Fair Saturday es un movimiento cultural global con impacto social que tiene lugar cada último sábado de noviembre, día posterior a Black Friday. Esta funcación moviliza a la gente en torno a la cultura con el objetivo de crear mejores entornos y sociedades. Además, cada uno de los eventos culturales que participa en Fair Saturday apoya un proyecto social de su elección. Un concepto que Escocia decidió unir a su día nacional.
¿Cómo surge y qué proyectos desarrolláis en Fair Saturday?
Fair Saturday nace en 2015 fruto de unas reflexiones sobre qué futuro estamos creando. Ahora mismo estamos viviendo una época en la que el futuro es bastante incierto y volátil. Estamos viviendo también en una sociedad crecientemente materialista donde importa más el tener que el ser y donde el corto plazo nos asfixia. Por otro lado, la sociedad ha dicho de forma clara que quiere participar en la construcción del futuro. Por ello, tenemos que ver de qué formas, con qué plataformas y qué cauces tenemos para movilizarnos.
Estamos en un momento en el cual surgen corrientes críticas con el capitalismo, es el modelo socioeconómico que más lejos nos ha llevado. Pero es el momento de revisar cómo podemos humanizar y hacer un capitalismo más sensible y social. Hay que repensar modelos, cuestionar paradigmas y tratar de crear proyectos diferentes. De este contexto surge Fair Saturday.
No vamos en contra del Black Friday, pero es cierto que es uno de los días más consumistas del año en el que se lanza un mensaje de “consume” sin importar qué ni cuánto, no importa nada. Esto cala especialmente en colectivos más permeables como pueden ser los jóvenes y los niños. Cuando durante unas semanas tienes un mensaje de “compra, compra y compra”, el resto de elementos débiles de la sociedad pasan a un segundo plano. Estos elementos pueden ser el sector social, cultural u otros sectores.
A partir de esto creamos un nuevo concepto, el de Fair Saturday, que intenta provocar otro tipo de día el sábado siguiente. Un día basado en dos pilares fundamentales para construir mejores entornos y sociedades. Uno de ellos es la cultura y el otro la empatía social.
La ciencia nos lleva más lejos y más rápido. Pero la cultura aporta una capacidad reflexiva que te lleva de forma más profunda. Por lo que la combinación ciencia y cultura te lleva de una forma más armónica. Además, la empatía social hace que también te acuerdes de aquellos colectivos y personas que están en situación de vulnerabilidad. Pensamos que esas personas son otras, pero todos en algún momento de la vida pasamos por una situación de vulnerabilidad de algún tipo.
Entonces, con todo ello, creamos este concepto al día siguiente del Black Friday donde tratamos de movilizar a la sociedad en torno a la cultura. Cada uno de los eventos culturales que participa en Fair Saturday apoya un proyecto social de su elección. Esto lo hacen de tres formas: la primera, dándoles cariño o reconocimiento; segundo, explicando 10 minutos antes del espectáculo quiénes son y qué hacen para mejorar el mundo y, por último, que parte de los tickets y las donaciones de ese día vayan a ese proyecto social. Nosotros como fundación no tocamos nada, lo que hacemos es dar transparencia y ayudar a que sea un éxito.
En 2014 en Bilbao, hubo 20 coros pioneros que convencimos para que actuasen ese día y lo hicieron en diferentes partes de la ciudad. La pregunta de todos ellos era: “¿quién va a venir a mi concierto?”. Era casi una cuestión de fe. Entonces, esperamos a ver qué pasaba y hubo una reacción social muy fuerte. Hubo más de 8.000 asistentes a los diferentes conciertos y se generó un valor para proyectos sociales de unos 8 mil euros, aparte del valor cultural.
A partir de ahí nos constituimos como organización sin ánimo de lucro, como fundación, y empezamos a contar la historia. Al principio era normal encontrarnos muchos noes, pero empezamos a encontrar algunos sí y el proyecto empezó a crecer. Hasta el punto de que el año pasado hubo más de 600 eventos en el mundo en 100 ciudades con unos 150 mil o 200 mil asistentes. Algunas ciudades decidieron celebrarlo oficialmente. En España, Bilbao, Vizcaya, Málaga, Huelva o Santander, Milán en Italia, Lima en Perú, Bristol en Reino Unido y todo el país de Escocia. El país de Escocia ha decidido ligar este nuevo concepto a su día nacional creando el St Andrew’s Fair Saturday. Lo anunció la primera ministra en el castillo de Edimburgo. Es increíble.
Empezamos a recibir apoyos de gente de todo tipo. Siempre destaco a Antonio Garrigues, alcaldes de varias ciudades, el rey Felipe VI nos dió como reconocimiento el Premio Novia Salcedo, el ministro de Economía y de Exteriores de Escocia, gente del mundo cultural… Mucha gente.
Dentro de la Fundación, aparte del Fair Saturday, hemos lanzado otros proyectos como los Premios Fair Saturday, que concedemos todos los años a instituciones que a través de la cultura provocan una transformación social; el Foro Cultura por un mundo mejor; un concurso de cuentos con impacto social, en el cual los niños y las niñas que participan eligen una organización social a la que destinarán el premio; y, por último, hemos lanzado un programa que se llama ‘Barreras Invisibles’ de mecenazgo cultural a niños en exclusión social.
De todas sus iniciativas y proyectos de Fair Saturday Foundation, ¿cuáles destacaría? ¿Y cuáles son sus beneficios y beneficierios?
En este momento tenemos 5 proyectos, el primero que lanzamos y el más reconocido es el Fair Saturday. El año pasado hubo más de 600 eventos, eso implica más de 15.000 artistas, colaboramos con más de 350 proyectos sociales y se generaron cerca de unos 170.000 euros de impacto para proyectos sociales y unos 370.000 euros de valor cultural.
En los premios Fair Saturday, que lanzamos hace dos años, tratamos de reconocer a las organizaciones que a través de la cultura genera transformación social. Al hilo de esto hacemos un foro donde compartimos con la ciudadanía estas experiencias de transformación cultural, con varios centenares de asistentes.
Y, por último, dos proyectos que se lanzaron el año pasado. El concurso de relatos cuentos contra el bullying el año pasado y este año fue cuentos contra el machismo. De esta forma queremos concienciar a jóvenes sobre diferentes problemáticas sociales. Los niños y niñas que participan eligen un proyecto social. Hubo entre 1.200 y 1.400 participantes en Bilbao, Santander y Málaga a los que se repartió unos 35 premios que fueron directamente a los proyectos sociales de su elección. Fueron en torno a 5.000 euros en premios. También editamos un libro en cada una de las ciudades con todos los relatos y un fortísimo impacto en medios digitales y físicos.
El otro proyecto es ‘Barreras Invisibles’ con el que estamos construyendo redes de mecenazgo para poder aportar estudios culturales a niños en riesgo de exclusión y de vulnerabilidad. Tenemos ya a 34 niños en el programa y tenemos tres grupos de mecenas, uno activo y dos en fase de construcción en estos momentos. Con lo cual, nos dirigimos a todos estos colectivos.
¿Dónde tiene lugar este último proyecto de ‘Barreras Invisibles’? ¿Cómo les ayudan los mecenas?
Los 34 niños están en Bilbao y los mecenas de estos niños se comprometen a tres cosas. La primera es a aportar una cuota de siete euros al mes para ayudarles a pagar sus estudios culturales, la segunda es ir con esos niños una vez al año a un evento cultural y la tercera estar cerca de la familia del niño para establecer relaciones, al final es una integración social a través de la cultura.
¿Qué edades tienen?
Creo que la niña más pequeña tiene unos 4 o 5 años y hasta 14.
¿Cómo comunicáis vuestra acción social? ¿Qué canales utilizáis?
Utilizamos todo lo que está a nuestra disposición. Medios físicos, los media al uso, medios digitales y a los grandes medios de comunicación. Luego hay también una comunicación muy importante que es persona a persona.
¿Cuál dirías que es la situación actual de la solidaridad en vuestro entorno de movimiento social?
La situación de la solidaridad diría que es buena en líneas generales. Lo que me preguntaría es cómo lo hacemos, si lo hacemos de una forma constante o a picos. Quizás hay momentos en los que lo hacemos más a picos. Nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Y quizás en otras latitudes es mucho más constante, están mucho más implicados en el día a día de cada persona u organización. Pero el deseo de las personas de ayudar a los demás es bastante constante. La sociedad está demostrando que quiere ser partícipe de la construcción del futuro.
¿Cuáles serían los próximos retos que se plantea Fair Saturday?
El primero es seguir vivos porque hacer sostenible un proyecto de estas características no es fácil. El segundo es tratar de internacionalizar estos proyectos, sobre todo el movimiento Fair Saturday. Y el tercero es cómo ser capaces de seguir generando proyectos que a través de la innovación social construya modelos diferentes de generación de riquezas mucho más inclusivos, mucho más sostenibles y mucho más justos en general.