La sostenibilidad es un tema que se está volviendo recurrente en el sector financiero en Perú y otros países de Latinoamérica, ¿cuál es el enfoque de sostenibilidad que está aplicando el TD Bank en sus operaciones en EE.UU. y Canadá?
Karen Clarke-Whistler (KC): nuestro foco está puesto específicamente en lo ambiental, y la razón para ello se debe a dos aspectos: uno es el reconocimiento de que el medio ambiente es un componente principal de la economía, y aunque ahora esto no suene muy radical, hace unos años durante la crisis mucha gente pensaba que lo ambiental estaba trayendo abajo la economía, que no se necesitaba más regulaciones, pero en TD Bank adoptamos una perspectiva muy diferente: necesitamos que tener un ambiente saludable para tener una economía saludable, y por ello se creó mi posición, para ayudar a descubrir el valor de conocer cómo se relacionan lo ambiental y lo económico. Y lo segundo fue básicamente que creímos que el cambio climático se convertiría en una mega tendencia económica global, queríamos tener un entendimiento profundo de lo ambiental y específicamente del cambio climático y cómo podía ello afectar a la economía y a nuestro negocio.
En línea con su compromiso con la mejora ambiental y la lucha contra el cambio climático, ¿qué productos e iniciativas están implementando para apoyar este proceso?
KC: Realmente queríamos entender el problema del carbono, y por ello comenzamos a mirar al interior de nuestras propias instalaciones y a investigar como si fueran un laboratorio (la cartera inmobiliaria del TD Bank es de 2500 edificios aprox.), cómo optimizar el ROI sobre el uso de paneles solares en las terrazas de nuestros edificios, cuál es el ROI de generar ahorro de energía, cómo introducimos la innovación de una forma que genere un retorno razonable. Todo esto lo empezamos desde una perspectiva de negocios de bienes raíces, considerando las oportunidades, los riesgos, y el retorno de la inversión.
¿Qué resultados concretos obtuvieron?
KC: En base a estos hallazgos que hicimos a la interna, luego pudimos introducir nuevos productos al mercado. Por ej. fuimos el primer banco en Canadá en ofrecer un crédito para financiar proyectos residenciales con energía solar. Y como era una tecnología nueva necesitaba también un seguro, y nadie tenía un producto así en ese momento, lo mismo sucedía para los autos eléctricos. Nadie estaba haciendo esas cosas, y nosotros fuimos los primeros en hacerlo. Así empezamos, y una vez que conocimos más este enfoque lo llevamos a la banca retail y de inversiones. En 2014 fuimos el primer banco de Canadá en emitir un bono de carbono, y en la actualidad ello se ha convertido en una estrategia de portafolio del banco.
¿Y cómo ha impactado este enfoque ambiental en su modelo de negocio?
KC: el Sistema financiero en Canadá es muy conservador, sólo existen 5 grandes bancos, entonces todos los productos que desarrollamos y lanzamos al mercado tienen que ser a gran escala. Siendo un banco de gran tamaño nuestra estrategia de producto es masiva, no podemos atacar nichos. Por eso, cuando lanzamos un producto sabemos que le será útil a mucha gente. Queremos hacer una banca más relacional, y no tanto transaccional, nuestra prioridad es el consumidor promedio. Es diferente a lo que están haciendo otros.
¿Cuál ha sido el principal obstáculo en este esfuerzo de incorporar la sostenibilidad ambiental en su estrategia de producto y de negocio?
El principal desafío que he encontrado es que pese a toda la difusión que tiene el tema, la realidad es que el consumidor promedio está recién empezando a valorar la sostenibilidad y a incorporarla a su vida diaria. Hasta hace menos de tres años el mercado para las inversiones socialmente responsables era realmente muy limitado. En el sector de la banca, a la gente le sigue interesando más los retornos sobre su inversión que hacer el bien, y el desafío está justamente en cómo demostrarles que ser ambientalmente sostenibles es una condición para obtener un buen retorno sobre las inversiones.