Con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, desde la Fundación Adecco hemos preparado una campaña de concienciación con una trama futurista. En ella, la digitalización, la robotización y la inteligencia artificial han revolucionado la realidad que vivíamos en el año 2018. El mundo ha cambiado 32 años después. El avance de las tecnologías ha sido intensivo sin tener en cuenta uno de los mayores retos: la desigualdad y exclusión social.
Los sesgos inconscientes y los prejuicios se han integrado en la tecnología y son las propias máquinas las que hacen que las personas con discapacidad sean discriminadas en el mercado laboral.
Si miramos hoy al futuro, las tecnologías es lo primero en lo que cualquiera pensamos. Los algoritmos y la digitalización están por todas partes. Sin embargo, la revolución tecnológica avanza muy rápido mientras crecen los retos sociales y la desigualdad no disminuye. La tecnología es muy importante para el progreso siempre que integre valores fundamentales que respondan de manera universal a las necesidades de las personas, no de algunas, de todas las personas. Este es el gran reto de la tecnología, ser una tecnología inclusiva que no marque las diferencias ni acreciente la desigualdad.
Hoy queremos generar un debate y una reflexión para que el futuro que hoy estamos diseñando sea un futuro que tenga en cuenta a las personas con discapacidad.
Los sesgos inconscientes, las famosas “bias”, son necesarios para la supervivencia del ser humano, pero pueden llegar a convertirse en el gran enemigo de la diversidad. Trampas mentales integradas en todas nuestras decisiones, trampas que condicionan cada proceso y que a día de hoy forman parte de los algoritmos de nuestro futuro.
De todo esto habla nuestra campaña, habla de tecnología, de talento de inclusión, pero sobre todo habla de justicia social.
La plena inclusión se alcanzará en el año 2249
De manera paralela, hemos hecho una previsión para el 2242, año en el que, según la evolución actual, se producirá la plena inclusión de las personas con discapacidad. Este pronóstico, sin embargo, podría acelerarse mediante una apuesta decidida por la Accesibilidad Universal, la reducción de la brecha digital, la educación inclusiva que impactará en la inclusión sociolaboral, o el refuerzo de las políticas sociales para reducir la desigualdad.
Así también, reivindicamos la necesidad de acompañar los avances tecnológicos de un cambio cultural para hacer frente a prejuicios y sesgos inconscientes muy integrados en la sociedad y que se detectan en el desarrollo de nuevas tecnologías.