Otra vez, una nueva edición de Las Top 100. ¿Por qué es preciso reconocer el papel de la mujer en la empresa en pleno siglo XXI?
Porque los datos y las estadísticas nos dicen que todavía vivimos en el planeta varón, ese lugar anacrónico al que las mujeres tienen difícil acceso. Peleamos contra esa inercia y con este ranking retamos a que la innovación que está en boca de todos, se aplique haciendo las cosas de otra manera. Y que cuando aspiran a contar con todo el talento, no sigan funcionando con sesgos.
¿Cómo ha sido la evolución de las diferentes ediciones de Las Top 100?
Afortunadamente ha sido exponencial. Empezamos en 2011 pidiéndole a 60 personas referentes nos propusieran 10 nombres de mujeres que debían estar en una lista inicial, a las que agregamos unas cuantas que habían sido protagonistas desde el nacimiento de Mujeresycia en 2008. De allí surgieron las primeras 100. Hoy las postulaciones superan las 1000, tenemos ya más de 50 mujeres que son Honorarias pues han sido elegidas en 3 ediciones y dejan de competir para dar paso a las demás, y este año, la mitad de las elegidas han sido candidatas por primera vez. Con esta quinta edición si hacemos recuento, hemos hecho visibles a más de 2000 mujeres y nos hemos convertido en un referente al que van los medios cuando buscan mujeres a las que entrevistar.
¿Qué cualidades tiene que tener una directiva? ¿Diferentes a las de los hombres?
Deberían ser las mismas no importa el género. Prefiero no generalizar porque tampoco asumo que todas las mujeres debemos tener todos los defectos y virtudes que se nos atribuyen. En todo caso, los números indican que aún siendo mejores, no alcanzan las posiciones que se merecen. Sería óptimo que en el marco de la diversidad que es fundamental, seamos diferentes y que lo que aportemos unos y otros, hagan mejores a las empresas.
Cuando escucha el techo de cristal que frena el desarrollo profesional de las mujeres, ¿qué piensa?
A esta altura me aburre un poco, pero esos son los gajes del oficio y por supuesto, los techos existen y suelen ser de cemento. Mi idea es que no tenemos que convertirnos en picapedreras, sino construir una casa con un techo bien alto que nos cobije a todos!
Desde su punto de vista, ¿cómo ha evolucionado la figura de la mujer en la empresa durante los últimos años?
Bastante, pero no lo suficiente. Depende de los países y de las empresas. ¿Se han dado pasos? ¡Claro!… lo contrario sería para llorar. Sin embargo, hay que estar siempre con la atención puesta en ello. La inercia es muy fuerte, y a la mínima distracción, el retroceso -valga la licencia del lenguaje- avanza. Hoy, en el ámbito empresarial, no hace falta explicar qué es la RSE y son palabras habituales sostenibilidad, medio ambiente, discapacidad… La diversidad está muy valorada, y sin embargo, no logramos que el género sea parte del ADN de las compañías españolas.
La Ley de Igualdad o el nuevo Código de Buen Gobierno que promueve cuotas de mujeres en los consejos de administración, refrendan que la legislación es necesaria para fomentar la igualdad. ¿Sin legislación la igualdad no mejora?
Por ahora, está claro que sólo con “recomendaciones” no alcanza. No se discutió la cuota por la cual España entró en la Unión Europea, ni tantas otras cuotas. ¿Por qué ésta genera tanta polémica? Me gusta recordar aquella frase que le atribuyen a una directiva francesa: “Sólo creeré en la igualdad entre hombres y mujeres cuando en los directorios de las empresas francesas haya mujeres mediocres”. Lo normal es que las que lleguen sean brillantes. Hombres, los hay de todos los colores.
En los últimos 15-20 años, se ha producido un fomento de la conciliación y la igualdad. ¿Cómo se puede promover más?
Necesitamos una actitud más “militante” porque en este sentido no hay marcha atrás. Por eso debemos “retar” a quienes tienen el poder a que aceleren los cambios y no aceptar dilaciones ni respuestas indolentes. Y formar a los cuadros que deciden, para que apliquen la óptica de género porque no es un gasto, sino una inversión. Y otra vez, no es un tema “de mujeres”, afecta a toda la sociedad.
¿Cómo ve a las grandes empresas en materia de conciliación e igualdad? ¿Y a las pymes?
Estoy convencida de la urgencia de cambiar las cosas, y sé que el éxito de un programa de diversidad de género, como cualquier otro, tiene mucho que ver con la importancia que se le otorgue y con la rigurosidad con que se planifique, se ejecute y se contrasten sus resultados. En cuanto a las pymes, lo tienen más difícil y por eso habría que ayudarlas para que les sea posible ser parte del cambio, sin morir en el intento.
¿Qué proyectos tiene Mujeres & CIA para 2016?
Estamos inaugurando la nueva página de Mujeresycia.com que potenciará e impulsará nuestros objetivos. Por otro lado lanzamos la segunda etapa de la campaña engageMEN, que tendrá su propia página, porque es fundamental que los hombres sean parte activa del cambio. Si la empresa en la que trabajan se convierte en un mejor lugar para las mujeres, lo será también para ellos.