Economía global y consumidores: crónica de un desequilibrio entre la oferta y la demanda:
Los derechos fundamentales de los consumidores (a la satisfacción de las necesidades básicas, a la seguridad y la salud, a ser informado, a elegir, a ser oído, a la reparación de los daños causados, a la educación del consumidor, a un medio ambiente sano) deben ser respetados y protegidos por empresas, gobiernos y organismos nacionales e internacionales que adoptan decisiones que les afectan. Los consumidores deben ser informados, ser protegidos de la publicidad engañosa y deben estar seguros de que los productos y servicios que compran o contratan son seguros de usar, con un impacto mínimo en el ámbito social y ambiental. Igualmente los consumidores tienen responsabilidades, los ejes de las mismas serían las siguientes: conciencia crítica, conciencia social, conciencia ambiental, solidaridad, y acción.
En el mundo global en el que vivimos es necesario actuar de forma global atendiendo las necesidades locales, de ahí la importancia de las políticas de RSE, desde el inicio de este siglo.
Es curioso que la ISO 26000 por las presiones de los sectores empresariales globales no pudiera aprobarse en 2010 como norma certificable, las empresas, sobre todo las más vanguardistas buscan fórmulas de que se les certifique sobre los aspectos referenciados en la ISO 26000 aunque sea a través de otras normas, clara disociación entre las necesidades reales d las empresas (en aras a una mayor transparencia en su gestión) y las de las organizaciones empresariales más ancladas en el pasado y en otras formas obsoletas de ejercer la actividad empresarial.
La RSE se ha ido extendiendo entre las empresas españolas, pero no se ha consolidado, ni tan siquiera entre las grandes empresas, entendiendo la RSE como la definición que la Unión Europea nos ha dotado, y por supuesto su presencia en el entramado empresarial de las PYMES es escaso, aunque afortunadamente cada vez se incorporan más a las prácticas de RSE.
La crisis económica ha supuesto una marcha atrás en las políticas de RSE de las empresas, y además, a partir del año 2015 con la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y los acuerdos de la Cumbre de Paris sobre Cambio Climático, han introducido una dispersión en las actuaciones estratégicas de algunas empresas.
Los consumidores necesitan estar informados, necesitan saber que las prácticas empresariales cumplen con los derechos establecidos en las normativas nacionales e internacionales (no solo hay que cumplir la legislación del país en el que operan) que las normativas relacionadas con Derechos Humanos, con Derechos Sindicales, con Derechos de los consumidores, con la protección del medio ambiente, con la aportación a la sociedad en la están ubicadas, son una realidad y no un mero lavado de cara, hoy los consumidores españoles son mucho más escépticos ante las políticas de RSE de las empresas que hace cinco años, hoy se demanda mayor información en el proceso de fabricación de un producto, se incorporan valores al acto de consumo, que, pueden ser determinantes para decidir su compra o contratación de un pro0ducto a medio plazo. Los ODS no son vinculantes ni para los estados, ni para las empresas ni para la sociedad civil, es un buen proyecto, es importante avanzar en su consecución, pero para poder elegir de forma consciente, los consumidores tenemos que ir mucho más allá de lo que queda recogido en el Objetivo 12 Producción y Consumo Responsable, de hecho es una pena que no se incluyeran en ese Objetivo las disposiciones aprobadas por la UNCTAD en julio 2015 y posteriormente aprobadas por Naciones Unidas en diciembre 2015 por el que se revisaban las Directrices de protección al consumidor, fueron procesos parejos, pero no se incluyeron aspectos fundamentales para los consumidores en los ODS, así y todo, si echamos un vistazo a< los 17 ODS y a las 169 METAS contemplados en los mismos, veremos que los consumidores,podemos influencias varias Metas (en el Objetivo 1 – (1), en el Objetivo 2 (2) en el Objetivo 3 (39), en el Objetivo 4 (3), en el Objetivo 5(3) en el Objetivo 6(6), en el Objetivo 7(3) en el Objetivo 8(6), en el Objetivo 9(1), en el Objetivo 10(2) en el Objetivo 11(2) en el Objetivo 12 (2), en el Objetivo 13(1), en el Objetivo 14 (2), en el Objetivo 15(3), en el Objetivo 16 (2),y en el Objetivo 17 (2) (Para más concreción: Ver artículos publicados en la Revista Distribución y Consumo nºs 149 y 150 de 2017 en la Revista Distribución y Consumo).
Los ODS forman parte de un proyecto en el que se tienen que establecer alianzas estratégicas importantes entre los Estados, los empresarios y con menor nivel de responsabilidad la sociedad civil, son etéreos, no están incluídos en la Estrategia empresarial, no requieren de Grupos de Interés diferenciados según el ámbito de actividad empresarial, son complementarios a las políticas de RSE que deben ser las que las empresas, en aras a la transparencia y a facilitar decisiones de los consumidores en el mercado, tienen que seguir implementando. Las organizaciones de la sociedad civil siguen impulsando espacios de confluencia para hacer avanzar los derechos humanos (incluyendo aspectos relacionados con la fiscalidad y la corrupción), los derechos sindicales, los derechos de los consumidores, la protección medio ambiental…..) es decir todo aquello que forma parte de la estrategia empresarial y que define el comportamiento de las empresas en la sociedad. PARA Avanzar hoy en credibilidad y en transparencia, las políticas de RSE (más allá de las que pudieran derivarse puntualmente de la aplicación de los ODS en las empresas y que en algunos casos pueden ser coincidentes con las establecidas en las normativas sobre RSE) son fundamentales. No hay vuelta atrás, y tampoco técnicas de confusión. La RSE sigue vigente y tiene una larga vida por delante, siempre, en la medida en la que los consumidores puedan superar la asimetría de información existente en el mercado., en todo caso, no son los consumidores los que no han propiciado que se produzcan avances en las políticas de RSE (a nivel gubernamental y/o en las empresas), son los que sufren las consecuencias de que esas políticas no estén instaladas de forma coherente en la sociedad, pero a pesar de esta sociedad imperfecta que nos ha tocado vivir , reflexionemos con Pablo Neruda “Queda prohibido no sonreir a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños” Ahí…. En ese espacio conjunto, nos encontraremos.