En un mundo cada vez más consciente de la urgencia climática, el compromiso de ser “Net Zero” se ha convertido en una prioridad clave tanto para los gobiernos como para las empresas. Su responsabilidad implica tomar medidas concretas para reducir las emisiones y alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5ºC para 2050. Para ello, según ha ratificado la COP28 las emisiones globales de carbono deben reducirse en un 43% para 2030, un 60% para 2035 y conseguir las cero emisiones netas para 2050.
“La puesta en marcha de prácticas sostenibles es una necesidad ineludible que tiene el objetivo de cuidar de la salud del planeta y frenar el cambio climático. Si no actuamos provocará consecuencias irreparables para la vida en La Tierra y para nuestra propia salud personal. Por ello, las empresas debemos actuar para contribuir a esta reducción global disminuyendo las emisiones resultantes de nuestras propias operaciones. En Sanitas son múltiples las acciones que llevamos a cabo al respecto con el fin de lograr ser Net Zero en emisiones en 2040, diez años antes de lo que establece el Acuerdo de París”, explica Catherine Cummings, Directora de Sostenibilidad de Sanitas.
Bajo esta perspectiva, Sanitas, que ya ha logrado reducir en un 76% sus emisiones directas de CO2 desde 2009. Sigue trabajando para reducir aún más sus emisiones directas e también sus emisiones indirectas. En este sentido, ha elaborado un listado con una serie de prácticas realistas que las empresas pueden implementar a fin de acelerar su compromiso con el planeta:
– Establecer objetivos ambiciosos y medibles: fijar metas claras y tangibles para limitar las emisiones de carbono es clave. En este sentido, es importante basar estos objetivos de reducción en datos reales que tengan en cuenta la huella que genera la compañía. En el caso de Sanitas, por ejemplo, el objetivo y la estrategia de reducción se ha establecido siguiendo la Science Based Target initiative, una rigurosa iniciativa avalada internacionalmente y apoyada por Naciones Unidas. Una vez establecidas las metas y los compromisos que se quieren alcanzar, hay que trazar un plan de acción de largo recorrido. Además, es preciso realizar un seguimiento constante e informar sobre el progreso para detectar a tiempo cualquier desviación y poder reconducirse.
– Invertir en tecnologías limpias y eficiencia energética: trae consigo beneficios medioambientales, ahorros económicos e innovación en el negocio. Esto se logra a través de la transición a fuentes de energía renovable y la adopción de tecnologías que generen bajas emisiones de carbono, como la actualización de equipos y vehículos.
“En el caso de Sanitas, por ejemplo, ya el 100% de la energía eléctrica que se consumen los 329 centros con los que cuenta la compañía en España es de origen renovable. Generamos también 1GWh de electricidad gracias a la instalación de placas fotovoltaicas en muchos de nuestros centros y contamos con una flota de vehículos 100% eléctrica en nuestro servicio de atención de emergencia a domicilio en Madrid”, ha explicado Cummings.
También es importante optimizar procesos o aplicarles fórmulas innovadoras para aminorar las emisiones. Por ejemplo, utilizar la digitalización como palanca de apoyo permite evitar emisiones netas en el caso de las videoconsultas cuando estas evitan un desplazamiento en vehículo de combustión al centro médico. En el caso de la innovación, un buen ejemplo podría ser la incorporación de la anestesia sostenible en Sanitas Hospitales, donde gracias a la eliminación de dos gases habituales en los quirófanos como son el protóxido y el desflurano, la compañía ha conseguido reducir 1.000 toneladas de CO2.
– Incorporar la sostenibilidad en la cultura corporativa: es también interesante sobre todo al llevar a cabo proyectos que motiven tanto al personal como a la ciudadanía en general.
Con la iniciativa Healthy Cities, por ejemplo, la compañía lanza cada año el reto, tanto a empresas como al público general, de caminar 6.000 pasos al día y dejar el coche en casa una vez por semana. A cambio, Sanitas se compromete a plantar un árbol por cada persona que cumpla este doble reto. De esta forma, cumple con el doble objetivo de animar a mejorar los hábitos saludables de las personas mientras contribuye a mejorar el entorno y la salud de las ciudades. Durante la última edición se obtuvieron cifras récord, con más de 24.000 participantes que se han traducido en la plantación de más de 24.000 árboles en España.
– Transparencia y rendición de cuentas: informar de forma clara acerca de su huella de carbono y su progreso hacia los objetivos marcados es una manera efectiva de mantener los planes de acciones en marcha. A este fin, es fundamental la elaboración de informes de sostenibilidad y auditorías independientes que confirmen que realmente se está trabajando en una transformación tangible, efectiva y duradera.
Consulta más información responsable en las publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de Sanitas en el Anuario Corresponsables 2023.