Entrevistamos a Cyrille Vecchi, manager de sostenibilidad de Europa del Sur de Ball, principal fabricante de latas de bebidas del mundo, para hablar del reciclado de estos envases, de su papel dentro de la economía circular y de la política de responsabilidad social corporativa y de sostenibilidad de la multinacional estadounidense.
Ball es el mayor productor de latas de aluminio a nivel mundial. ¿Cuál es la tasa de reciclado de estos envases?
La tasa de reciclado de las latas es del 69% a nivel mundial, o sea casi 7 de cada 10 latas consumidas en el mundo vuelven a ser recicladas en otro objeto de metal, por ejemplo, una bicicleta, una ventana… quizás, otra lata. De los cuatro principales materiales utilizados para envasar las bebidas -el PET, el vidrio, el brick y las latas- este último es el que más se recicla, tiene la mayor tasa de reciclado a nivel mundial. A nivel europeo, estamos aún mejor, con un 74,5% de tasa de reciclaje el año pasado. Pero no nos conformemos con estos resultados, estamos trabajando para lograr incrementar esta tasa. Para la industria, para Ball, es claramente nuestro objetivo principal, lo más importante en materia de sostenibilidad.
Esta es nuestra meta a nivel de la industria en general para todos los envases de bebidas en aluminio. Es importante tener en cuenta que nuestro producto, la lata, está ya pensado para ser reciclado. Es muy fácil separarlo de los otros residuos, es monomaterial, o sea, no hay que quitarle capas o elementos, es muy fácil refundirlo, cuesta poquísimo y rehacer cualquier otra cosa. Esa es nuestra fuerza, es un producto muy fácil de reciclar y muy rentable de reciclar, y por eso tenemos una tasa de reciclaje tan alta.
Vemos muchos envases clasificados como reciclables, ¿pero tienen todos los envases las mismas tasas de reciclaje?
Las marcas han detectado que a los consumidores les gustan las etiquetas con información sobre los envases, en las que vemos, por ejemplo, 100% reciclable, 50% de material reciclado, biodegradable…). Por el momento, no hay un control real sobre cómo y qué se puede comunicar en este sentido. Pero esto va a empezar a desaparecer y se va a comenzar a ejercer un control sobre este etiquetado que ahora mismo no se está ejerciendo.
Existen encuestas que demuestran que el consumidor tiene claro lo que significa un envase sostenible, si le preguntas, puede hablarte de la reciclabilidad del envase, pero no tanto de biodegrabilidad, incorporación de material reciclado u otros factores. La reciclabilidad de un envase es el criterio lo más relevante para medir su circularidad, su sostenibilidad.
En segundo lugar, ya vemos a empresas independientes que proporcionan servicios de auditorías de dichos sellos. Depositarlo en el contenedor amarillo no significa que el envase vaya a ser reciclado en su totalidad. ¿Se separa fácilmente del resto de los residuos? ¿Se recicla todo el envase o solo una parte? ¿Vuelve a ser una materia prima de cualidad o podrá solo ser reutilizado en productos de menor valor? Esto tiene un horizonte muy importante y la Comisión Europea ya está trabajando para gestionarlo de la mejor manera. La lata reúne todos los elementos para resultar bien posicionada en este nuevo escenario, saldrá bien parada en este nuevo escenario.
¿Cómo afecta el tipo de envase que se usa en economía circular?
La economía circular consiste en poder dar a un envase la oportunidad de tener otra vida. Una segunda, una tercera, una cuarta, incluso, vidas infinitas en el caso de la lata de aluminio. Hay muy pocos materiales que permitan este círculo infinito. Un dato que me llamó muchísimo la atención cuando me incorporé en este sector es que, gracias al reciclaje, el 75% del aluminio que ya hemos producido sigue estando en uso. Esto es la economía circular de la que tanto hablamos. No se debe tirar nada, pero aún menos el metal. No tiene ningún sentido ni medioambiental, ni económico.
Otros materiales no pueden tener estas oportunidades infinita. De esta forma, al final sí hay una pérdida y esa pérdida acaba en vertederos, en ríos u océanos y esto es el verdadero problema. Si queremos participar en una economía verde, realmente circular, donde se minimicen las perdidas, el metal es el envase perfecto.
¿Cuál es la huella de carbono que deja el ciclo de vida de un envase de aluminio?
Para medir la huella de carbono debemos tener en cuenta todo los ciclos de vida del producto. En el caso de la lata, el impacto principal sobre el cambio climático tiene lugar en la producción de aluminio extraído de las minas de bauxita, lo que llamamos el aluminio virgen. El impacto directo de Ball en la transformación de las bobinas de aluminio en latas es reducido en comparación con la energía necesaria y las emisiones para producir la materia prima principal, el aluminio.
Pero si seguimos reciclando, obtendremos un material que se puede utilizar como si fuese nuevo. En lugar de producir aluminio virgen, aprovechamos el aluminio ya existente en el mercado en forma de latas, coches, aviones, etc. Es la gran ventaja que tenemos. Refundir aluminio reciclado emite 95% menos de CO2 que producir aluminio virgen.
Por eso, es tan importante que incrementemos la tasa de reciclado de las latas porque hay múltiples ventajas. No solamente disminuir considerablemente la cantidad de material que termina en el vertedero, sino que, además, vamos a contribuir a reducir muchísimo la huella de carbono de las latas, cerrando así el círculo.
¿Pueden las latas sustituir a otros envases como las botellas de agua de plástico, por ejemplo?
Por supuesto, ya hay marcas de agua que han apostado por la lata para envasar agua. Estas marcas quieren desmarcarse de la competencia con un discurso de sostenibilidad muy potente, quieren intentar aportar algo para solventar la crisis medioambiental que estamos viviendo, la originada por los residuos que acaban en la naturaleza.
Lo que han hecho ha sido elegir el envase más sostenible posible y han elegido la lata. Esto ya existe en España y en otros países del norte de Europa, como Reino Unido o los países escandinavos, donde la cuota de agua en lata ya es mucho más alta y tiene un crecimiento mucho más importante.
¿Están las empresas españolas comprometidas con la sostenibilidad de los envases en los que comercializan sus bebidas?
Al consumidor le importa mucho si un envase es o no reciclable. Esta preocupación ha sido entendida por parte de las marcas de bebidas. Antes se hablaba de RSC y de sostenibilidad casi haciendo algo de greenwashing, como algo que preocupaba para incluir en el informe de sostenibilidad y poco más. Sin embargo, ahora en esta industria, la nuestra del packaging, los equipos directivos cada vez le conceden más importancia a la sostenibilidad. Ahora hablamos con directamente con ellos y los expertos en sostenibilidad tienen una voz dentro de las empresas.
Casi el 80% de los españoles asegura que encuentra dificultades para reciclar las latas de aluminio cuando se encuentra fuera de casa, ¿cómo podemos solucionar esto?
Eso no puede ser. La lata es un envase que es fácil de transportar, que enfría muy bien la bebida, perfecta para un consumo fuera de hogar.
Tenemos que conseguir que haya más papeleras selectivas en la calle, en las playas, en el entorno de los estadios de fútbol. Ya existen proyectos sobre la mesa para añadir incentivos económicos al ciudadano responsable que recicla, para añadir tecnologías que ayuden a que la gente entienda que tirar al suelo una lata no tiene sentido ni medioambiental ni económicamente hablando.
¿Cuáles son los retos y desafíos de futuro de Ball en materia de sostenibilidad y responsabilidad social?
Como comentaba antes, lo más importante es incrementar la tasa de reciclaje de las latas. Y nuestros esfuerzos en temas de sostenibilidad están dirigidos hacia ese objetivo. Ahora mismo en España no aprovechamos un cuarto de las latas, principalmente porque no se depositan en el contenedor amarillo. Esto no puede ser, esta lata tiene valor medioambiental y económico, y tenemos que reincorporarla en la economía. Esta es la meta principal: sensibilizar al ciudadano del importancia del reciclaje. En este sentido, la Asociación de Latas de Bebidas cuenta con un programa de educación ambiental, Cada Lata Cuenta, que justamente promueve el reciclaje de latas de bebidas fuera del hogar. La lata tiene todos los atributos para ser 100% reciclable, ser un envase perfectamente circular. Pero esta circularidad perfecta depende de todos: y, por supuesto, de que el consumidor nos ayude a cerrar el círculo.