La necesidad de que medio ambiente y economía converjan en la agenda de los gestores de la política económica ha quedado de manifiesto en la jornada organizada por el Grupo Español para el Crecimiento Verde (GECV), BBVA Research y el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital (MINECO) que se celebró ayer en la sede de BBVA en Madrid. Bajo el título «Capital Natural, cambio climático y política económica», el evento ha reunido a destacados expertos y personalidades del mundo empresarial y el sector público, que han explorado en dos paneles la creciente intersección entre el mundo económico y el ambiental.
En el encuentro se ha insistido en que el equilibrio climático del planeta y la buena salud de su capital natural son factores que afectan al bienestar social, y deben ser considerados en el contexto de la política económica. Particularmente en un país como España, cuya dotación de recursos naturales —biodiversidad, viento y sol— es excepcional en el contexto europeo; la preservación, aprovechamiento y potenciación de este gran patrimonio natural constituye una importante oportunidad económica para el país y debe ser tratada como tal. La internalización de externalidades climático-ambientales es el camino para conseguirlo, conjugando crecimiento económico y preservación del entorno natural.
Toni Ballabriga, Director Global de Negocio Responsable de BBVA y miembro de la Junta Directiva de GECV
En la apertura del evento, Toni Ballabriga, Director Global de Negocio Responsable de BBVA y Miembro de la Junta Directiva de GECV, ha señalado el importante papel de la banca de acompañamiento a la economía en su descarbonización: «Analizamos cómo de avanzados están nuestros clientes en sostenibilidad. Los planes creíbles de transición merecen nuestro acompañamiento. El objetivo no es tanto reducir nuestras emisiones financiadas, sino financiar la reducción de emisiones de nuestros clientes. No se trata solo de financiar lo verde, sino de financiar la transición». Ballabriga ha destacado la importancia de las políticas económicas y el capital natural: «No es cuestión solo de fijar objetivos por parte de las empresas. Cuando hay políticas públicas bien armadas, cuando se crean esos factores de apoyo a la innovación y a las nuevas tecnologías y hay una demanda agregada que permita avanzar realmente, se avanza. Es necesario crear marcos que incentiven y permitan que la transición tenga sentido económico, que es lo que hará que todos los actores de la economía hagan esa transición».
Durante el primer panel, en el que intervinieron representantes del mundo académico, empresarial y financiero, el foco de la conversación ha recaído sobre el capital natural y la cuestión climática, y su interacción con el análisis económico tradicional. El tema se ha abordado desde la propia definición de capital natural como factor productivo que presta servicios ecosistémicos a la sociedad. En el debate se ha constatado que el cambio climático y el deterioro del medio ambiente inciden sobre el bienestar social y, sin embargo, tienen un precio de mercado reducido o cero; por tanto, es necesario internalizar esas externalidades y enviar señales de precio adecuadas. El panel fue moderado por David Álvarez, Director Ejecutivo de Ecoacsa, quien apuntó que «el indicador clave con el que medimos la riqueza es el PIB, y este no tiene en cuenta los recursos que proporciona el capital natural y que son parte de nuestro patrimonio. A día de hoy, el PIB no recoge indicadores relacionados con la naturaleza, por lo que ignora la contribución de los recursos naturales al rendimiento económico y el bienestar de las personas».
Ponentes de la sesión “Capital natural, cambio climático y economía” . De izquierda a derecha: Luis Martí, Eloy Sanz, Sandra Magro, Julian Cubero, Juan Carlos Ciscar y David Álvarez
Eloy Sanz, Profesor de Ingeniería Energética de la Universidad Rey Juan Carlos, comenzó señalando que «el nivel de gravedad que estamos causando a la naturaleza es enorme, y ello no tiene apenas consecuencias negativas en los principales causantes de ese impacto». «Desde un punto de vista económico, necesitamos juzgar la situación como si fuese nuestra salud, como si fuésemos fumadores a los que se nos advierte de las consecuencias que tiene fumar. Es necesario hablar de cifras, de aumentar la inversión, de concienciar para evitar pérdidas económicas mayores». Por su parte Sandra Magro, socia fundadora de Creando Redes, destacó en su intervención que «lo que está detrás de todos estos impactos es el crecimiento de la población mundial, y que existe un sistema que tiene esclavizados los recursos naturales». En esta línea, incidió en que «tenemos que fijar unos límites de crecimiento económico que sean viables. Si seguimos como hasta ahora sí que es posible que el impacto del cambio climático y la degradación de la naturaleza acaben por afectar a la población mundial y terminemos decreciendo inevitablemente».
Julián Cubero, Economista líder de Economía del Cambio Climático de BBVA Research, ha afirmado que «actualmente no estamos avanzando lo suficiente en políticas públicas. La caída de costes es muy significativa; de hecho, ya se están produciendo renovables competitivas y por eso se están produciendo avances, pero queda todavía recorrido». En ese sentido, el experto de BBVA Research ha resumido que hay que reforzar la «eficiencia, intensidad, incentivos y políticas públicas». Sobre las implicaciones derivadas de la pérdida de biodiversidad para la estabilidad del sistema financiero, Cubero ha asegurado que «el riesgo mayor en todo este asunto es la incertidumbre, el riesgo no acotado, no gestionable. Por ejemplo, el riesgo de sufrir el impacto de un incendio forestal es fruto de combinar la probabilidad de que ocurra, la exposición que se tenga y la cobertura del propio seguro. Estos factores se pueden gestionar, pero con la biodiversidad hay muchos más factores incontrolables». Como conclusión, Cubero subrayó que «el reto es convertir la incertidumbre en riesgo para poder así controlarlo».
Juan Carlos Ciscar, Team Leader del Joint Research Centre de la Comisión Europea también participó en la mesa aportando su visión sobre la gran noticia que supone que el sector financiero y empresarial pongan el foco en el capital natural, así como los retos y dificultades que ello entraña.
Cerrando el panel, el Vicepresidente del GECV, Luis Martí, Director de Políticas Públicas y Regulación de ACCIONA, insistió en que «una vez se consideran todas las externalidades y las implicaciones de medio y largo plazo, invertir en regenerar y sobre todo en preservar el capital natural suele ser una inversión rentable». Señaló también que la solución «no es crecer menos, sino asegurar que el crecimiento es energéticamente sostenible y circular», añadiendo que «un crecimiento verde es compatible con una economía dinámica y con el respeto a los límites biológicos del planeta».
Ponentes de la sesión “Implicaciones de política económica”. De izquierda a derecha: Rafael Doménech, María Teresa Costa, Natalia Collado, Ángel Gavilán y Víctor Ausín
En la segunda mesa, centrada en las implicaciones que el capital natural representa para la política económica, se expuso la complicada coexistencia de unos objetivos a muy largo plazo y unos incentivos de economía política a corto plazo, además de la necesidad de asegurar una transición justa socialmente y de perfilar la factibilidad práctica de los distintos instrumentos disponibles en política fiscal, monetaria o de reformas de oferta. Rafael Doménech, Responsable de Análisis Económico de BBVA Research, fue el encargado de conducir la conversación.
Víctor Ausín, Director General de Análisis Macroeconómico del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, quiso apuntar que «desde el sector público, tenemos que entender que, a nivel económico, las preferencias de los consumidores cambian, y los roles en los hogares y en las empresas también. Por lo tanto, nuestra función ha de ser garantizar el crecimiento económico en ese contexto, aportar recursos para preservar e incluso hacer crecer el capital natural, y el más importante: incorporar el concepto de sostenibilidad al crecimiento económico». Por su parte, Ángel Gavilán, Director General de Economía y Estadística del Banco de España, manifestó que «como Banco de España, una de nuestras obligaciones es mantener la estabilidad de precios y, por eso, creemos imprescindible analizar las variables económicas del cambio climático». A ese respecto, añadió que «la transición no se va a producir a la velocidad deseada si no prestamos atención a los colectivos más vulnerables. Hay que entenderla desde un prisma de equidad. Si tampoco atendemos suficientemente al empleo y la formación paralela a esta transición, esta no se hará de manera eficiente».
Continuó Natalia Collado, Research Economist de ESADE EcPol, poniendo el foco en la cuestión renovable: «Muchas veces la implantación de renovables tiende a rechazarse porque solo se ven los impactos negativos. Ello puede evitarse consiguiendo una aceptación social mediante una conversación directa y real sobre los beneficios y su importancia, y también involucrando a la población en el proceso, especialmente en aquellas comunidades donde se van a instalar. También hemos de tener cuidado con la urgencia y la necesidad de acelerar los procesos de implantación, puede jugar en nuestra contra y hemos de ser rigurosos». Por último, María Teresa Costa, Catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona, señaló que «la política energética europea que empezó solo fomentando renovables se ha convertido hoy en política de Energía y Clima en mayúsculas, incluyendo variables de ahorro, eficiencia, medio ambiente y ese es el camino correcto, en el que la reducción de emisiones debe ser punto clave. Hay que dar solidez a este nuevo modelo y no solo sustituir gradualmente bienes por servicios como se ha comentado hoy aquí, también hay que transformar los bienes».
La jornada ha sido clausurada por la Secretaria general del Grupo Español para el Crecimiento Verde, Andrea Ruzo, que recapituló los temas abordados destacando que «hay una gran oportunidad empresarial asociada a la creación de conocimiento empresarial alrededor de la economía circular, la protección de la biodiversidad o la minimización de impactos ambientales». Además, señaló que «esta oportunidad se proyecta sobre una situación privilegiada de nuestro país, que concentra una parte sustancial de la biodiversidad europea» y que «preservar y potenciar esta enorme riqueza puede y debe ser también una palanca de crecimiento económico».
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