el transporte dentro de las ciudades, la conexiones de las áreas metropolitanas, etc., el papel del ferrocarril y las estaciones de tren es fundamental para descarbonizar la movilidad. En esa línea, estamos trabajando para facilitar que todo el ciclo del transporte tanto desde el domicilio hasta la estación origen del viaje, como el desplazamiento entre ciudades y como su desplazamiento desde la estación destino hasta el punto final del viaje, sea utilizando medios sin emisiones de gases contaminantes y de efecto invernadero.
En definitiva, el principal reto que tenemos a futuro desde el punto de vista de la responsabilidad y la sostenibilidad, es contribuir al máximo a un modelo de movilidad sostenible y descarbonizada; y para ello tenemos que abordar retos internos, impulsar la competitividad del ferrocarril, mantener niveles de máxima exigencia en seguridad y fiabilidad, desarrollar proyectos basados en energías limpias y en la economía circular, etc. . Por supuesto, hay otros retos muy importantes que tienen que ver con nuestra aportación para conseguir avanzar en la disminución de desequilibrios y desigualdades, y también para estimular el crecimiento económico.
Aquí puedes escuchar la entrevista a Juan Pedro Galiano, Subdirector de Responsabilidad Corporativa y Sostenibilidad de Adif