En el mundo empresarial, la capacidad de reinserción e innovación frente al paradigma actual es igualmente esencial para la supervivencia de cualquier organización. Además, los datos confirman esta permisa cuando sólo el 12% de las empresas que figura en el índice de Fortune 500 de 1955 perduran en la lista a día de hoy.
La metodología Kaizen Lean surgió después de la Segunda Guerra Mundial, en tiempos de escasez de recursos y en una profunda crisis en la Economía Japonesa. La necesidad de hacer a las empresas japonesas altamente eficientes y rentables fue la prioridad del país en los años posteriores a la guerra. Con inversión, estudio de las técnicas productivas americanas y mejora de los métodos empleados hasta entonces, fue posible revolucionar la malla industrial de un país que, más tarde, se convertiría en una potencia mundial.
Hoy, vivimos tiempos diferentes pero con características muy similares. La escasez de recursos naturales es una preocupación cada vez más presente en las agendas de los líderes y el consumo nunca ha sido tan exigente. Las empresas necesitan producir de forma personalizada, con rapidez y entregar directamente al cliente, sin perder calidad. Asistimos a una variabilidad interesante – todos los días nacen y mueren organizaciones – unas víctimas de la velocidad con la que los mercados se desarrollan y evolucionan y otras como respuesta a nuevos desafíos. Sin embargo, a pesar de la semejanza presentada, existe una gran diferencia con respecto a los años 50, la cual creemos que es el arma más potente para el éxito.
Esta diferencia es la digitalización, aquella que se encuentra presente en todas las interacciones humanas y con un crecimiento previsto acelerado. En poco tiempo tendremos la industria 4.0 y servicios cada vez más inteligentes, motivos más que suficientes para que las empresas comiencen a mirar la revolución digital no como una amenaza, sino como una oportunidad para destacar en un ambiente cada vez más competitivo. Justo aqui la metodología Kaizen Lean tiene un papel aún más primordial. Antes de la introducción de soluciones tecnológicas avanzadas, defendemos que los procesos deben ser lean y estar altamente optimizados.
La simplificación y el desarrollo de la aptitud de los equipos para mejorar de forma continua son los cimientos para una evolución digital sólida. Sólo así todo el potencial de su inversión podrá sestar reflejado en los resultados, teniendo una necesidad mínima de resolución de problemas profundos a lo largo del tiempo. Esta metodología busca mitigar todas las actividades sin valor añadido para el cliente, generando aumentos de productividad, flexibilidad, disminución de costes y excelencia en el nivel de servicio.
En resumen, las empresas excelentes ganan a corto plazo y prosperan a largo plazo. Este sistema de aprendizaje y mejora continua se convierte en un ciclo virtuoso de trabajadores más involucrados formados por líderes más competentes, resultando en organizaciones más ágiles que consiguen tomar decisiones más eficaces. La Era Digital debe ser enfrentada con optimismo e integrada en la estrategia de cualquier organización, exigiendo así una preparación urgente de las empresas para recibirla.