Apenas hemos asimilado la cuarta revolución industrial y ya nos estamos preparando para la quinta, con inteligencia artificial presente en nuestros electrodomésticos y viajes turísticos al Planeta Rojo. Esta escalada exponencial de la tecnología y de grandes descubrimientos científicos solo es posible con el respaldo de una gran masa de profesionales STEM. Para conseguirla, necesitamos de todo el talento posible y, cuanto más diverso, mejor.
El primer colectivo que estamos echando de menos en el sector científico-tecnológico son las mujeres, y conviene recordarlo en la celebración del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, el 11 de febrero. Resulta que estamos yendo hacia atrás en nuestra carrera por la igualdad de género en los estudios superiores de carácter STEM.
Las chicas están decidiendo dedicarse a otras áreas de conocimiento, aun cuando los datos dicen que los empleos más abundantes y mejor remunerados de nuestro futuro vendrán definidos por el componente de innovación científica. Ingenieras, investigadoras, matemáticas, os necesitamos. Necesitamos que confiéis en vuestra gran capacidad para la física y las matemáticas, y que elijáis este tipo de formación al acabar el instituto.
Desde la Universidad Europea somos muy conscientes de esta necesidad del mercado, y también de este déficit de vocaciones en las mujeres jóvenes. Las raíces de este problema son muchas, desde la percepción de que las profesiones “de ciencias” tienen unos métodos y horarios de trabajo incompatibles con formar una familia –teniendo en cuenta que nos queda mucho camino por recorrer en materia de conciliación y paternidad compartida–, hasta la falta de modelos femeninos a los que emular. Hemos estudiado sobre todo la historia de hombres inventores y descubridores, eclipsando casi por completo el papel de la mujer en el desarrollo científico de nuestra civilización. Este fenómeno, consistente en atribuir descubrimientos solo a hombres, lo denominó la historiadora Margaret Rossiter “Efecto Matilda”.
Por supuesto, este “Efecto Matilda” y estos problemas de conciliación, son solo algunas muestras de la desigualdad de género que se manifiestan en nuestra sociedad patriarcal. Cada vez desde más y más sectores y niveles se está tomando conciencia de la necesidad de trabajar por una igualdad de género real, y la mayoría de estos análisis coinciden en que uno de los pilares fundamentales del cambio es la educación.
Así nace el Observatorio de Género de la Universidad Europea. Un espacio donde profesores de todas las áreas, personal no docente y representantes de alumnos convergemos para compartir ideas e iniciativas con un fin común: analizar, visibilizar y sensibilizar a la comunidad universitaria y a terceros sobre formas de trabajar por y para conseguir la igualdad de género. El ideario de esta iniciativa se alinea con el de la campaña #HeForShe de Naciones Unidas, haciendo un llamamiento a toda la sociedad para cumplir el tercer Objetivo de Sostenibilidad del Milenio: promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres.
El Observatorio tiene tres áreas principales de actuación: Institución, Personal Docente y Alumnado. Se han decidido atendiendo a los principales stakeholders, receptores de nuestras iniciativas de RSC. Cuando hablamos de Institución, nos referimos a la imagen pública de la Universidad, queremos que ésta sea referente de Igualdad y Diversidad, convirtiéndola en agente de cambio y creando alianzas con organismos y sectores clave.
El Personal Docente es, por supuesto, fundamental en este proyecto. Por un lado, mediante debates e intercambio de experiencias analizamos la situación tanto en las aulas como fuera de ellas, para atacar los problemas allí donde ocurran. Por otro lado, trabajamos en el currículum oculto, aquellas enseñanzas que se imparten en el aula pero que no son propias de las asignaturas, sino que son consecuencia de las actitudes y percepciones del profesor, como poner siempre ejemplos de jefes que son hombres o pedir un chico –y no una persona– cuando hay que mover algo pesado.
Por supuesto el impacto en el Alumnado viene dado por la formación específica de los Docentes indicada. Además, se organizan conferencias, debates y actividades de clase basadas en la metodología Project Based Learning, entre otras, para aumentar su implicación y los rendimientos que se obtienen de esta iniciativa.
En cuanto al equipo detrás de esta iniciativa, el Observatorio de Género de la Universidad Europea se compone de un amplio grupo de personas, de conocimientos y antecedentes variados, con muchas ganas de trabajar en este gran reto de la Responsabilidad Social Corporativa. Las mujeres somos la mitad de la población mundial, y las oportunidades deben estar ahí para que todos podamos demostrar nuestro talento, tan necesario para afrontar los desafíos de las próximas décadas.