En 2011, la Comisión Europea publicó una Hoja de ruta hacia una economía baja en carbono y competitiva en 2050, estableciendo el objetivo de limitar sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) un 80% por debajo de los niveles de 1990.
Más recientemente, los estados miembros se han comprometido a cumplir con el objetivo de reducir, al menos, un 40% de sus emisiones de GEI en 2030 en comparación con 1990. Entonces, ¿cuál es el papel que juega el sector empresarial?
En España, las emisiones de la industria representan aproximadamente un 12% de las emisiones totales. En la actualidad, existen varios marcos regulatorios a través de los que se requiere a ciertas empresas medir y reportar su consumo energético y sus emisiones. Sin embargo, basándonos en la trayectoria actual y considerando que en 2015 las emisiones españolas crecieron un 5% respecto a 2014, estos marcos son insuficientes para cumplir con el objetivo de reducción de emisiones de GEI a nivel nacional.
Para conseguir estos retos a largo plazo, será necesario que el tejido empresarial español vaya más allá del cumplimiento legislativo fijándose objetivos de reducción de emisiones que contribuyan al objetivo nacional.
Los objetivos con base científica (SBT, por sus siglas en inglés) son objetivos de reducción de emisiones a largo plazo fijados a nivel empresarial y que están alineados con la ciencia climática. Las empresas que definen objetivos con base científica crean valor de negocio a largo plazo y salvaguardan su futura rentabilidad. Estos objetivos definen lo que tenemos que hacer colectivamente para limitar el incremento de la temperatura por debajo de 2ºC sobre niveles pre-industriales.
Que España satisfaga sus objetivos nacionales de manera satisfactoria depende en gran medida del compromiso por parte del sector empresarial en llevar a cabo acciones climáticas ambiciosas en línea con lo que determina la ciencia. Pero en la actualidad ¿cuántas empresas españolas se han comprometido a establecer un objetivo con base científica? Siete. Todavía estamos muy lejos de alcanzar el nivel de decarbonización necesario.
¿SON LOS OBJETIVOS CON BASE CIENTÍFICA DIFÍCILES DE ALCANZAR?
Los objetivos con base científica son, sin duda, ambiciosos. Sin embargo, nuestros estudios sobre el reporting de sostenibilidad del IBEX 35 y del FTSE 100 revelan que un 75% de las empresas que establecen los SBTs están excediéndolos, y el 25% restante están en camino de alcanzarlos. Por el contrario, si miramos a la totalidad de las empresas del IBEX 35 analizadas, sólo un 19% de las empresas exceden sus objetivos y un 51% no han cumplido con sus objetivos de reducción, o no los han ni siquiera establecido.
Las empresas que definen objetivos con base científica se ven obligadas a definir una hoja de ruta y un plan a largo plazo con tal de alcanzar estas metas. Esto impulsa el desarrollo de estrategias de sostenibilidad inteligentes para obtener las reducciones deseadas. La transición hacia una economía baja en carbono catalizará también el desarrollo de prácticas más innovadoras, el ahorro de costes y aumento de la competitividad y la capacidad de adaptación a los riesgos climáticos que se presenten.
Teniendo en cuenta que los resultados de la legislación vigente son insuficientes para alcanzar los objetivos nacionales, es muy posible que haya cambios regulatorios que afecten a la industria. Adoptar medidas ambiciosas ahora ayuda a las empresas a ir por delante de las políticas y reglamentos futuros para limitar las emisiones de GEI.
AÚN QUEDA TIEMPO HASTA 2015, ¿NO?
No. Para conseguir que España alcance sus objetivos, se necesita una reducción anual de emisiones en línea con su hoja de ruta. Por tanto, el momento de actuar es ahora. 2015 fue un año en el que se fijaron muchos objetivos. Cuando llegue el momento de establecer nuevos objetivos, aprovechad para hacerlo en base a la ciencia y así conseguir reducciones significativas y prepararse para riesgos futuros.