Recientemente has ofrecido en Barcelona un concierto solidario con DKV para recaudar fondos para la iniciativa #ParaLosValientes. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Poder trabajar y poner tu granito de arena para la iniciativa del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona es muy gratificante. De hecho, procuro buscar siempre tiempo para colaborar con causas sociales. Es un compromiso personal que siento desde siempre.
El dinero recaudado se destinará a la construcción del mayor centro oncológico infantil de Europa. ¿Cómo te sientes de poder colaborar con una causa así?
Siempre es un placer colaborar para que ese dinero se destine a construir esos centros para combatir enfermedades. Es muy necesario encontrar fondos para investigación y desarrollo, sobre todo en el caso de las enfermedades minoritarias, que no suelen contar con la inversión pública necesaria. Estos colectivos son admirables porque viven una lucha sin fin para que sigan desarrollándose investigaciones, y es un honor poder colaborar con ellos en la medida de lo posible. Toda ayuda es necesaria.
Yo animo desde aquí a todos los que nos estén leyendo a participar también, cada uno a su manera.
Antes de colaborar con DKV, ¿sabías qué era la Responsabilidad Social Empresarial? Te lo pregunto porque la RSE a pesar de estar muy consolidada es un concepto aún desconocido por gran parte de la sociedad…
La verdad que no la conocía. Sí que sabía que DKV Seguros hacia este tipo de acciones solidarias, y me ha sorprendido mucho y gratamente conocer a esta gente.
Una empresa es socialmente responsable cuando valora el impacto de sus decisiones y de sus acciones en la sociedad. No solo las empresas sino también las personas, a nivel individual, debemos ser socialmente responsables; pues solo así conseguiremos una sociedad más reforzada en valores.
¿Cuáles crees que son los principales problemas que afectan a la sociedad hoy en día?
Por un lado, el desconocimiento de nosotros mismos. Creo que con más sabiduría y más herramientas se puede luchar mucho más. Por el otro, las prisas, que no nos dejan pensar ni observar los mensajes que nos manda la vida, la naturaleza y nuestro planeta. Necesitamos ir más despacio para comprender, analizar y reflexionar sobre el mundo y sobre nosotros.
También el egoísmo, que hace que solo miremos para dentro y nos impide ser generosos y compartir con los demás lo que somos afortunados de tener. Lo que no se comparte no puede disfrutarse.
¿Qué papel crees que juegan las empresas a la hora de resolver problemas sociales como los que comentas o desafíos globales como, por ejemplo, el cambio climático?
Un papel muy importante, porque siempre es bueno saber cómo están esos problemas para poder resolverlos. Las empresas son muy responsables del impacto en el medio ambiente, y es muy importante cómo enfocan sus intereses en las normativas: deben hacerlo con buenas prácticas. El reflejo que dan a la sociedad de su imagen corporativa y, en general, en todo su trabajo, debería seguir un equilibrio entre lo social, lo económico y lo ambiental.
Para finalizar, ¿cómo se presenta para ti este año? ¿Tienes en marcha algún otro proyecto con el que vayas a colaborar?
Continuamente estoy colaborando con muchos proyectos, como el Secretariado Gitano, con el que estoy muy comprometido; la Asociación Mírame, que lucha por el autismo infantil; y con mis canciones, con las que intento mentalizar a la gente para que sea más feliz.
Esa es una clave de mi vida: tratar cada día de arrancar sonrisas y procurar que la gente a la que llego en mi vida personal y a través de mi música sea cada día más feliz. Si todos tratáramos de trasmitir alegría y buena energía el mundo sería un poquito más fácil para todos.